(¿Una siesta de diecisiete años?)
(¿Poco verdad? Creo que....)
-¡¡Elizabeth!!
Jacob estaba delante mio moviendo enérgicamente una mano mientras con la otra me agarraba el hombro y lo meneaba, pegué un salto por la sorpresa.
-¿Que pasa?
Jacob frunció el ceño.
-Hace un rato que estaba intentando reanimarte, me has asustado, a demás todavía queda un poco para la sorpresa, a demás tengo que vendarte los ojos.
-¿No me puedes decir ahora la sorpresa? No me gustan las sorpresas, es demasiada intriga.
Puse un puchero, esforzándome para que colara.
-Ni siquiera esa cara te ayudará, a menos que la mejores, tenias la misma cara del perro baboso de la tabernera.
Miré a otro lado menos a el, ahora debería de estar roja, al final acabe por darme la vuelta y darle la espalda.
-¿Te has enfadado? No sabia que te lo tomarías así, que sepas que el perro de la tabernera además de ser baboso también es muyyyyy guapo.
-Me he dado la vuelta para que puedas ponerme la venda, pelota.
Solté una pequeña risita.
PUNTO DE VISTA DE JACOB
Mientras le ponía la venda no me podía quitar de la cabeza esa dulce risa que acababa de poner y el puchero había sido muy tierno, pero si se lo decía estaba seguro que lo utilizaría en mi contra.
Cuando pofin había acabado de atarselo me puse enfrente suyo y me agaché para ponerme a su altura, empecé a hacer gestos con las manos para asegurarme de que veía, pero mientras lo hacia no pude dejar de fijarme en sus labios entreabiertos, aguanté la respiración para que no me notara y me acerqué cuidadosamente a su cara.-¿Jacob?
Su voz me hizo reincorporarme otra vez completamente erguido.
-Estaba comprobando que no me veías.
La agarré de la mano para conducirla a la sorpresa, estoy seguro que le encantará.
Cuando llevábamos un rato andando Elizabeth volvió a tropezarse con otro desnivel igual que las seis veces anteriores, así que me paré , y Elizabeth chocó contra mi espalda.
-¡¡Ouch!!, mi nariz, podrías avisar cuando paras.
Aguanté la risa por la cara que había puesto, a demás que por el golpe había hecho un giro raro y ahora hablaba a un árbol.
-Sube encima mio.
Elizabeth se sorprendió y negó con la cabeza, por sino había quedado claro otra vez al árbol.
-No pienso subir encima tuyo, puedo andar.
-Cada dos por tres te tropiezas, así no llegaremos nunca a la sorpresa.
-Esta bien, acercaté.
Estiró los brazos esperando a que me acercara y yo me empecé a reir.
-Vale pero date la vuelta a no ser que quieras que te coja el árbol.
Al final la cogí a caballito y el viaje se hizo mas corto, había un silencio bastante cómodo entre los dos, y me gustaba, a demás, tenerla tan cerca mio me gustaba.
-Ya llegamos.
La susurré mientras con cuidado la bajaba de mi espalda.
-¿Por que hablamos tan bajo?
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Red hair
WerewolfEn un pueblo alejado de todo, existen unas bestias que viven en secreto por el bosque, nadie sabe que están ahí. Sólo una persona conoce el secreto, la única que sabe sobre el peligro de la luna llena, y su nieta Elizabeth, deberá descubrirlo por s...