cap II. Una extraña propuesta

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Esta parte contendrá un breve encuentro sexual entre Yuuri y una chica, espero no les incomode pero en el futuro tendrá su razón.



Yuuri acababa de cumplir dos meses trabajando en la cafetería, se sentía cómodo en ella ya que el señor Pavlov era muy amable con él al igual que sus compañeros, aún asi había comenzado a dejar solicitudes en otros restaurantes de la ciudad pues a pesar de sus medidas para ahorrar dinero este era insuficiente para pagar su elevada deuda, sin duda le doleria dejar ese lugar pero no tenía otra opción más que buscar otro sitio donde le ofrecieran mejor salario. un jueves por la noche mientras cenaban en la cocina, Yuuri, pichit y una mesera llamada Sasha conversaban animadamente.

-Hoy casi no hay clientes.- se quejó la chica.

-Los martes tú sabes que es el día con menos movimiento.- respondió el japonés que tomaba una taza de café.

-Lo cual es terrible para los meseros que dependemos también de las propinas.- siguió diciendo Sasha.

-¿Pueden creer que ya van cuatro asesinatos en menos de una semana?- exclamó pichit que tenía la cabeza metida entre las hojas del periódico.

-¡Pichit por favor! no me agradan las charlas sobre nota roja.- dijo Sasha.

-Lo siento, es sólo que me llama la atención la cantidad de crímenes ocurridos en las últimas semanas.

-¿Y la policia aun no tiene pistas?.-preguntó el nipón.

-No, lo único que sospechan es que se trata de los mismos sujetos.

-¿Y eso por qué?.-

-Porque en todos los casos han encontrado en la escena del crimen una rosa negra de terciopelo.-

-¿Una rosa negra?.- dijo Yuuri con sorpresa.- ¡vaya! si que son unos tipos raros.-

-La policia cree que puede ser una especie de señal en caso de tratarse de un ajuste de cuentas entre bandas contrarias.- opinó el tailandés.

-Podría ser eso efectivamente, según sé la mafia roja sigue activa.- concluyó el japonés.

-¡Chicos por favor! cambien de tema o me marcharé.- sentenció Sasha.

-¿Y que ha pasado con las solicitudes de empleo que has dejado en otros sitios?.- cuestionó el tailandés cambiado de tema para complacer a la chica.

-No he recibido respuesta de ninguna de ellas.-

-No te preocupes, estoy seguro de que pronto recibirás buenas noticias.-

-¡Un momento! ¿eso significa que dejarás esta cafetería?.- preguntó Sasha con sorpresa.

-Si se presenta la oportunidad lo haré.-

-¿Pero por qué?.- insistió la chica.

-Yuuri es un magnífico chef y como tal es inapropiado que permanezca en un lugar como este, él necesita brillar.- intervino Pichit.

-Pichit por favor.-

-¡Pero es cierto! tú no eres como nosotros que no somos mas que humildes meseros.-

-Entiendo pero....- los castaños ojos de la chica reflejaron una profunda tristeza pues para nadie dentro de aquel modesto local le era secreto el interés de esta por el japonés.

-¡Chicos! tenemos clientes.- exclamó el señor Pavlov entrando precipitadamente a la cocina.

-¿¡Tan tarde?!.- Yuuri se sorprendió de que hayan llegado clientes a una hora en la que generalmente estaban proximos a cerrar.

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