Me deslice en el asiento y cerré de un portazo. Resultaba un poco incómodo ir a lado del chico que ha estado enamorado de ti por años. Y lo peor de todo, no poder corresponderle.
Aún así Joe era un viejo amigo.
Creo que resultaba más cómodo ir a lado de aquél extraño no tan extraño ahora. Ethan.
¿Ethan?
Todo lo que había pasado ayer parecía haber sido un absurdo sueño ahora que lo recordaba.
Bajé la vista hacía uno de mis brazos y en efecto, no fue un simple sueño. Los moretones existían. El accidente había sido real. Ethan había sido real.
-¡Dios!- Exclamó Joel. - ¿Pero qué fue lo que sucedió? -Preguntó alarmando mirando a la misma dirección que yo.
-Oh. No fue nada. Sólo tuve un pequeño accidente. Los accidentes suceden.- Dije escondiendo rápidamente mi piel descubierta con las mangas de mi sweter.
Me sorprendí a misma al repetir las mismas palabras que Ethan me había dicho.
-Lía... Lía...- Escuchaba a lo lejos que Joel me decía.- ¡Lía!- Hablo fuerte para atraer mi atención. Brinqué del susto.
-Lo siento.- Se disculpo.- Sólo decía que debes tener más cuidado.- Agregó y sin decir más continúo conduciendo hasta llegar al colegio.
-Por allá veo un lugar libre.- Dije señalando un espacio en el estacionamiento de la escuela.
-Claro.- Dijo Joel agradecido mientras se preparaba para ocuparlo. En cuestión de segundos un volvo oscuro ocupó el lugar quitándole el espacio a Joel.
Del lugar de copiloto se bajó un chico alto, blanco como la leche y pelirojo. El cabello le llegaba hasta la barbilla.
-Lo siento hermano.- Dijo alzando la mano. Pero pude notar un astillo de burla en su sonrisa.
Joel refunfuño.
-Tengo que buscar otro lugar. Será mejor que te apresures o llegarás tarde.- Dijo Joel malhumorado.
-Ok. Gracias por traerme.- Me limité a decir y sin más me bajé del auto y corrí hacía la entrada de la escuela.
Al parecer llegué a tiempo porque todos estaban afuera de los salones.
Apresure el paso hacía mi clase pero alguien me detuvo por el codo.
-Amiga, tu madre me contó lo que sucedió ayer. ¿Por qué no me respondiste las llamadas?- Preguntó Vanessa, mi mejor amiga.
-Caí en un sueño profundo Vane, te cuento luego. Tengo clases de Artes.- Me quejé.
-Está bien. Me lo cuentas todo. Sólo una cosa más...- Dijo ella frunciendo los labios.
-¿Qué?- Pregunté apresurada.
-¡Péinate!- Respondió y soltó una carcajada mientras plataba un beso en mi mejilla y se alejaba aún riendo.- Por cierto.- Gritó a medio pasillo.- Ciara quiere que le des todos los detalles del chico.- Dijo guiñándome un ojo mientras continuaba su camino.
Abrí la boca de sorpresa.
Tan buena era la relación de mi madre con mis amigas que hasta les había contado de Ethan.
Negué con la cabeza y llegué a mi clase.
Yo era la única de mis amigas que tomaba esa clase por lo tanto no me hablaba con casi nadie, eso y que me costaba un poco socializar no ayudaba mucho.
El profesor Parker entró y dos chicos lo siguieron. No pude distinguir muy bien de quienes se trataban hasta que el profesor habló y todos tomaron asiento.
Abrí la boca hasta el suelo.
-Jóvenes. Muy buenos días. Por favor pongan atención. Hoy se integran dos nuevos jóvenes a nuestro grupo y me gustaría que se llevarán bien con ellos. Señor Thompson y Señor Marshall bienvenidos a su nueva clase.- Dijo sonriente el profesor de Artes.
¿Ethan Thompson mi nuevo compañero de clases?
¡Era una jodida broma!
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Con cada latido
FantasíaEl mundo de Lía era: Universidad, amigas y su madre. Ethan Thompson llega a cambiarlo todo. De repente la vida de Lía da un giro totalmente ajeno a su realidad. ¿Podrá llevar cada latido hasta el final? Portada hecha por: @brave.dsprx en Instagram