En una minúscula plaza un par de cansados viajeros observaban en silencio el imponente paisaje que se desplegaba ante sus ojos, los montes Urales se levantaban orgullosos ocultando su cima entre nubes color salmón, el aire fresco de la tarde se filtraba entre las soñolientas calles donde humildes campesinos descansaban después de un intenso día de trabajo en los campos de coles, patatas, trigo y avena que rodean al pueblo enclavado entre bosques de robles, pinos y castaños.--Busquemos a mi abuelo.-- dijo de pronto el peliplata.
--Sí pero...¿crees que aún viva?.-- preguntó el pelinegro.
--No estoy seguro pero sospecho que si.--
--Y en caso de no ser asi, ¿nos quedaremos aquí?.--
--Sí Yuuri, ya no viajaremos más, aquí esperaremos lo que el destino nos traiga.-- Yuuri asintió, estaba de acuerdo con Viktor pues creía que ya no tenía caso seguir aquella huída, si la justicia los alcanzaba hasta ese remoto lugar la enfrentarían con resignación y asumirían las consecuencias de sus acciones, no había otro camino.
A un lado de la plaza justo en la puerta de una casa de madera bastante derruida una mujer de mediana edad tejia una bufanda, Viktor se acercó a ella con una amable sonrisa.--Buenas tardes señora.-- saludó.
--Buenas tardes caballeros.-- respondió la mujer viéndolos con curiosidad.
--¿Me permite una pregunta?.-- prosiguió el ruso.
--Desde luego.--
--Gracias, ¿de casualidad conoce a un hombre llamado Garald Kisilev?, si vive debe tener alrededor de 80 años o quizás un poco menos.--
La mujer permaneció en silencio unos segundos como buscando entre sus recuerdos.-- ¡Ah ya lo recuerdo!.-- dijo finalmente.
--¿Vive aún?.-- preguntó el ruso con impaciencia.
--Si vive.-- contestó la mujer a lo que el rostro de Viktor se iluminó.
--¿Nos podría indicar su dirección?.--
--Tiene una casa a la orilla del pueblo junto a la laguna pero sólo pasa el invierno en ella.--
--¿Y el resto del año?.--
--En su granja junto al rio.--
--¿Está lejos de aquí?.--
--No mucho, si siguen por esa calle llegarán a un camino un poco angosto montaña arriba, si apuran el paso estarán ahí antes del anochecer.-- la mujer les señaló una de las calles que rodeaban la plaza.
--¡Gracias señora!.-- agradecieron ambos.
--Vamos Yuuri, debemos darnos prisa.
Tal como lo dijo la mujer al salir del pueblo siguiendo la calle señalada, un camino bastante estrecho circundado por grandes cipreses y verdes campos de cultivo les indicaba su ruta a seguir, ambos estaban cansados pero querían llegar lo antes posible a su destino que se adivinaba estaba cerca.
--¿Qué ocurre?.-- preguntó el peliplata con preocupación al ver como Yuuri se había quedado detenido en pleno camino.
--Tengo miedo Viktor.--
--¿De qué? ¿de la policía?.--
--No.--
--¿Entonces?.-- Viktor se regresó hasta donde estaba el nipón.
--De tu abuelo.-- respondió con voz baja.
--¿¡De mi abuelo!? Yuuri por favor no es...--
--¿Acaso no has pensado en cual será su reacción al conocer nuestra relación?.-- lo interrumpió.
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Black Velvet
Fiksi PenggemarYuuri katsuki un inmigrante japonés llegado a Rusia desde la infancia queda en la quiebra con solo una impagable deuda, sin embargo pronto recibirá una extraña pero tentadora oferta de trabajo la cual toma sin pensarlo lo que no imagina es que su vi...