Lía Myers... Blabla.
Después de media hora de sermón de mi madre por "tener la pierna llena de puntos" subí a darme una ducha dispuesta a ir a la cama en cuanto saliera de ahí.
Al salir de la habitación casi me da un infarto.
-Mierda.- Dije en un gemido ahogado después de recuperar el aliento.
-Hola también Lía.- Dijo él sonriendo.
Estaba sentado cómodamente en mi casa.
-Luke ¿Qué rayos haces en mi habitación?- Pregunté aún incrédula.
-Tu madre me dejó pasar.- Dijo él recargando sus brazos sobre sus piernas.- Creo que en lugar de andar interrogandome deberías ponerte algo de ropa.- Agregó mirando hacía mi cuerpo.
Maldición.
Me llevé las manos a mis pechos y agradecí llevar encima una toalla.
-No estoy desnuda. Pero gracias por la observación. Ahora fuera necesito cambiarme.- Dije mientras caminaba hacía la puerta.
-Que no lleves nada debajo de esa toalla significa "estar desnuda".- Dijo mientras guiñandome un ojo mientras pasaba a mi lado.
-Fuera Luke.- Dije sintiendo como el calor corría por mis mejillas.
-Sí necesitas algo de ayuda estaré afuera.- Terminó diciendo mientras salía de mi habitación.
Yo rodeé los ojos y cerré de un portazo.
Me vestí lo más lento que pude. Ya me no dolía tanto la pierna. Pero quería hacer esperar a Luke.
Después de unos largos minutos abrí la puerta con una enorme sonrisa.
Y Luke ya no estaba. Entrecerre los ojos y bajé las escaleras buscándolo.
Lo busqué en el recibidor no estaba. Lo busqué en la sala no estaba. Lo busqué en la cocina y bingo.
-¿Qué haces aquí? No puedes entrar a una casa y adueñarte de todo alrededor.- Dije cruzandome de brazos.
-Lía no seas grosera.- Habló mi madre de repente cerrando la puerta del refrigerador.- El chico vino a visitarte y tu lo recibes así. Estoy sirviéndole una taza de café. No abuses.- Me regañó mientras servía leche en una taza.- Toma que lo disfrutes. Y por favor Lía sé más amable con nuestros invitados.- Dijo con seriedad y después se marchó de ahí.
Luke contenía una risa.
-¿Qué es lo gracioso?- Pregunté molesta.
-Tu cara cuando te regañan frente a alguien.- Dijo por fin riendo.
Arrugue la nariz y le saqué la lengua.
-Que madura señorita Myers. Pensé que el accidente había sido en la pierna y no en la cabeza.- Dijo Luke dándole un sorbo a su taza de café.
Refunfuñe y me senté frente a él.
-¿A qué se debe tu encantadora visita?- Pregunté rodando los ojos.
-Carajo Lía. ¿Ya estás molesta?- Preguntó abriendo los ojos como platos.
-Claro que no.- Bufé.
-Ese es un sí. Se de mujeres.- Dijo concentrandose en su café.
-No me interesa saber tú historial amoroso.- Contra ataque mientras alcanzaba un poco de jugo con la mano.
-¿Es por qué te vi desnuda?- Preguntó Luke alzando una ceja
-Maldición Luke. No me viste desnuda. Ahora dime ¿A qué viniste?- Insistí cruzándome de brazos.
-No alces la voz. Que mamá lía vendrá a regañar.- Murmuró.
No sé por qué pero me sacó una estúpida sonrisa.
-¿Qué sucede Luke?- Pregunté ya más tranquila.
-Kim me dijo que tuviste un accidente y que no te presentarías trabajar así que quería saber como estabas.- Respondió dándole el último sorbo a su cafe.- Te traje esto.- Agregó sacando del fondo de su casco una pequeña y hermosa flor color coral. Y una pequeña hoja de libreta.
Desdoble la hoja en cuanto la vi y abrí la boca de sorpresa.
-Wow Luke. No sabía que eras tan bueno dibujando.- Murmure más para mi misma que para él.
Era un dibujo mío firmado con la frase "Recupérate Lía Bad Lucky."
Reí ante lo último.
-Gracias Luke. Es un hermoso detalle.- Dije en voz baja esbozando una sonrisa.
-Lía...- Habló Luke después de un largo silencio.
-¿Sí?- Pregunté.
Más silencio.
-Tengo que irme.- Murmuró.
Frunci el ceño algo confundida pero asenti con la cabeza.
-Está bien Luke. Me alegro que hayas venido a verme.- Dije levantandome de la silla y caminando hacía el recibidor.
Luke no habló hasta que llegamos a la puerta.
-Te eché de menos hoy Lía.- Murmuró frente a la puerta.
Mordi mis mejillas debido a que no supe que responder.
-Te veré luego ¿Cierto?- Agregó Luke.
Asenti levemente y luego él plasmó sus labios en mi mejilla, muy cerca de mis labios.
Sentí la tensión acumulada en mi cuerpo y me aparté un poco.
-Que descanses Luke.- Me despedí y cerré la puerta quedándome un rato tras de ella.
Cuando recuperé el aliento volví a mi habitación.
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Con cada latido
FantasíaEl mundo de Lía era: Universidad, amigas y su madre. Ethan Thompson llega a cambiarlo todo. De repente la vida de Lía da un giro totalmente ajeno a su realidad. ¿Podrá llevar cada latido hasta el final? Portada hecha por: @brave.dsprx en Instagram