Sasha Vasilenka estaba muerta; aquella chica de 23 años, jovial, dulce y bastante impulsiva también, había sucumbido ante un disparo en el pecho cuando en su terror ante la idea de que Yuuri terminara herido o muerto en aquel ataque que inició de forma inesperada decidió salir detrás de él como si de alguna manera lo pudiera proteger, sin embargo aquella decisión fue la peor de su vida cuando quedó a merced de los crueles hombres de Mijaíl Stepanov que acudieron a la cafetería dispuestos a cumplir su terrible misión de asesinar a Yuuri al que ya reconocían como un enemigo de creciente peligro.
-¡Sasha por favor!.- sollozaba el japonés sosteniendo en sus brazos el cuerpo aun tibio de la chica mientras veía con dolor una gran mancha de sangre en su pecho cubierto de una delgada playera de color rosa pálido y que se extendía hasta el piso donde el líquido rojo se acumuló formando un charco.
-Yuuri, debemos irnos.- dijo Yura al oir el lejano sonido de una ambulancia.
-¡Noo! tengo que ir al hospital con ella.-
-¡Yuuri reacciona!.- dijo alzando la voz.- sabes muy bien que no la llevarán ahí, ya no hay nada más que hacer al igual que por el señor Pavlov.-
-La policía está a punto de llegar.- dijo Otabek.-¡Vámonos!.- Yura y Beka tomaron al japonés de ambos brazos para obligarlo a levantarse, fue entonces que se dio cuenta de que efectivamente el sonido de una sirena se escuchaba más cerca y aunque la policía en si no era un gran problema para ellos debido a la protección de los altos políticos, de cualquier manera preferían no tener que dar explicaciones a cada agente mientras eran detenidos al menos por un par de horas hasta que eran liberados después de que Viktor pagara una generosa fianza.
-Toma las llaves.- dijo el nipón mientras corrían al estacionamiento ya que prefería que el rubio condujera su auto pues aún se sentía aturdido por la impresión de lo recién sucedido.
Salieron justo a tiempo antes de que al menos cuatro patrullas seguidas de una ambulancia llegaran al pequeño restaurante en el que un par de comensales resultaron heridos aunque no de gravedad, cosa distinta pasaba con Elias Pavlov y Sasha Vasilenka cuyas vidas terminaron abruptamente en esa tibia noche de verano.
El camino de regreso a la mansión transcurrió en una tensa calma, lógicamente todos permanecían alerta a otro posible ataque aunque afortunadamente ya no se percibió nada extraño, Yuuri permaneció en silencio y sólo un muy discreto sollozo escapó de sus labios provocando que el ruso se llenara de preguntas que no obstante prefirió no hacer.
Al entrar a la mansión el japonés caminó como si de un sonámbulo se tratase hasta que al pie de la escalera levantó la vista y ante él con gesto severo se encontró con Viktor.-¡¿Donde demonios estabas!?.- le reclamó con visible enojo.- ¡Te llamé varias veces y no respondiste! ¡Sabes que eso no se lo tolero a nadie ni siquiera a ti! ¡además saliste sin tus guardias!.- Viktor por primera vez se veía realmente furioso con el nipón.
-Lo siento yo...- Yuuri bajó la vista sin poder hablar aún con claridad.
-Será mejor que yo te lo diga.- intervino Yura que estaba detrás de Yuuri.
Viktor asintió a lo dicho por su hermano.- ¡Ve a nuestra recámara, tenemos un asunto que arreglar!.- le ordenó a Yuuri con severidad.
El nipón obedeció en el acto, al entrar a su alcoba no pudo más que echarse sobre la cama poniendo la almohada sobre su cabeza como si con eso pudiese sofocar la terrible imagen que se rehusaba a abandonarlo, así permaneció hasta que Viktor entró con paso lento y actitud seria colocándose al lado de la cama.- Tenemos que hablar muy seriamente.- dijo sin más preámbulo.
Yuuri dejó de lado la almohada y se sentó al borde de la cama con la vista pegada al piso.- Lo siento Viktor yo...-
-¿¡Crees que sólo con disculparte es suficiente!?-. lo interrumpió.- ¡pues no lo es! ahora quiero que me digas toda la verdad, ¿¡me oiste!? ¿quién era esa chica cuya muerte te afectó tanto?.- el semblante del ruso mostraba un profundo enojo.

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Black Velvet
FanfictionYuuri katsuki un inmigrante japonés llegado a Rusia desde la infancia queda en la quiebra con solo una impagable deuda, sin embargo pronto recibirá una extraña pero tentadora oferta de trabajo la cual toma sin pensarlo lo que no imagina es que su vi...