022. Despedida.

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Aun si salió de aquella clínica con las mejillas empapadas y más enfadado que nunca

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Aun si salió de aquella clínica con las mejillas empapadas y más enfadado que nunca. Aun si insultó a la madre de Yeun en su trayecto a la salida. Recibe una invitación a la ceremonia de despedida de su bebé un par de días después.

El día ha llegado. La ceremonia estaba preparada para dos días posteriores a la pérdida, pero Yeun tuvo una crisis que les obligó a internarla.

Hoseok ha pasado la última semana solo, de casa al trabajo y del trabajo a casa. Sin decir una palabra más allá de lo correspondiente a sus compañeros. Sin responder las llamadas ni los mensajes de Namjoon y Chaewon. Sin visitar el hogar. Sin salir a su balcón para así evitar a Yoongi. Absoluto silencio. Piensa en Yeun, porque no tiene nada más en su cabeza desde el fallecimiento de su bebé. En ocasiones lo imagina, porque es lo único que puede hacer con él al no haberlo conocido ni una única vez. Y quizás así es mejor, pero todo le continúa resultando enfermizo e irreal.

Tomando sus llaves, abandona su apartamento y camina en dirección al ascensor, cuyas puertas, cuando se abren, le muestran a Min Yoongi con las bolsas del supermercado como todos los domingos. Los segundos de intensa mirada parecen eternos para ambos, Hoseok siente que no ve a su vecino desde hace años, aun si lo conoce sólo desde hace seis meses.

—Director Jung.

—Min Yoongi.

Se mantiene atento a sus movimientos, observándolo salir del ascensor para pararse frente a él. Es el momento en que Hoseok siente sus piernas flaquear y está por derrumbarse. Es tan fuerte como se lo puede permitir, pero el nudo en su garganta le ahoga las palabras que inventaría para escapar de esta situación.

—Iba a tener un bebé —menciona, entonces, Yoongi se mantiene atento. Él inclina la cabeza y cierra los ojos—. Y ya no.

Se huele la incomodidad a kilómetros, ninguno tiene un propósito específico ni una palabra más que decir para el tema. En su lugar Hoseok abre los ojos cuando siente los brazos de Yoongi rodeando su cintura y su cabeza apoyándose en su hombro. El olor a humo mezclado con su perfume dulce es mucho más intenso desde aquella distancia y se embriaga al mismo tiempo en que sucumbe a sus lágrimas debido a las circunstancias. No esperaba algo como esto, es la primera vez que es completamente consciente de estar tan cerca de Min Yoongi, por lo que sus brazos terminan rodeándolo por los hombros y aferrándose un poco más. No se separan hasta que su cuerpo deja de temblar y justo en ese momento el ascensor abre sus puertas para dejar pasar a uno de sus vecinos, quien los mira tan extrañado que Hoseok se aleja casi de golpe para evitar malentendidos.

—Tengo que irme —se excusa.

—Está bien, ¿dónde vas?

—La... despedida, ya sabes. Al cementerio.

Yoongi sonríe con tristeza y se agacha para tomar nuevamente sus bolsas.

—¿Necesitas compañía?

Al contrario de lo que ambos creerían de una reacción natural de Hoseok, éste se siente tan vulnerable que dice que sí. Yoongi le pide unos minutos, que transcurren como nada, para dejar sus bolsas en el apartamento y salir a su encuentro.

Dulces de humo ✎ 2025: EN FÍSICO. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora