Yeobo es una ciudad grande. Hoseok no la conocía, incluso si ha viajado a un montón de lugares.
Sin embargo, no podía haber mejor momento que este y mejor compañía que la suya para hacer el pequeño recorrido. Transita a un lado de Yoongi, tan cerca como puede sin que las personas los vean extraño y con las ansias de tomarle la mano como la pareja normal que son sin que venga alguien a gritarles que «tengan cuidado con lo que ven los niños» a mitad de un parque poco concurrido y silencioso donde transita una pareja heteronormada con sus hijos.
—Esa es una de las razones por las que odio este sitio —dice Yoongi—. No puedes vivir un segundo en paz. Si no es el ruido de la calle, es la gente idiota.
—Ya entiendo por qué te mudas tanto —murmura, con las manos escondidas en los bolsillos de su chaqueta.
—Siempre regreso, aunque lo odie. —Se encoge de hombros.
—Aquí tienes a tus seres queridos. Entiendo que no puedas despegarte del todo.
—Pues sí..., cada vez me quedan menos, pero siempre que estén mis padres, volveré cuando sea necesario.
Hoseok sonríe y asiente. A veces olvida que él no tiene a nadie. Y cuando lo recuerda una sensación extraña se instala en él. Quisiera saber que es lo que se siente tener una familia normal.
—Deberíamos volver —menciona Yoongi—. Ya es hora de cenar.
Los focos comienzan a iluminar las calles de Yeobo a medida que ellos avanzan en dirección a la estación de metro. Y cuando llegan a casa, la cena está lista para ser servida.
La cena es una de las situaciones que más pone incómodo a Hoseok cuando se encuentra junto a personas que apenas está conociendo. Esta vez no es la excepción, es más, está el doble de nervioso. Sus latidos se mantienen acelerados la mayor parte de la comida, a pesar de que Yoongi le presiona el muslo cuando le corresponde contestar preguntas acerca de su vida.
—¿Tú eres de Jaepil, Hoseok? —cuestiona la señora Park.
Y a pesar de que no es una pregunta mal intencionada, Hoseok siente que se le estanca la comida en la garganta, así que sólo asiente con una sonrisa y finge masticar para no parecer maleducado.
—Me alegro de que mi Yoongi haya encontrado a alguien con quien permanecer allá. Lo pasó mal sus primeros meses.
—Ya —sentencia Yoongi—. No hablemos de eso. Ahora no estoy solo. Incluso llegó Jimin.
—Sí, mis dos bebés fuera de casa —comenta el señor Park.
—Llevo más de cinco años viviendo fuera de casa. —Yoongi blanquea los ojos.
—No pongas esas caras en la mesa —regaña su madre.
—Y yo apenas y venía, papá, no exageres —comenta Jimin con una de sus sonrisas para dispersar el ambiente.
ESTÁS LEYENDO
Dulces de humo ✎ 2025: EN FÍSICO.
Fanfic2025 : EN FÍSICO. ✎ : ❝ Jung Hoseok es un trabajador social dedicado a los niños que sufrieron la misma suerte que él: el abandono y la desesperanza. Su pasado es un lienzo roto y mal pintado desde donde una mínima pieza deja de encajar para desmor...