Seis de marzo 2020
Lugar desconocido
— Tu novio no te quiere —le había dicho Minho meses atrás—. No vendrá a por ti. ¿No crees que si tanto te quisiera ya te hubiera encontrado?En su momento no creía en sus palabras. Confiaba en Christopher y que hacía todo lo que estaba en su mano para encontrarlos. Pero cuando un pensamiento llega a tu mente es difícil desprenderse de él y te lo vas creyendo cada vez más.
Ha pasado mucho tiempo desde que está ahí, tal vez se hayan dado por vencidos o lo dieran por muerto. En cada caso, Jeongin no estaba seguro de si Chan lo volvería a querer en ese estado. Se miraba en el espejo y ni él mismo podía reconocerse. Había cambiado mucho; sus huesos se notaban demasiado, su piel palideció y no había una sola parte del cuerpo sin cicatrices y heridas. Su cabello estaba largo y apagado, y aunque Minho se lo cortó un poco hace unos meses, este todavía seguía por sus hombros.
Chris ya no me quiere. No me querrá. Cuando un pensamiento así llega, tienes dos opciones: o luchas contra él y lo niegas o lo asumes aunque duela. Jeongin intentó negarlo, seguir teniendo fe en el inspector, pero los días pasaban y él seguía ahí. Con todo esto, asumió que no volvería a ver a Chan.
Jeongin soltó un gemido agudo y bastante alto cuando, en un movimiento de cadera, logró que Minho tocara su punto. Estaba sobre él auto penetrándose, sus manos se apoyaban en las rodillas del peli morado ayudándose a saltar sobre su miembro. Minho tenía las manos afianzadas en su cadera, disfrutando de la vista.
— Si-sigue... —balbuceó Minho dejando marcados sus dedos en la piel.
Jeongin ha comenzado a obedecer a Minho sin rechistar. Ya lo hacía antes, pero terminaba llorando o suplicándole que no le hiciera daño. Las cosas habían cambiado, puesto que Jeongin hace las cosas por gusto y placer. Todo lo que dice y hace Minho está bien y él tiene el deber de obedecer.
El menor quiso coger su miembro para darse placer, olvidado e hinchado pidiendo atención. Más Minho le apartó la mano.
— No te toques, te lo he dicho mil veces.
No tenía permitido darse placer a sí mismo. Minho le había recalcado que él solo servía para dar placer, no para recibirlo.
Sin embargo, un par de saltos más hizo que ambos gimieran juntos, dando lugar al orgasmo. Jeongin pudo venirse sin necesidad de tocar su miembro.
Se apoyó con sus manos en el abdomen de Lee, manchandose de su propio semen, pero no le importaba. La mirada oscura de Jeongin se posó en los ojos contrarios, jadeante y el cabello alborotado sobre el rostro. Mostraba una apariencia intimidante y parecía que estaba esperando una orden de Minho porque no se había quedado satisfecho.
— ¿Puedo probar?
Minho se mantuvo unos segundos callado. No sabía qué hacer. Si bien su padre le había enseñado todo lo que sabía, nunca le enseñó que hacer cuando una presa quiere probar de la carne del cazador. Jamás se le había pasado por la cabeza que eso pudiera llegar a suceder, pero ahí estaba Jeongin para romper sus expectativas.
— Sí.
Sintió a su miembro ponerse duro de nuevo en el interior del chico y como las manos de su presa le recorrían el torso mientras se inclinaba sobre él y escondía la cara en su cuello.
De pronto la suave respiración se cambió por unos dientes inexpertos que mordían la piel entre su cuello y hombro con fuerza hasta arrancar más allá de la primera capa hasta llegar al músculo. Minho se corrió por segunda vez en el acto y Jeongin gimió por la sensación mientras chupaba la herida que hizo.
Luego se separan y quedan el uno al lado del otro tumbados boca arriba y mirando el techo sin decir nada. La sangre se escurre hasta llegar a la almohada y ese recorrido se vuelve adictivo a los ojos de Yang.
— ¿Te ha gustado? —preguntó Jeongin.
— No ha estado mal —el menor levanta una comisura de sus labios en una sonrisa con orgullo.
— ¿Puedo ir a tomar una ducha?
— Sí.
Con pereza se levanta y se pone la ropa interior para salir de la habitación. Una vez fuera, en el pasillo se encuentra con Felix. Se está apoyando en la pared y sujetándose el lateral del abdomen con una expresión de dolor intenso.
— ¿Qué te pasa? —le preguntó Jeongin. A Felix le costaba respirar.
— Ayer... Hyunjin y Jisung... creo que... que me he roto las costillas.
En algún momento su relación fue marchitandose. Se alejaron sin motivo. Y mientras Felix volvía en sí, Jeongin se perdía por el camino.
— ¿Roto? —Felix asintió.
— No puedo respirar bien —se quejó con la voz rota.
— Eres débil —aquello le pilló desprevenido.
— ¿Qué? —Jeongin se acercó peligrosamente a su rostro, Felix quiso retroceder pero no pudo moverse.
— Eres un animal al que solo usan por placer —gruñó con despecho—. Pronto se librarán de ti y espero que lo hagan pronto porque eres una vergüenza.
Jeongin siguió su camino hasta encerrarse en el baño, dejando a Felix llorando en el pasillo. No sabía a qué había venido eso y como Jeongin cambió tanto como para decirle estas cosas. Felix subió la mirada, encontrándose con los ojos de Minho, quien ha escuchado todo y sonríe orgulloso.
Orgulloso del monstruo que estaba creando.
Les dije que odiarían a Jeongin, pero esto solo acaba de empezar
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𝐂𝐀𝐍𝐍𝐈𝐁𝐀𝐋 ━━ 𝐒𝐊𝐙
Random━━━ Te perseguirán esta noche, te atraparán y te comerán vivo. Como si fueran animales. Una serie de desapariciones de jóvenes atemorizan al pueblo y Jeongin lo iba a vivir en sus propias carnes.