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-Oficial Min, no nos puede dejar de esta manera- se quejó la mujer con sus ojos llenándose de lágrimas-. No puede venir a decirnos que sospecha que nuestro hijo es cómplice del robo y luego dejarnos de ayudar. No es justo.

Yoongi suspiró por enésima vez ese día. Ya no sabía que palabras utilizar para hacerle entender las cosas a ese matrimonio.

-Lo siento señores Jeon, pero no tenemos pruebas y su hijo va a cumplir dos meses de haber desaparecido.

Hoseok, a su lado, apretó los labios dejándolos en una línea fina.

-¿Han considerado la posibilidad de que su hijo esté...?

-¡Ni se le ocurra mencionarlo!- la mujer gritó, apuntandolo con el dedo-. Mi hijo está vivo. Si fuera así ya hubiésemos encontrado su cuerpo.

-Le recuerdo que estamos hablando del grupo más buscado del país, señora Jeon. Esas personas no dejan rastros.

-Nuestro hijo no está muerto, oficial- intervino el señor Jeon-. Si ya no pueden ayudarnos continuaremos nosotros por nuestra cuenta, al fin y al cabo la policía de este país nunca ha servido y nunca servirá.

Tanto Hoseok como Yoongi se limitaron a hacer una reverencia y salir de la casa de los Jeon.

Ambos compañeros habían estado dedicando las últimas semanas (que empezaban a convertirse en meses) en buscar pruebas con respecto a la desapareción de Jeon Jungkook. Revisaron cámaras, interrogaron a vecinos, buscaron pruebas de ADN en el lugar de los hechos, pero siempre llegaban a lo mismo: no encontraban nada.

-¿No se te hace raro que no hayan pedido rescate?

-Todo lo que rodea este caso es raro, Hoseok. Ellos no secuestran personas, roban dinero.

-Lo sé, pero...

El celular de Yoongi sonó, por tercera vez ese día, interrumpiendo la conversación. Hoseok suspiró observando el nombre del contacto que llamaba.

No podía creer que Yoongi, de nuevo, estuviera cayendo en ese bucle sin fin.

-Yo...tengo que contestar.

-De acuerdo, te espero en el auto.

Min se alejó un poco contestando la llamada de inmediato. Y su respiración se cortó cuando escuchó aquella voz detrás de la línea, sin embargo, no escuchó lo que esperaba.

-¿Hyungie?

-¿Si, Jiminie?

-Yo...mmm...no te llamo para lo que crees. Q-quiero hablar contigo de algo bastante importante.

-¿Y eso es?

-Prefiero que sea en persona, es realmente importante.

-¿Paso por ti...?

-¡No! Digo, no. Yo iré a tu casa, no te preocupes. Nos vemos en unos minutos.

-De acuerdo.- aceptó Yoongi con el ceño levemente fruncido ante la actitud del menor.

Guardó el celular en el bolsillo de su uniforme y volvió al auto donde Hoseok lo esperaba sentado en el lado del copiloto.

-Realmente, debes dejar de caer ante sus palabras.

-Hoseok...

-No hyung, hablo en serio. Cada que ese crio te llama sales corriendo como alma que lleva el diablo. ¿Crees que es sano velar por un drogadicto?

-Cuida tus palabras, no te he dado permiso para opinar sobre lo que pasa en mi vida.

-¿Acaso no te das cuenta?

ESTOCOLMO | KTH&JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora