𝐂𝐀𝐍𝐍𝐈𝐁𝐀𝐋 ━━ 𝐒𝐊𝐙

𝐂 𝐔 𝐀 𝐑 𝐄 𝐍 𝐓 𝐀 𝐘 𝐎 𝐂 𝐇 𝐎

Tres de julio 2020
Bloodside

¿Alguna vez has tenido ese sentimiento de vacío? No sientes dolor, ni felicidad y solo estás existiendo. Todo resulta fastidioso y parece que nada de lo que haces está bien. Al mismo tiempo todo parece darte igual. Simplemente todo deja de tener importancia.

Es el peor de todos, porque cuando llega, no se va. Se queda ahí, contigo. Todas las noches mueres un poco más, y es más doloroso porque te ves a ti mismo muriendo.

A Bangchan le abrazó una soledad tan espantosa que estaba contemplando el suicidio. Nadie se conmovería por su muerte, absolutamente nadie. Quizá su pobre madre llore unos días, pues estaría perdiendo al hijo que le queda. Su padre estaría feliz, al fin y al cabo le sigue echando la culpa de la muerte de su hija. Los padres que perdieron a sus hijos y esperan que él los encuentre estarán felices, porque el responsable de atrapar a los secuestradores no ha hecho las cosas bien.

¿En qué momento dejó de creer en él mismo? ¿Cuando dejó que todo le consumiera hasta convertirse en un fantasma en vida?

Lo había intentado mil veces y mil veces fracasó. Estaba harto de levantarse cada mañana y pensar, ¿encontrarán algo? A estas alturas, ¿vale la pena luchar siquiera por él mismo?

Parecía que había asumido hace tiempo que Jeongin no regresaría, que estaba muerto y él también debería estarlo. Entonces no entendía por qué seguía existiendo, cuando ya no le queda nada por lo que luchar. Si pudiera pedir una cosa sería vivir en paz. Y para eso solo hay una alternativa.

Las lágrimas no dejaban de salir postrado frente al espejo encima del lavamanos. Llevaba una camiseta de mangas cortas, dejando el antebrazo izquierdo expuesto a un trozo de botella de cristal puntiagudo y afilado.

Hacerlo no le suponía un problema, no era un debate que estuviera teniendo en ese preciso instante, sino que con el tiempo parecía tenerlo cada vez más claro.

Ignoró por completo los golpes y gritos en la puerta principal. Era Seungmin, de quién no había sabido nada en meses. Por lo que sabía, él junto a sus abuelos se trasladaron a Nueva York para estar más cerca del psiquiatra que lo estaba tratando. Volverían cuando Seungmin se recuperase, aunque el doctor le aconsejó que no volviera jamás para no desatar brotes psicóticos.

Clavó el cristal en la carne unos cuantos centímetros y, aunque le dolía, siguió arrastrando el objeto filoso por su antebrazo. La sangre escurriendose por su brazo y manchando el suelo y el lavamanos.

— ¡No, no, no, para! ¿¡Qué demonios haces!? —Seungmin chilló y le quitó el cristal antes de que terminara de cortarse completamente las venas.

Christopher se dejó caer al suelo totalmente abatido, apoyando su espalda en la bañera mientras lloraba.

Seungmin se echó las manos a la cabeza, rápidamente buscando entre los cajones alguna venda e instrumentos con los que limpiar la herida.

Había regresado por primera vez en meses a Bloodside. Su psiquiatra le dijo que aún era pronto que volviese porque podría hacerle daño. Él tampoco quería volver, pero unas noches atrás soñó con Jeongin, precisamente con la primera vez que se vieron y Yang hizo que fueran amigos. A partir de ese momento no se separaron ni un segundo. Aunque le doliera regresar, debía hacerlo por su mejor amigo. Por suerte recordó que a este se le había escapado un secreto sobre qué Chris suele ser despistado y tiene una llave de repuesto bajo la maceta en la entrada.

— ¿Por qué lo has hecho? —preguntó con un nudo en la garganta, cogiéndole el brazo para limpiar la sangre de alrededor de la herida.

Seungmin se quedó estático unos segundos, recordándole el momento en el que le arrancaron parte del cuello. Más sacudió la cabeza quitando esos pensamientos para poder curar esa herida.

— No puedo más —contestó. Chan lo vio, aún seguía portando esa bufanda roja y por el movimiento vio la cicatriz. Era grande y había adquirido un color unos cuantos tonos más oscuros que su piel.

— Sí que puedes, vamos a encontrar a Jeongin.

— No, no va a volver. No merezco seguir vivo.

— Deja de decir estupideces —dijo cogiendo su cara, obligándole a mirarlo—. Todos están esperando a que salgas adelante. Jeongin te necesita.