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Jungkook sentía que todos sus sentidos estaban en piloto automático. Podía escuchar. Podía ver. Podía sentir. Pero su cuerpo se negaba a responder.

Pudo visualizar como Suji y Taehyung hablaban. La peli negra explicaba algo moviendo sus manos exageradamente, parecía como si estuvieran discutiendo. Finalmente Taehyung le hizo una seña con la mano restandole importancia y Suji se dio la vuelta rodando los ojos con fastidio.

El mayor se le acercó a pasos lentos, acuclillandose frente a él, levantó una de sus manos y apartó un mechón rebelde de la frente de Jungkook.

-¿Jungkook? ¿Cómo te sientes?

-Yo...n-no lo sé...- el menor logró hablar por fin, enfocando su mirada en Taehyung.

-Mmm.

-Taehyung...

-¿Quién era ese chico que se te acercó en el museo?

A Jungkook no le gustaba por donde estaba yendo esa conversación.

-U-un amigo...él...yo...tenía mucho tiempo sin verlo- su voz temblaba al igual que sus manos-. Él me reconoció o eso creo, pero Suji pudo manejar la situación, ella...ella realmente lo hizo bien.

-Lo sé cariño.

-Tae...

-Ya, ¿podrías decirme su nombre?

Jungkook trago saliva en seco.

-Kim...Kim Kyungsoo.

-Está bien ¿por qué estás tan nervioso?

El menor no respondió. Prefería mil veces ver a Taehyung saliendose de control que totalmente tranquilo. Sabía que algo estaba pasando por su cabeza, algo planeaba y Jungkook lo confirmó cuando se puso de pie y le dejó un beso en la frente, susurrando en su oído "no dejaré que nadie nos separe".

Byeon se encontraba fumando un cigarrillo en el gran ventanal del hotel en el que se estaban quedando cuando sintió una mano sobre su hombro que lo obligó a tirar el cigarrillo al piso. Se dio la vuelta con cara de pocos amigos, pero rápidamente la cambió la expresión al percatarse de quien se trataba.

-Necesito que hagas algo.

-¿De qué se trata?

-Kim Kyungsoo, está aquí, en París. Al parecer reconoció a Jungkook el día de ayer en el museo y no podemos arriesgarnos a que alguien de pruebas de un avistamiento.

El mayor lo pensó por un momento. No estaba de acuerdo y tampoco le agradaba la idea de que Taehyung se tomara tantas molestias por un niño, pero debería callar y acatar las órdenes si no quería problemas.

-¿Una advertencia?- preguntó con una ceja alzada.

-Quiero que lo desaparezcas Byeon, que no quede ni el polvo de su existencia.

-Entendido.

Con ayuda de Jihoon logró dar con la ubicación del tal Kyungsoo. Por lo que esa misma tarde noche salió por las calles de París. El joven vivía en una torre de apartamentos no muy lejos del centro de París. Byeon lo esperaba en una de las esquinas fumando un cigarrillo. Eran las doce de la noche, casi una y el chico apenas salía de su turno en la cafetería.

Con sus manos metidas en la gabardina por el frío y el vaho saliendo de su boca no se percató del hombre que caminó detrás de él a paso lento con un pañuelo blanco en su mano.

Byeon tiró el cigarrillo en el piso y aceleró sus pasos hasta que estuvo detrás de Kyungsoo. Lo sostuvo por el cuello y apretó el pedazo de tela contra su nariz.

ESTOCOLMO | KTH&JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora