Han pasado muchísimas cosas desde la última vez que visité este museo, las columnas están en tonalidades verdosas por la humedad y el paso del tiempo, sin embargo, la pared llena de planetas sigue igual a como la recuerdo.
Cierro los ojos y tomo una respiración profunda.
—Oh señor, no debería estar aquí, pronto demolerán este sitio, podría lastimarse—el joven encargado de las maquinarias para la nueva industria textil de la que todos hablan últimamente, aparece a mi lado.
—No planeaba quedarme mucho tiempo, solo un poco más—él mira hacia atrás y luego vuelve a observarme.
—Bien, le daré unos veinte minutos, si tiene algún problema estaré por aquí cerca.
—¿Podrías quedarte?—pregunto sin prestar atención a sus gestos, lo único importante es la pintura frente a mí—Solo serán veinte minutos después de todo.
—Bien, solo veinte minutos—toma asiento en uno de los bancos a mi izquierda y mueve la pierna intranquilamente.
Está paliducho, tiene un casco verde de seguridad, tiene manos cayosas y ojos cafés, su respiración está agitada, como si le preocupara que lo descubriesen en esta situación y muerde su la labio inferior de vez en cuando.
—¿Le temes al destino?
—¿Disculpe?—levanta una ceja por la pregunta que no viene al caso.
—Tu eres el joven y escuchas peor que yo—logro hacerlo reír y se relaja un poco—¿Le temes al destino?
—Mm...bueno, cuando conocí a mi mujer pensaba que era cosa de casualidad pero cuando nació nuestra pequeña comencé a creer en el destino, pues mi mujer era estéril según estudios clínicos.
—El destino te sorprendió, ¿eh?
—Si, mi hija está dando sus primeros pasos y aún no creo que exista algo tan hermoso en la vida—una sonrisa amplia adorna su rostro— ¿Usted tiene hijos?
Pienso durante unos minutos la respuesta...
—No tengo, desde que perdí a mi mujer este corazón ya no ha tenido fuerzas para recojer las piezas que ella dejó con su marcha—cabello corto, pecas, ojos expresivos.
—Lo lamento mucho.
—Fue felíz mientras vivió, así que no hay nada que lamentar. Solía ser muy simpática y testaruda.
— Suena a la pareja ideal para usted—cierro los ojos intentando traer a colisión sus delicadas facciones que no iban para nada con su personalidad.
—No lo era, no creo en esas cursilerías muchacho, ella no era ideal para mí, fuimos la peor copia de un cliché, pero que te puedo decir, los hombres solo se entregan en alma una vez en la vida y a una única mujer. Esa loca se llevó la mía.
Río a carcajadas acompañado de Stuart, el joven a mi lado.
—¿Ves esa mano en la pared?—me acerco en la silla de ruedas con los pasos de Stuart detrás, coloco mi mano sobre la huella de la mano de Lyubo'v—Esa loca metió sus manos en un bote de pintura y la dejó aquí hace unos veintiocho años.
—Wow, es mucho tiempo.
—Sí, lástima que no pueda decir lo mismo del tiempo que pasé a su lado, mi loca de ojeras oscuras.
Un silencio ocupa el lugar, solo escucho el lejano timbre de su voz, la melodía de los "Te amo", las carcajadas, los platos siendo limpiados, la música que movía sus caderas...su corazón aún latiendo en mi oreja mientras dormíamos juntos.
—No le temía al destino, no hasta que su presencia abandonó este mundo. Oh,¿ y ves esa pequeña frase más abajo?
Se acerca para poder leerla en voz alta.
—" El planeta sin colores me brindó más calidez que todo el resto de galaxias, me brindó una segunda oportunidad de pintar la vida a mi antojo sin necesidad de pinceles, tan solo con sueros, quimioterapias, un pote de ketchup y una guitarra"...fue una gran conmoción cuando la descubrieron aquí en el museo, muchos se preguntaban quién era el autor, pues solo está firmado con un seudónimo "Swety Star"
— Tuve el placer de conocer a la creadora de esa frase, fue una pequeña con leucemia que murió a los once años de un tumor cerebral, un final descabellado para alguien tan especial como ella. Fue mi única amiga.
—Pues tuvo mucha suerte, esa persona fue la inspiración para uno de los mejores cantantes del país, Alex-An, mi mujer ama sus canciones, han pasado años desde que no escuchamos nada de él. Mi hija duerme con la canción "Swety Star"
Suspiro y levanto el sombrero de copa que lleva ocultando mi rostro desde que llegué.
—Pues deberías buscar papel y bolígrafo.
—Oh Dios mío—cae sentado y lleva una mano al pecho y con la otra cubre su boca—Se..señor Alex, no lo reconocí, soy fan de sus canciones, usted..usted...
—Respira, no quiero que te atragantes con tu propia saliva—río antes de escuchar la voz de mi asistente personal.
—¡¡Señor Alex-An!! Llevamos buscándolo toda la mañana, no sabe el trabajo que hemos pasado, incluso lalpolicia está involucrada.
Hago un gesto despreocupado con la mano.
—Dejame respirar por un día Margoth, el asilo no es lugar para mí, relacionarme tampoco.
Ella se percata de la presencia de alguien más.
—Disculpa las molestias, el señor Alex-An está presentando problemas de la memoria y por eso tememos por su seguridad.
—No..no se preocupe, caray, es un placer haberlo conocido—extiende su mano y la tomo.
—El placer es mío Stuart..
—¿Cómo sabe mi...
—La identificación—respondo simplemente.
—Ah claro, en fin, gracias por esos veinte minutos—quita su casco y continúa hablando—lamento mucho lo de su esposa y amiga, muchas personas sufrimos con su retiro.
—Ya era tiempo de terminar para mí, hay que darle sitio a los nuevos—levanto mis cejas—Cuida de tu hija y esposa, nunca se sabe lo que les prepara el destino.
—Haré lo imposible— hay una luz en su rostro, una luz que solía ver en el espejo cada que me levantaba en las mañana con el olor al café de Lyubo'v
—Hay planetas sin colores, hay sentidos sin sensaciones y hay destinos separados únicamente unidos...por emociones—canto mientras Margoth empuja mis silla de ruedas.
—Por qué no solo compras el lugar o la pared, el dinero te sobra para eso—bufa antes de acomodar mi sombrero en su lugar.
—Tenemos que aprender a dejar ir las cosas, Margoth...es parte de sanar, es parte de sentir el dolor.
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"Cuando sientas que el dolor intenta arrancar el alma de tu cuerpo, estrujar tu corazón y tus entrañas, entonces aférrate a él...y empezarás a sentir la adrenalina de estar vivo"
...Lyubo'v
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Yelina #PGP 2024
Proză scurtăY cuando la realidad supera la ficción, más de un escrito no alcanza para describir la emoción del descubrimiento, del desarrollo y la aceptación como criaturas de conciencia, humanos dicen.