Vivir en un lugar donde sólo tienes permitido ser hetero, donde a las personas homosexuales la tratan como si fueran ratas de laboratorio o quizás peor.
Es una pesadilla vivir así, quizás nunca debí enamorarme de ella, nunca debí hacerlo.
Pero es ta...
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ARLENNE D' KAYSER
Desde la muerte de mi esposo no he sabido que hacer con mi vida, sé, más que nadie, que Lara no tiene la culpa. O quizás sí.
No estaba ahí cuando ocurrió, no estuve en casa.
¿Por qué la golpeo sí tengo más que claro que no tiene la culpa?
Pero, sin embargo, la adrenalina que me esparce la droga es algo que me mantiene intranquila. La veo como la culpable a todas mis desgracias.
Ese maldito día yo estaba con el vecino, haciendo paquetes para la próxima entrega de ropa. No hubo una despedida hacia mi esposo, y el que Lara no explicara hizo que estando sola me desatara a llorar y probar de esa sustancia que se volvió mi casita.
Cuando tiempo después me enteré de que la chica que murió ese día era pareja de Lara, no fue una buena reacción, y aunque esté en contra no debí de alzarle la mano.
— ¿Me amas? —preguntaba los días siguientes después de que la golpeara, en mi conciencia se repetía un maldito sí, pero de mi boca salía un detestable no, cargado de veneno que la hacía llorar.
Hasta que un día dejó de preguntarlo y fue lo que más me dolió, llegué a llevarla a una feria, pero al verla tan apagada me di cuenta de que apagué esa chispa que la hacía brillar.
Ni el chico más inteligente, hermoso y educado le llamaba la atención, sólo una chica con piercings y cabello morado le atrajo. Donde en sus ojos se veía una salvación o perdición.
Intenté varias veces dejar aquellas sustancias, pero pasó un momento donde la golpeé tan fuerte casi cerca de sus senos que pensé en llevarla al hospital.
No lo hice.
Mi hermana casi me lleva hacia un juez para quitarme la custodia de Lara, pero le convencí de que no lo hiciera, que me iba a quedar sola y que iba a cambiar.
No pasó.
Sólo quiero decir, que sí algún día, Lara entabla una relación sea un chico o una chica, yo deseo que esté fuera de las drogas.
Y me odio cada segundo.
Pero, en este momento decidí despejar mi mente de recuerdos horribles e inhalé lo que estaba frente a mí, paquetes llegados de Inglaterra de una Mafia M.
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Holi, Holi.
Un extra desde la perspectiva de Arlenne.
Arlenne es una mujer casi en sus cuarenta y tres años, está bajo la adición de las drogas como ya pudieron leer, pero, sin embargo, en mi humilde opinión hay otras formas de superar la muerte de un ser querido y no ir al maltrato hacia tu hija que solo quiere ser libre.
Sólo quiero saber, ¿Qué opinan?
Arlenne cada vez que prueba las drogas enviadas de una mafia de Inglaterra:
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