Capítulo 19: Frágil.

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Marshall nos llevó a una de sus dos casas, discúlpandose con nosotros por no poder prestarnos la otra debido a que hoy se quedarían Rosalie y él en ella.

Sentí un vuelco en el estómago cuando Marshall dijo que dormiriamos aquí Ethan y yo. Solos.

La casa de de "paso" como la llamaba Rob contaba sólo de un pequeño espacio donde había una mesa de madera con algunas sillas de diferentes colores un diminuto baño, un pequeño refrigerador y un microondas.

Supuse que la otra habitación era el dormitorio.

-Bien hermano, Myers. Están en su casa.- Habló Marshall con una enorme sonrisa.- Estoy contra el tiempo así que los dejó... Solos.- Dijo esto último con picardía tanto en su voz como en su mirada.

Ethan rodó los ojos.

-Tu auto estará aquí a primera hora hermano, ya hablé con un amigo.- Agregó Rob saliendo de la casa.- Que disfrutes la noche Myers.- Dijo y después de esto se marchó.

Sentí como mis mejillas enrojecian.

Ethan carraspeo.

-¿Aún tienes hambre?- Preguntó abriendo el refrigerador.

-Sí- Graznee. Luego me aclaré la garganta.- ¿Hay algún baño?- Pregunté mirando alrededor.

-No. Robert caga en el pasto.- Dijo mientras sacaba unos huevos y jamón. Luego soltó una carcajada.- Está en la habitación Lía.- Murmuró señalando con la cabeza el cuarto adicional.

Caminé hacía la habitación y cerré la puerta a mis espaldas.

Contuve el aire.

¿Una cama? Mierda. Una cama individual. Doblemente mierda.

Ethan tocó la puerta.

-¿Qué pasa?- Pregunté sin abrir.

-Busca en la ropa del mueble. Tal vez haya algo de Rosalie que te quedé.- Dijo la voz de Ethan al otro lado.

-Gracias.- Dije yo mientras caminaba hacía el mueble.

El espacio en la habitación era estrecho tanto que no tuve que sólo dar 3 pasos y ya estaba en la cama.

Me agaché para abrir el pequeño mueble que se encontraba a lado de ésta.

Por suerte encontré una playera de Rosalie. La cual era de tela suave y delgada.

Me metí al baño y dejé mi ropa interior a un lado secando.

Me duche y después de un rato volví a ponerme el pants de Ethan y la blusa de Rosalie.

Desendrede mi cabello con mis dedos y me lave la boca con algo de pasta que encontré.

Al salir Ethan ya había terminado de hacer la cena.

-Puedo tomar tu teléfono por un momento. Necesito comunicarme con mi madre. El mío está descargado- Dije mientras me sentaba en una silla color verde.

Ethan asintió y me pasó el teléfono.

Primero le mandé un texto a Vanessa.

Nessa, surgió algo y no podré llegar. Pero le diré a mi madre que me quedaré contigo está noche. Prometo contarte todo después. Te quiero.

Lía.

Y después mandé otro texto a mi madre diciéndole que está noche me quedaría en casa de Vanessa y que regresaba mañana temprano.

Le devolví el celular a Ethan.

Él puso un plato enfrente mío.

Olía delicioso. También había hecho café.

Con cada latidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora