Cap XIV- Amantes.

259 42 30
                                    

-¡Yuuri! deja eso y ven conmigo.- dijo Viktor entrando a la cocina mientras el japonés preparaba un llamativo borsh, en realidad ya no era su trabajo pero le gustaba cocinar para su pareja y para si mismo.

- ¿Qué pasa?.- preguntó con extrañeza al ver la actitud entusiasta del ruso.

-Es una sorpresa.- Respondió.

-¿Una sorpresa?.-

- Asi es, ahora ponte esto.- Viktor puso una gruesa banda de tela en los ojos del nipón.

Ambos salieron al patio mientras Yuuri se preguntaba que era lo que Viktor planeaba con tanto misterio.- ¿Aún no me puedo quitar esto?.-

-Por favor Yuuri no seas impaciente.- Por fin se detuvieron en pleno patio trasero justo a tiempo ya que el japonés estaba verdaderamente ansioso.- Ahora si, puedes quitarte la venda.-

Yuuri abrió los ojos con asombro, no podía creer lo que tenía frente a él ya que se trataba de un auto deportivo de color negro sin duda de un elevadísimo costo.-¿Pero esto es...?-

-¿Para ti? obviamente que si.- afirmó el ruso.

-Pero...yo no...-Yuuri no sabía que decir ya que ni en sus más descabellados sueños imaginó algo asi.- Digo no es necesario que me des obsequios asi.-

-¡Yuuri! recuerda que acordamos que yo te daría lo mejor y tú sólo lo aceptarías, es un trato justo.- añadió riendo.

-Entonces muchas gracias.- el japonés se sentía sorprendido por tal regalo aunque no era el primer vehículo que recibía puesto que un par de semanas antes Viktor le había dado una magnífica motocicleta con la que incluso había ido un par de ocasiones a Moscú pues ya salía completamente solo cuando lo quería.

-Entra.- dijo abriendo la puerta del auto a lo que Yuuri subió sintiendo un gracioso temor de ensuciar los suaves asientos de piel de color marfil.- y bien, ¿qué opinas?.-

-¡Es magnífico!.- respondió posando las manos sobre el volante.- sólo hay un pequeño problema.-

-¿Y cuál es?.- cuestionó el ruso.

-Que no sé conducir.-

-¿¡No sabes!?.-

-¡Oye! lo único que tuve fue una vieja motocicleta en la que me iba al instituto de gastronomía aparte de la que conducía cuando trabajé repartiendo pizza.-

-Oh entiendo, por lo pronto será mejor que practiques en los alrededores de la mansión yo te enseñaré cuando tenga tiempo.-

-¿Y por qué no ahora?.- preguntó graciosamente.

-Lo siento pero por ahora debo hacer algunas llamadas y recibir una importante visita.-

-Ya veo.- contestó el nipón haciendo un tierno puchero.

-No te enojes.- Viktor sonrió a la vez que acariciaba los cabellos del pelinegro.-Te prometo que te enseñaré, mientras tanto si quieres salir a alguna parte puedo pedirle a Beka que te lleve.-

-¿¡En serio!? me gustaría ir a Moscú a visitar la cafetería del señor Pavlov.-

-¡Claro! sólo dile y te llevará.-

-Gracias, iré a vestirme.- se despidió el nipón.

Media hora después el lujoso auto corría velozmente por la autopista conducido por el Kazajo mientras el japonés veía sus notificaciones en su teléfono.- Es un auto magnífico.- dijo Beka tratando de romper el silencio.

-Pues..yo no sé mucho de autos pero supongo que es así.- contestó el nipón.

-Es muy bueno, creeme.- Beka volvió a su habitual silencio hasta que después de un rato retomó la palabra.- Yuuri, he pensado que debí pedirte disculpas desde hace tiempo, después de todo formé parte del engaño para traerte aquí.-

Black VelvetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora