𝐂𝐀𝐍𝐍𝐈𝐁𝐀𝐋 ━━ 𝐒𝐊𝐙

𝐓 𝐑 𝐄 𝐂 𝐄

Veintidós de julio 2019
Bloodside

Jungsu le había mandado un mensaje sobre que ya terminó el boceto del agresor de Seungmin según los datos que le proporcionó. A su vez, Gunil, el médico, le llamaba por teléfono. Le dijo que ya tenía los resultados de los estudios que había hecho sobre las muestras que encontraron en Seungmin y que debía ir con urgencia, que lo esperaba en la clínica.

Así que aprovecha la visita a la clínica para ir con su mano derecha y dibujante Jungsu para que Seungmin vea el dibujo y confirme si es, o no, su agresor.

— ¿Qué crees que sea como para que Gunil nos llame con tanta urgencia? —preguntó Kim con curiosidad bajando del coche de su jefe.

— Ni idea, espero que algo que nos acerque de una buena vez por todas a esos dementes.

Nada más entrar por la puerta, Goo los intercepta y les pide que acudan a su despacho cuanto antes.

— Me estás asustando, Gun —le dijo Chan tomando asiento.

— Es para estarlo —los policías se miran entre ellos mientras el médico remueve unos papeles con desespero—. Hice lo que me pediste, extraje el ADN de la muestra y lo registré en la base de datos. Efectivamente, hay una coincidencia.

— ¿Y bien? —insistió el inspector.

— Pero debe ser un error. Al principio pensé que había hecho algo mal, así que lo volví a repetir pero sigue igual.

— ¿Por qué? ¿Quién es?

— En la base de datos consta como desaparecido, no sé sí...

— Gunil, dime un nombre.

— Seo Changbin —Chan, por una parte, siente liberación por tener un hombre al que inculpar, pero por otra siente otro peso sobre sus hombros, porque nunca había escuchado ese nombre y, por el tono que utiliza Gunil, sabe que es algo malo—. Desapareció hace seis años y no se ha vuelto a saber de él.

— ¿Seis años? —preguntó incrédulo viendo la imagen de Changbin en el informe que le mostraba Goo. En su mente solo cabían las desapariciones a partir de dos años atrás.

— Señor Bang... —murmuró su ayudante.

Lo miró y se encontró el retrato tembloroso entre sus manos, mostrando a Changbin.

Se levantó rápidamente saliendo del despacho, yendo hacia el pasillo de las habitaciones de los internos. Escuchaba los pasos de Kim y el médico detrás suya apresurados.

— Así es como se vería seis años después, joder —en el camino golpeó levemente la pared, sin detener su paso—. Jungsu, ¿desde cuándo está desapareciendo la gente y por qué no se me ha informado de ello?

— Las desapariciones empezaron a ser muy frecuentes hace dos años. Anteriormente solo han habido pocas, como en todos lados, señor. Eran insignificantes, por eso no se le comentó nada.

Se giró con brusquedad, el menor parando abruptamente para no chocar con su jefe.

— No hay nada insignificante cuando la vida de más de veinte adolescentes corren peligro, ¿está claro?

Kim asintió tembloroso— Sí, señor.

— Ahora entra ahí y enséñale el puto boceto —señaló la puerta de Seungmin.

Ambos se adentraron en la habitación, encontrándose a la víctima mirando por la ventana. Ya no llevaba la venda, pero sí una bufanda de color rojo burdeos para tapar la gran herida (y marca que dejaría posteriormente).