Dieciséis de septiembre 2019
Bloodside
— Seguramente el líder hubiera buscado a gente débil para que lo sigan, para que lo vean como alguien autoritario y superior —decía Bangchan, estacionados en una calle poco concurrida de Bloodside. Jungsu, en el copiloto, lo escuchaba atento—. Changbin no tenía a nadie y tenía mala relación con su padre, Hyunjin tampoco tenía a nadie y problemas con drogas.— ¿Cree que tenga predilección por los varones?
— Puede que sí. El líder haría que ellos lo vieran como un modelo a seguir, comparte cosas con sus súbditos y les da lo que necesitan. Él es fuerte, lo demuestra acabando con gente aún más débil que ellos.
— Y se los comen —Christopher siente un nudo en la garganta cuando Kim termina la frase.
En ese momento, su móvil vibra por una llamada de Yuna.
— Dime.
— No he podido encontrar algún familiar de Han Jisung en Bloodside, señor.
— Pero se suponía que Jisung vivía aquí, ¿no?
— Así es y su familia vivía aquí —suspira agobiada—. Pero el padre murió, su hermano se fue del país, actualmente se encuentra en Londres y no sé nada de su madre. Lo último que se sabe es que hace cuatro años fue desahuciada de su casa, la cual actualmente pertenece al banco.
— Necesito algo, Yuna, es el único que nos queda.
Hace menos de una hora que habían interrogado a la madre de Hwang Yeji. La joven chica de diecisiete años había desaparecido hace seis años sin dejar rastro, como todos los demás. Ella se había quedado sola un fin de semana mientras sus padres disfrutaban de su viaje de aniversario.
Cuando ellos volvieron, su niña pequeña no estaba por ninguna parte.
A Chan eso le recordó a su hermana.
Lo contaba su madre porque el padre de la chica se había suicidado meses después, preso de la culpa que caía sobre sus hombros.
— Oh, creo que tengo algo.
— ¿Qué es? —escuchaba sus dedos teclear.
— Una fotografía de la señora Han.
— ¿Y eso en qué ayuda?
— Inspector —Jungsu le mostró en su tableta la imagen de la mujer a la que buscan. De pronto, sus ojos se abrieron con sorpresa.
— Es la loca de Bloodside.
La loca de Bloodside. Así había escuchado como todos los ciudadanos llamaban a esa pobre y psicótica mujer, aquella que vagaba por las calles con trapos como prendas, pelo sucio y revuelto. Dormía en la calle bajo cualquier techado y arropada con cartones. A veces se la escuchaba gritar y asustar a niños pequeños en los parques, les decía que debían portarse bien, porque ella no lo hizo y Dios la castigó quitándole todo.
— Luego te llamo —sin esperar una respuesta, colgó el teléfono y arrancó el coche.
— Es imposible razonar con una loca —le dijo Jungsu al bajarse del coche.
Localizó a la mujer patrullando por el pueblo, sentada en el bordillo de la carretera.
— Deja de llamarla loca, es ofensivo —regañó antes de carraspear y dirigirse a la fémina—. Señora, soy el inspector Bang y él es mi ayudante Kim, ¿podemos hacerle unas preguntas?
Ella seguía mirando al frente.
— Señora Han, me gustaría hacerle unas preguntas —volvió a repetir.
— Han... ese no es mi apellido —susurró casi inaudible.
— La negación es la primera fase de un trauma —le susurró Jungsu en su oído y el mayor le miró de forma fastidiosa.
— Queremos saber sobre la desaparición de su hijo Jisung.
— No desapareció, Dios me lo quitó porque hice cosas malas.
— ¿Qué cosas malas?
— Primero fue mi pequeño Ji, luego mi marido y, al final, el diablo me abandonó.
— ¿Quién es el diablo? ¿Taeji, su hijo mayor?
— Dios me mandó a Taeji como una prueba, lo hice mal y me quitó a mi pequeño —en esos instantes se echó a llorar desconsoladamente.
— ¿Qué hizo Taeji? —Chan se sentó a su lado, guardando cierta distancia, el hedor que desprendía era insoportable.
— Le hizo daño a mi niño...
— ¿El qué?
— Taeji siempre ha sido muy malo con él... siempre le pegaba. Al principio no le eché cuentas porque, al fin y al cabo, solo imitaba a su padre.
— ¿Y después?
— Él fue a más... era la prueba definitiva que Dios me estaba imponiendo. Su hermano le... lo violaba por las noches —se tapó la boca callando ese sollozo inevitable—. Mi esposo me dijo que no hiciera nada, que se lo merecía, ¡pero mi niño no hizo nada!
— Y usted no lo detuvo.
— El diablo me convenció de no hacer nada y le dejé hacerlo... Y me lo quitó de las manos de un día para otro...
— Señora, su hijo fue secuestrado y me temo que tiene relación con el secuestrador actual de los jóvenes.
— No, fue el diablo. Satanás, sí. Fue él. Y Dios me está castigando por haberle dejado entrar. ¿Eres un mandado de Dios? —se acercó demasiado cerca, con los ojos bien abiertos al hacer la pregunta— ¿Va a devolverme a mi niño? ¿Terminará este suplicio para mí?
— Intentaré hacer lo posible, señora —se levantó, queriendo dar la conversación por terminada.
— ¡Eres un ángel! ¡Vas a salvarme! — se inclinó totalmente sobre sus zapatos mientras lloraba y se reía a la par.
— Gracias por su aportación.
Ambos policías se alejaron de ella mientras gritaba cosas sin sentido.
— ¿Va a creer lo que le ha dicho?
— Esto solo refuerza mi teoría de que el líder buscaba personas más débiles que él. Han Jisung desapareció años antes que Hyunjin, tenía doce años. Varón y pasaba por una mala situación familiar. Era débil.
— Quizá a Jisung le dió algo de protección y al ser un niño es de fácil manipulación.
— Probablemente.
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𝐂𝐀𝐍𝐍𝐈𝐁𝐀𝐋 ━━ 𝐒𝐊𝐙
Random━━━ Te perseguirán esta noche, te atraparán y te comerán vivo. Como si fueran animales. Una serie de desapariciones de jóvenes atemorizan al pueblo y Jeongin lo iba a vivir en sus propias carnes.