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Mi abuelo no me dijo nada mientras volvíamos al colegio. Caminé hasta mi habitación y m senté en la cama mirando la flor mágica que me había dado mi padre. Ahora la flor estaba seca y marchita, ya no tenía luz, estaba apagada. No quería tocarla porque pensaba que iba a romperse.

-Lerry ¿podemos pasar? -Me preguntó Hermione y asentí. Entro acompañada de Harry y Ron.

-Lerry por favor... -Comenzó Harry y negué

-No fue tu culpa, nadie sabía que eso iba a pasar, todos decidimos seguirte

-Queríamos que vieras esto -Me dijo Hermione y me dio el diario el profeta donde había un enorme encabezado; "El señor tenebroso ha vuelto, Potter, Dumbledore y Lerry Black quedan reivindicados"

-Chicos, no es que no los quiera, pero deseo estar sola -Les dije y ellos asintieron

-Estaremos siempre para ti -Me dijo Ron y se fueron.

Me levanté de la cama y camine hacía mi baúl. Tomé la cajita que mi padre me había dado con los anillos de bodas de mis padres, los saqué, los puse en una cadena de oro y me los colgué al cuello. Volví a la cama, me acosté y apreté los anillos contra mi pecho.

-Deberías intentar dormir -Dijo mi abuelo cuando entró a mi habitación.

-No puedo, siempre que cierro los ojos veo a mi padre morir, no puedo...

-Tu padre fue un gran hombre -Lo miré

-Abuelo... ¿Te molesta que quiera usar el apellido de mi padre?

-Claro que no pequeña -sonrió- Ser una Black es tu legado, no te avergüences de ello -Será mejor que me vaya, escuché que querías estar sola.

Se levantó de la cama y caminó hacía la puerta. Me acomodé en la cama dándole la espalda a la puerta y mirando por la ventana.

-Señor Weasley me alegro de verlo -Le dijo mi abuelo a alguien

- ¿Puedo pasar a ver a Lerry? -Preguntó George y asentí leve

-Claro, pasé, los dejo -Dijo mi abuelo y cerró la puerta.

George atrajo una silla con su varita y se sentó delante de mi sin decir nada, solo observándome. Su cabello rojo anaranjado había crecido un poco y lo tenía un poco alborotado al frente. Usaba un traje con un chaleco morado y una W en la solapa.

- ¿Vas a decirme algo o me vas a mirar solamente? -Pregunté

-No sé si quieras que te diga algo -Respondió

-Pensé que me dirías que tengo que animarme y sentirme bien

- ¿Por qué te diría semejante estupidez? -Me dijo -Es muy normal que estés triste

-Íbamos a ser una familia -Sollozando -Íbamos a vivir juntos por fin

- ¿Qué puedo hacer para ayudarte? -Preguntó

Me moví a un lado, no tuve que decirle nada más, se levantó de la silla, se acostó a mi lado y me abrazó. Comencé a llorar.

-Me siento tan sola, tan culpable -Dije llorando contra su pecho.

-No estás sola Lerry -Me dijo -Yo no te dejaré sola -susurró contra mi cabello -Estoy completamente enamorado de ti.

Me separé de su pecho, levanté mi rostro y lo miré. Pasé mis dedos entre su cabello, acaricié su mejilla, lo atraje hacía mi y lo besé, lo besé apasionadamente mientras él me apretaba contra su cuerpo y sus dedos se enterraban en mi espalda y mi cabello.

-Yo también estoy completamente enamorada de ti -Rozó su nariz con la mía y lo abracé.

-Deberías descansar -me dijo -No quiero que te debilites -Y acarició mi cabello

Asentí, me pegué a su pecho y escuché los relajantes sonidos de su corazón, su cuerpo irradiaba calor y me sentía tan cómoda.

-Duerme, yo cuidaré tu sueño mi cielo, no te preocupes – Y le creí. Después de dos días de no poder dormir, cerré los ojos, me sumí en un sueño profundo y descansé sin tener pesadillas. 

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Una historia jamás contada de la orden del fénixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora