Veintiuno de julio 2019
Lugar desconocido
— ¡Suéltame, hijo de puta! —gritó con rabia, importando poco que escupiera en el acto a Minho, quien estaba atandolo a la cama. Esta vez boca arriba.Estaba furioso, después de pensarlo mucho cayó en la cuenta de su situación. Los últimos días habían sido un completo shock mental que no le dejaba pensar con claridad.
Había pasado de ver carteles de desaparecidos con caras diferentes cada tantos meses o incluso semanas a ser uno de ellos. Llevaban dos años así, tanto que ya lo había normalizado. Sin embargo, siempre había sido algo externo a él. Era como "oh, otro chico desaparecido, qué pena, pero no lo conozco" "no creo que me pase a mí" y nunca pensó que pudiera estar en no sé dónde con el causante de esas desapariciones. Que para colmo fuera un grupo criminal y estos fueran unos caníbales que se comían a sus víctimas. Ahora no le extrañaba que todos fueran adolescentes puesto que era carne que estaba bien formada. En un principio pensó que tal vez era una mafia que robaba órganos o los prostituía, o era un pedófilo que prefería a adolescentes bonitos.
No obstante, ahí estaba él, con el que se había adueñado de su persona y decía que era su nueva mascota. Se encontraba con las rodillas a cada lado de su cadera mientras se masturbaba delante de Jeongin.
— Eres un puto asqueroso.
— Estás más bonito si cierras esa bocaza que tienes —se inclinó para intentar besar sus labios, más Jeongin le escupió.
Y aquello le enfureció mucho.
Con el puño cerrado le pegó en el pómulo, haciéndole sangrar. Eso pudo atontar a Jeongin lo bastante como para que no pudiera resistirse a que Minho tocara su miembro para estimularlo.
Jeongin se odiaría más tarde al sentir placer, porque no quería eso, no quería que ese hombre lo estuviera tocando. Pero era algo natural del cuerpo y no podía evitarlo.
— ¿Ya no lloras como un puto animal indefenso? Hace unos días tus lamentos inundaban la casa por las noches —se burló Minho mientras no dejaba de estimular ambos miembros.
— Me das asco, no te aguanto —dijo entre dientes, apretándolos tanto que sus encías sangraban.
— Tu cuerpo no dice lo mismo, zorrito.
Jeongin frunció los labios para no gemir, sus mejillas estaban rojas preso de la vergüenza y las lágrimas las mojaban. Era una imagen digna de admirar para el peli morado. Minho tenía razón, el miembro de Jeongin estaba erecto y expulsaba algo de semen por la punta.
El mayor se reía levemente con diversión. Se inclinó nuevamente y, aunque Jeongin hizo el amago de apartar la cabeza, Minho lo acorraló de tal forma que no pudiera evitar que saboreara sus labios salvajemente. Le quitaba el aire a Yang, disfrutando como éste luchaba por buscar algo de oxígeno y al final le mordió el labio inferior tan fuerte que le hizo sangrar y dejarle una herida con la forma de sus incisivos en la piel.
El menor rogaba porque parase y lo único que consiguió es que Minho cogiera ambos penes con una sola mano y los masturbara a la vez, haciendo que se rocen entre ellos. Guió su boca al pecho de Jeongin en el cual comenzó a morder con rudeza dejando marcas y arrancando la piel. El tórax de Yang estaba rojo, magullado y sangrante. Él no dejaba de llorar y gritar, sin saber que eso era lo más excitante para el caníbal.
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𝐂𝐀𝐍𝐍𝐈𝐁𝐀𝐋 ━━ 𝐒𝐊𝐙
Random━━━ Te perseguirán esta noche, te atraparán y te comerán vivo. Como si fueran animales. Una serie de desapariciones de jóvenes atemorizan al pueblo y Jeongin lo iba a vivir en sus propias carnes.