034. Cuerda a un paraíso.

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¿Cómo va a decirlo? No hay respuesta

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¿Cómo va a decirlo? No hay respuesta.

Hoseok mira con tristeza el boleto de avión en su correo personal que ha llegado hace dos días, con sus documentos y pasaporte. Todo está listo. Debería partir mañana. Iban a ser unas vacaciones diferentes y pensaba en disfrutarlas al máximo junto a su familia.

¿Cómo se lo explica a Namjoon? ¿Cómo convive con su decepción y la decepción de su madre? Le duele el pecho con su propia decepción.

A dos días de su viaje, junto a la llegada de los boletos, Hoseok ha recibido una llamada urgente del centro principal para tener una reunión extraordinaria, aunque pagada, pero inesperada y desastrosa sobre los avances del hogar de Jaepil. Tan extraordinaria que se extiende al día veinticuatro frente a todo pronóstico decente de una empresa que cuida los intereses y el bienestar personal de sus trabajadores. Quiere lanzarlo todo por la ventana por la frustración de unos planes que no sólo destruyen su ánimo, sino las ilusiones de las personas que ama. Ya era consciente de la falta de criterio de la directora Lee, pero no sabía que llegaría a este nivel, ¿será que son las consecuencias de un cargo de su nivel? ¿o solamente la falta de empatía de una organización mal planeada y ejecutada?

Incapaz de afrontar su expresión, Hoseok sólo llama a Namjoon por audio, porque merece explicaciones, pero sabe que va a llorar y no puede soportar que lo vea llorar a él debido al contagio de sus lágrimas y frustración.

¿Podrías venir para recibir el año? —pregunta Namjoon con la voz apagada.

—Me encantaría, pero no estoy seguro de poder hacerlo. —Hoseok suspira con pesadez—. Prefiero que no te hagas ilusiones de nuevo, ni a mamá.

Hobi... pero es tu cumpleaños.

—Nam, está fuera de mis manos. Es mi trabajo.

Ash... Lo sé. —Namjoon suspira de forma suave, aguantando las lágrimas, y Hoseok lo nota, así que el nudo se atora en su garganta de inmediato—. ¿Y si los cambio para enero? Son dos semanas. Tal vez podrías tomar tus vacaciones.

—¿Debes cambiarlos ahora?

Sí, antes de perderlos.

—Bien, cámbialos. Prometo que iré en enero, no..., mejor en febrero, es más probable que suceda.

Febrero estará bien, entonces.

—Lo lamento mucho, Nam, de verdad. Dile a mamá que lo lamento.

Veré cómo hacerlo. Era la más feliz después de mí.

Es una llamada corta, simple y dolorosa.









Hoseok el día veinticuatro vive aquella reunión de mala gana, por más que su expresión y actitud demuestren lo contrario. Su profesionalismo se lo prohíbe. Sobre todo teniendo en cuenta lo mal que hizo en sus dos primeros meses tras el término de su matrimonio.

Dulces de humo ✎ 2025: EN FÍSICO. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora