No me había detenido a pensar en el día de hoy... Viernes.
Ethan me había invitado a salir.
Trague saliva fuertemente cuando desperté aquella mañana.
Sentí una sensación fuerte en el estómago.
Al principio creí que me iba a enfermar, pero luego fue una leve sensación de cosquilleo.
Iba a salir con Ethan después de la escuela así que busqué algo cómodo y adecuado.
Me puse un vestido con estampado de flores, unas sandalias color café.
Alise un poco mi cabello y use un poco del maquillaje que tenía guardado.
Llegué al colegio y me encontré con Vanessa.
-¿Qué? ¿Te arreglaste?- Preguntó sorprendida cuando me vió.
-Sólo me peiné.-Respondí sarcástica mientras dejaba un beso en su mejilla.
-Joder Lía. No me digas que estás saliendo con alguien y yo no se absolutamente nada.- Habló ella apresuradamente.
-No Nessa. Sí saliera con alguien serías la primera en saberlo.- Murmure para tranquilizarla.
En teoría no estaba mintiendo por qué aún no había salido con Ethan. Esta sería la primera vez.
-Pateare tú trasero sí no me dices quién es.- Dijo ella entrecerrando los ojos.
Suspire frustrada.
-Me quedó está noche en tú casa y te cuento todo ¿Vale?- Le sugerí con una leve sonrisa.
-Pediré pizza.- Respondió ella sonriendo de oreja a oreja.
Reí entre dientes y caminé hacía mis clases.
El día se me hizo eterno, y aún más porque los viernes la clase de Artes no se encontraba en mi horario.
De repente sentí un poco de ansiedad cuando me encontré a Rob en el pasillo y no iba con Ethan.
Rob soltó un silbido en cuanto me vio.
-Myers.-Dijo guiñándome un ojo.
-Marshall.- Hice el intento de responder de la misma manera pero mi voz se quebró.
Rob frunció el ceño.
-¿Sucede algo Myers?- Preguntó acercándose a mi y saludandome con un beso en la mejilla.
-Nada.- Respondí intentando sonreír.
No debo suponer. Debo de preguntar.
-¿Dónde está Ethan?- La pregunta sorprendió tanto a Rob como a mi.
Rob vaciló antes de responder.
-No vino.- Se limitó a responder.
Sentí una presión en mi pecho y una sensación horrible en la garganta.
Era el sabor de la decepción.
Debí haberlo imaginado. Ethan no llamó ayer. No quedamos en nada después de aquel día en mi casa.
Mordi mis mejillas fuertemente y después respiré hondo.
Que más daba. Un chico como él jamás iba a salir con una chica como yo.
-¿Por qué lo preguntas?- Preguntó Rob mientras caminaba conmigo.
-Curiosidad.- Respondí tajante.
-¿Y a dónde vas tan guapa? ¿Tengo que patear algunos traseros, eh?- Preguntó mientras se tronaba los dedos.
Reí entré dientes. Rob era alguien increíble. Siempre sabía como hacer sentir mejor a quienes lo rodeaban.
Me preguntó sí su hermana era igual. Sí por ello Ethan estaba tan enamorado...
-Se supone que iba a salir con alguien pero al parecer ya no.- Dije encogiendome de hombros como sí esto le restara importancia a cómo me sentía.
-Que idiota.- Dijo Rob alzando las cejas.
Abrí la boca para protesar.
-El chico. Que idiota el chico que te dejó plantada pequeña Myers.- Dijo riendo rápido Rob.- Te diría que saliéramos con Dave después de clases pero... Iré a ver al amor de mi vida.- Agregó con una sonrisa que le llegaba hasta los ojos.
Sonreí al instante.
-¿Irás a la ciudad?- Pregunté mientras me detenía en la entrada de mi aula.
Rob asintió sin dejar de sonreír.
-Voy todos los fines de semana.- Respondió deteniéndose enfrente de mi.
-¿Es difícil?- Pregunté de manera inocente.- ¿Estar lejos de ella?- Dije por fin.
Rob suspiró.
-No lo es. Para nada.- Murmuró con una sonrisa triste.- Pero ¿Sabes? Cuando es amor no importa la distancia o sí no estás con ella. Porque el amor lo sientes aunque no la mires, no la toques, no estés cerca. El amor está ahí, presente.- Terminó Rob sonriendo.
Y yo sonreí con él y mentalmente le deseé toda la felicidad del mundo a lado de esa afortunada chica.
La chicharra anunció el final del día escolar.
Sentí mi corazón encogerse al saber que el día termino y Ethan no apareció.
Casi arrastro los pies hasta salir del colegio.
Comencé a andar hacía la parada del autobús cuando un volvo se interpuso en mi camino.
El vidrio se bajo y ahí estaba él.
-No pensabas dejarme plantado ¿O sí?- Dijo un Ethan sonriente mientras bajaba a abrirme la puerta del copiloto.
Me quedé un poco pasmada. Luego mi corazón comenzó a latir de prisa.
Me mordi los labios fuertemente para no sonreír como una estúpida.
Ethan vino.
-Y tu no pensabas atropellarme ¿Oh sí?- Pregunté alzando una ceja mientras pasaba a su lado y me subía al auto.
Él rió.
Una risa tierna, casi parecía una melodía.
Por primera vez desde aquel día del accidente podría decir que Ethan estaba... Feliz.
Y yo también me sentía así.
ESTÁS LEYENDO
Con cada latido
FantasíaEl mundo de Lía era: Universidad, amigas y su madre. Ethan Thompson llega a cambiarlo todo. De repente la vida de Lía da un giro totalmente ajeno a su realidad. ¿Podrá llevar cada latido hasta el final? Portada hecha por: @brave.dsprx en Instagram