Llegué a casa y entré rápidamente a ducharme. Era inicio de semana y tenía que ir al trabajo. Mi turno comenzaba una hora después de finalizar mis clases. Era mesera en un pequeño restaurante de comida rápida cuya dueña era la mejor amiga de mi madre.
Sin ánimos llegué a "Caruzo" y saludé a Kim desde lejos mientras me dirigía a la cocina.
En menos de 10 segundos ya la tenía detrás mío.
-Lía, Lía, ¿Me podrías explicar qué haces aquí?- Me preguntó con voz dulce alzando una ceja.
-¿Trabajar?- Respondí más como pregunta.
-¿Estás loca jovencita? Lo que tienes que hacer es ir a casa y descansar. Tu madre me contó lo que sucedió ayer.- Dijo tomando mi mano.
Rodeé los ojos.
-Kim, estoy bien. Lo prometo- Murmure.
Ella negó con la cabeza.
-Ve a descansar. Te quiero.- Se despidió dejando un beso en lo alto de mi cabeza.
Caminé frustrada a casa. Era un día normal, con gente normal, nada diferente.
Estuve un rato por las calles de la ciudad hasta que comenzó a oscurecer.
Observaba a algunos padres con sus hijos pequeños.
Como me haces falta... Pensé.
El nudo en mi garganta se hizo enorme.
Caminé y continué observando.Me encontré con una pareja de novios. El chico veía a la chica con una hermosa mirada que inspiraba amor. Y ella alborotaba su cabello mientras le sonreía hasta dejar ver unos hoyuelos en sus mejillas.
Yo nunca había sentido eso.
Nunca me había enamorado.
Sé que el amor existe, lo vi con mis padres pero nunca lo había vivido.
Estoy segura que aún no he conocido al indicado.
Suspiré desanimada y me dirigí a terminar el día en casa.
En la mañana siguiente después de una buena siesta me desperté más tranquila. Me dio tiempo de bañarme y arreglarme. Desayune en casa y mi madre me entregó un sobre con algo de dinero que me mandaba Kim cubriendo mi incapacidad. Me sentí apenada pero sabía que pronto estaría de regreso.
Al salir de casa vi un golf amarillo. Quise golpear mi cabeza sobre el cemento. Esto de que Joe me llevará días seguidos comenzaba a ser un poco incómodo.
-Buen día.- Dijo con una enorme sonrisa cuando me acerqué a él.
-Hola Joe. Escucha, no tenías que venir hasta aquí, pude haber tomado el autobús- Dije encogiendome de hombros.
-Por mí no hay problema.- Dijo aún sonriente.
Suspiré y me subí al auto.
Fueron unos largos e incómodos minutos en silencio hasta que Joe habló de nuevo.
-¿Ya estás mejor?- Preguntó con voz ronca.
Asenti con una leve sonrisa que se quitó en cuestión de segundos.
Joe no volvió a hablar hasta que llegamos al colegio y un volvo negro de nuevo ganó el lugar.
-Carajo, ¿Esto ya es competencia?- Preguntó irritado Joe haciendo sonar el motor.
Deseé hundirme en el asiento cuando vi a Ethan bajando de su auto. Y mirando molesto a Joe.
-¿Tienes algún problema con que algunos seamos más rápidos que tú?- Dijo abriendo los brazos.
Joe se bajó del auto cerrando de un portazo.
-Ayer hiciste lo mismo, ¿Cuál es tu problema?- Dijo Joe acercándose demasiado a Ethan.
Rob y yo nos bajamos rápidamente del auto.
-Joe no...- Dije acercandome a él.
Ethan me lanzó una rápida mirada desconcertado y luego volvió a sus ojos a los de Joe.
Le dedicó una mirada fría.
-Hermano, discúlpanos. No ha sido nuestra intención. No conocemos bien el campus y éste es el lugar donde se nos facilita más.- Habló Rob con voz tranquilizadora.
-Me importa un carajo que no conozcan el campus, para la próxima tengan un poco de educación vial.- Gruñó Joe y se volvió hacía mi.- Lía ve a tú clase iré a estacionarme a otro lugar.- Agregó y sin esperar respuesta se subió al auto y arrancó.
Lo miré con el ceño fruncido y me encogi de hombros.
Hombres.
-Que genio.- Dijo Rob.
-Lo sé- Murmure y me volví hacía ellos.
Ethan ya había avanzado varios pasos hacía las instalaciones de la escuela, se le veía molesto.
-Es ridículo pelear por un estúpido lugar.- Agregó Rob.- Sin ofender Myers.- Dijo con una leve sonrisa.
-No me ofende, opinó lo mismo.- Musite encogiendome de hombros mientras caminamos hacía la entrada del colegio.
El día transcurrió normal. Nada interesante adicional a lo que había pasado temprano. Sólo Cia preguntándome sí salía con Joe y yo refunfuñandole y repitiendo que no cuantas veces fueran necesarias para que le quedara claro.
La última hora era artes.
Ya ni siquiera me preocupaba el pesado de Jason. Me preocupaba el cascarrabias de Ethan.
Entré al salón y lo vi sentando en nuestro lugar.
Ni siquiera alzó la vista cuando me senté.
El profesor no había llegado así que aproveché para sacar un libro que tenía pendiente.
-Que feos gustos tienes.- Dijo de repente.
Miré a Ethan y después a mi libro boquiabierta.
-No habló del libro.- Bufo él.
-¿Entonces de qué?- Pregunté casi enrojeciendo.
Ethan me miró y negó con la cabeza. Por un segundo, tal vez enloqueci pero estoy segura que por una fracción de segundo su mirada se dirigió a mis labios. Sentí como mi estómago se encogió.
-Eres tan hermosa como para perder el tiempo con ese imbécil.- Dijo y sin más se levantó del lugar y caminó hacía el asiento de Rob.
Mi corazón se hinchó y estoy segura que sí el prefecto no hubiera entrado a decir que la clase de Artes se suspendía por el día de hoy.... Hubiera colapsado.
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Con cada latido
FantasíaEl mundo de Lía era: Universidad, amigas y su madre. Ethan Thompson llega a cambiarlo todo. De repente la vida de Lía da un giro totalmente ajeno a su realidad. ¿Podrá llevar cada latido hasta el final? Portada hecha por: @brave.dsprx en Instagram