Dieciséis de diciembre 2013
Lugar desconocido
— Amo... —lloriqueó Changbin de rodillas en el suelo, intentando alcanzar sin éxito la pierna de Minho para que no se marchara.No me dejes solo. No me dejes solo. Tú no.
— Haré lo que desees —se encontraba desnudo con la intención de provocar algo de deseo en el otro, cosa que ya no sucedía.
Minho ya no iba por las noches a hacerlo suyo, a hacerle aquellas marcas en la piel a causa de arrancarle la carne con los dientes, ya no proclamaba su territorio como un animal. No, simplemente ignoraba a Changbin, a su presa.
Changbin se estaba temiendo lo peor. Por lo que le habían contado Hyunjin y Jisung, Minho había tenido más presas antes de él y, cuando se cansó de ellas, se las comió empezando por las extremidades, poco a poco.
No quería ese final para él. Prefería seguir vivo a costa de satisfacer a Minho en sus extraños fetiches caníbales, que poco a poco fueron convirtiéndose en los suyos. No es que hubiera probado de la carne del peli morado porque realmente no estaba interesado en ello, pero le gustaba que Minho le arrancara la piel de cuajo durante el sexo.
— Me aburres, Changbin —escupió sin escrúpulos, mirándolo desde arriba con altanería.
— No, no, no me digas Changbin —sollozó—. Soy... soy tu conejito...
— No, me he cansado de ti.
— ¿Qué puedo hacer?
Changbin solo pedía que lo volviera a querer una vez más, a su manera, claro. Era totalmente consciente de que Minho no le quería en el ámbito sentimental, como lo hacía él. ¿Aunque a eso se le puede llamar amar? ¿O es solo que confunde sus sentimientos porque nadie en su vida le ha mostrado un gesto de cariño? Quizá solo se estaba aferrando a la única persona que parecía quererlo de un modo u otro.
— Eres ridículo arrastrándote.
— Por favor, amo, dime qué puedo hacer —suplicó inclinándose totalmente ante sus zapatos.
— Es imposible que vuelva a tener interés en ti, has perdido el gusto.
— No me mates, por favor —susurró entre lágrimas.
— ¿Cómo dices?
— ¡No me mates! —exclamó mirándolo a los ojos.
Minho nunca había visto tanto miedo en esos orbes. Sin embargo, soltó una risa nasal y una media sonrisa.
— No voy a matarte —cuando quiso darse cuenta, el mayor le tendía una mano para levantarse—. Vístete, vamos a comer.
Changbin hizo lo que le pidió sin rechistar. No sabía exactamente a qué se refería Minho con ir a comer porque siempre comía en esa habitación de la que ya no nota el olor putrefacto y suele comer pan duro y agua que le trae una chica. Yeji, cree que se llama, pero para los demás es un gatito, el gatito de Jisung. Le parecía una chica tan pura y simpática, que ojalá la hubiera conocido fuera de ese lugar. Sus ojos siempre brillaban a pesar de tener heridas por todas partes, tenía una sonrisa que mostrarle cada día. Pero conforme pasaba el tiempo, se fue apagando.
Pobre de ella, que ese día no se supo más de su existencia. Pobre de él, que se la comió para contentar a Minho.
No le gustaba, claro que no. Era un sabor extraño, la carne era muy suave a comparación a la de pollo o ternera, pero no le terminaba de convencer. Eso, y sumando que se trataba de un ser humano. Pero lo haría por Minho y por tener su atención de nuevo. Al fin y al cabo, solo era un muchacho que no sabía lo que era sentirse amado y no quería perder a la única persona que lo acercó a ese sentimiento.
Sin embargo, Minho nunca más le pondría una mano encima.
— ¿Cuando iremos a cazar? —cuestionó Hyunjin, el más hiperactivo y el más extraño. Diría que Hyunjin no está bien de la cabeza, pero ¿quién lo está ahí?
Cazar. La simple palabra le revuelve el estómago. Como si la gente a la que maltratan, abusan, mutilan y después ingieren fueran simples animales de caza. Solo espera no perder el raciocinio como Jisung y Hyunjin, que están deseando salir a cazar para probar la carne recién cortada.
— Pronto —respondió Minho cortando la carne con un cuchillo, como si fuera un finísimo entrecot.
Vio a Jisung comer la carne de su presa, su juguete, como él decía, y sus ojos ponerse blancos del gusto. Entonces, le entró una arcada que supo disimular muy bien.
— No digas pronto que me desespero.
— Quiero enseñarle cosas a Changbin para que venga con nosotros.
— ¿Vas a traer a tu presa con nosotros? Será un estorbo —argumentó Han.
— Va a unirse a nosotros. Ya no es mi presa, ahora es solo Changbin.
Los otros dos no dijeron nada más y da gracias a que Minho terminó antes que él y le exigió que lo siguiera. Fue tras él, descalzo y clavándose alguna que otra astilla de la madera vieja hasta el final de un pasillo oscuro y sin ventanas.
— Ya no tienes valor como presa, pero matarte sería un malgasto de energía, porque eres incomestible —de alguna forma aquello hirió su ego—. Pero has aguantado y eso me gusta, eres fuerte y más lo serás cuando te unas a nosotros y comas carne humana a diario.
Abrió la puerta y bajó las escaleras, el olor se hizo tan insoportable que soltó un quejido y se paró en su lugar tapándose la nariz, más el peli morado agarró su brazo y tiró de él.
Pronto los pies de Changbin pisaron un líquido que catalogó como sangre en ese suelo de cemento y, gracias a la linterna de su ex amo, pudo ver unas especies de jaulas o celdas a los lados del pasillo.
Mientras avanzaba, veía a jóvenes con extremidades mutiladas en las últimas.
— Elige uno —le dijo Minho en medio de su incomprensión y miedo. En ese instante, pudo divisar a Yeji al final. Le faltaban ambas piernas y estaba rodeada de sangre. Su piel era pálida como la nieve y parecía estar muerta. Parecía, porque su pecho aún seguía moviéndose lentamente—. Lo terminarás de matar y podrás venir con nosotros. Si no, ya pensaré que hacer contigo.
Changbin no señaló la celda de la pelirroja para unirse al clan de Minho precisamente. Changbin no entró allí y mató a la chica para contentarlo.
Se agachó temblando y tocó los hombros fríos de ella, quien abrió los ojos lentamente y susurró su nombre en un hilo de voz. Él estaba llorando, porque le dolía verla así. La atrajo a su pecho y la abrazó antes de romperle el cuello en un solo movimiento. No quería verla sufrir más.
Así, poco a poco se fue uniendo a ellos, a cazar y matar adolescentes con la finalidad de que Minho le volviera a amar. Pero Minho no volvió a mirarlo de la misma forma, buscando la presa perfecta y definitiva. Y Changbin poco a poco se fue desencantando del mundo, del por qué hacía tal atrocidad y de él mismo.
¿Personaje favorito?
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𝐂𝐀𝐍𝐍𝐈𝐁𝐀𝐋 ━━ 𝐒𝐊𝐙
Random━━━ Te perseguirán esta noche, te atraparán y te comerán vivo. Como si fueran animales. Una serie de desapariciones de jóvenes atemorizan al pueblo y Jeongin lo iba a vivir en sus propias carnes.