Dulces de humo ✎ 2025: EN FÍSICO.

059. Hora de empacar.

Una discusión que se ha extendido durante un par de meses y que Hoseok finalmente ha ganado con una sonrisa triunfal y los bufidos y brazos cruzados de los hermanos frente a él. El día de viajar a Yeobo para conocer a la familia Min-Park ha llegado.

El transporte en dirección a una ciudad que se encuentra a un día de viaje en vehículo era el dilema principal. Para Hoseok había dos opciones: pagar los boletos de avión o llevarlos él mismo en su vehículo. Ha ganado la primera opción a regañadientes de Yoongi y Jimin, la menos mala para ellos, considerando que el único que debía manejar esas veinticuatro horas sería Hoseok. Ir en autobús no es una opción para él, si iba a llegar con el culo tieso, sería en su propio vehículo.

Yoongi lo mira con una media sonrisa, entre avergonzado y molesto, cuando Hoseok les extiende los boletos de avión a ambos. Jimin agradece con las mejilla ardiendo. Podrán no ser hermanos de sangre, pero los valores que se les han inculcado son los mismos y comprende que se sientan extraños recibiendo algo de su parte con desinterés. A Hoseok tampoco es que le sobre el dinero, pero sí es quien tiene mayores ingresos y no tiene deudas que pagar.

—Entonces —vacila Hoseok—, mañana partimos, temprano.

—Tú siempre temprano —alega Yoongi poniéndose de pie—. No se puede dormir en paz.

—Sí, la vida se pasa rápido, hay que aprovecharla. —Hoseok alza ambas cejas y despeina a Yoongi para luego dar un paso atrás con una sonrisa divertida.

—Bien, iré a armar mi maleta, entonces. Mañana partimos apenas llego del trabajo —dice Jimin tras un enorme bostezo, levantándose y caminando con dirección a su habitación con una expresión de aburrimiento.

—¿Qué le pasa? —pregunta Hoseok en voz baja.

—No quiere ir —responde Yoongi.

—¿Y por qué no me lo dijo?

—Porque debe ir. Mamá quiere hablar con él.

—Entiendo. —Hoseok abulta los labios y se lleva una mano a la oreja para jalar de ella unos segundos—. ¿Quieres terminar de ver alguna serie? —Yoongi asiente con una sonrisa coqueta—. ¿En qué piensas, pervertido?

—No he dicho nada. Aquí el pervertido que anda pensando otras cosas eres tú.

—No dije en qué pensé.

—Tampoco yo. —Yoongi jala a Hoseok por la corbata como ya se le ha vuelto costumbre y luego rodea su cintura para esconderse en su cuello, comenzando a dejar pequeños y suaves besos—. Podríamos ver una serie, pero no prometo nada.

Hoseok se regodea un poco y toma a Yoongi por la nuca, enredando los dedos entre su cabello para jalar de él con suavidad y pedirle que lo besé en los labios un momento.

—Está bien —acepta—, pero si andas caminando raro en casa de tu familia, no tomaré la responsabilidad de eso.

—Serás idiota —reclama Yoongi con fingida molestia, dándole un suave empujón en el hombro a Hoseok y desviando la mirada con las mejillas ardiendo, escuchando su risa traviesa y siendo besado una vez más.