Capítulo 18: El lago.

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Ethan no dejó de hablar desde que salimos del pueblo. En cambio yo, me limitaba a asentir y sonreír.

No sé porque razón comencé a sentirme paranoica cuando empezamos a andar en la carretera.

Ethan hablaba de sus viajes de la ciudad al pueblo y del pueblo a la ciudad.

Al parecer disfrutaba pasar el tiempo viajando.

Lo sabía por que debajo de sus ojos se formaban unas pequeñas arrugas cuando sonreía y hablaba del tema.

Por un momento recordé a Luke.

Probablemente él amaba tanto viajar y tener esa conexión con la carretera, el paisaje, el viento, como Ethan.

El estómago se me hizo un nudo.

Me preguntó que estará haciendo Luke en estos momentos. Probablemente haciendo reír a alguien.

Sonreí.

-¿Lía?- Preguntó de repente Ethan.

Sacudí la cabeza regresando al auto, a la carretera y a Ethan.

-¿Sí?- Pregunté con timidez.

-¿Estás bien?- Preguntó con cautela. Pude notar una pizca de decepción en sus ojos.

Por un momento creí haber herido sus sentimientos por perdeme en mis pensamientos y dejar de escuchar la plática.

-Sí.- Dije ahora más segura de mi misma.- Lo siento, es la primera vez que voy a la ciudad.

Ethan recobró la sonrisa en su rostro.

-Te encantará.- Murmuró sin dejar de sonreír.

Sentí de nuevo esa sensación en el estómago, un cosquilleo, cada vez que él sonreía mi estómago producía esa extraña sensación.

Le sonreí de vuelta.

Me gustaba este nuevo Ethan.

Más alegre, más abierto, más él.

Llegamos a la ciudad y no perdí ni un sólo detalle.

Cuando era muy pequeña había vivido en el otro lado del mundo.

Pero mis recuerdos eran vagos.

Estar aquí, donde nació Ethan, se sentía diferente.

-¿Te gusta?- Preguntó él mientras bajaba la velocidad.

-Es hermoso.- Dije sin despegar la vista del paisaje.

Podría apostar, podría jurar que escuché decir un "como tu" y sentir la vista de Ethan sobre mí.

Pero deseché el pensamiento por completo y cambié el tema.

-¿A dónde iremos?- Dije de repente sintiéndome emocionada.

-Te llevaré a mi sitio favorito. Pero primero...- Dijo él deteniéndose frente a un mini-super.- Llevaremos provisiones.- Anunció bajando del auto.

Lo seguí y llenamos el carrito de golosinas y un bote enorme de helado.

Coincidimos en el sabor del helado.

Y regresamos al auto.

Ethan manejó quizás 20 minutos más y se detuvo en un estacionamiento vacío.

-¿Un estacionamiento? ¿Este es tú lugar favorito?- Pregunté alzando ambas cejas.

Ethan soltó una carcajada.

-Debiste haber traído unos tenis porque vas a caminar.- Dijo él guiñándome un ojo.

Emiti un leve gemido y luego salí del auto junto a él.

Con cada latidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora