040. Park Ji-min y Jeon Jung-kook.

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La tarde del miércoles, Hoseok establece una jornada de reuniones rápidas con el personal del hogar que iniciará las siguientes semanas para hablarles del inicio de su proyecto de mejora

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La tarde del miércoles, Hoseok establece una jornada de reuniones rápidas con el personal del hogar que iniciará las siguientes semanas para hablarles del inicio de su proyecto de mejora.

Kim Seokjin trabaja duro con las entrevistas al futuro nuevo personal que debería ser un cambio significativo para todos. Sobre todo para los niños, a quienes más hacen falta la gente competente. Hoseok quiere siempre evitar que los niños sufran más de lo que ya lo han hecho en su corta vida. Este año ha iniciado con el pie izquierdo, pero qué bueno que el futuro luce por lo menos ambidiestro.

La directora Lee continúa insistiendo acerca del trabajo de Yoongi y es algo que Hoseok todavía no se atreve a cuestionarle. Ha estado investigando y arreglando sus errores con cautela antes de enviar el balance correspondiente al año anterior. Le preocupa que su situación financiera le esté pasando la cuenta psicológicamente y que por ende esté fallando tanto. Hay muchas causas, pero no se atreve a tocar ninguna, ni siquiera a preguntárselo a él. Todo estará bien, ha logrado contratar personal para el hogar sin necesidad de rebajar el sueldo de Yoongi para evitarle más dilemas, es la única ayuda que puede otorgarle, porque se ha negado a aceptarle dinero propio.

Ahora mismo, juntos caminan hacia el estacionamiento del centro, con una sonrisa embobada y rozando sus dedos a propósito en el trayecto. Saben que deben ser cautelosos. El tema de su orientación no es realmente un tema ni para sí mismo ni para nadie, pero a Hoseok le preocupa que los vean de manera diferente en su trabajo sólo por lo que de alguna forma están iniciando juntos. Si es que se le puede llamar de alguna manera. No se atreve a preguntar. No sabe qué pensar y tampoco quiere pensarlo. Por una vez en su vida pretende dejarse llevar, aunque las dudas le pongan ansioso. Quiere vivir en paz.

Dentro del vehículo, enciende el motor de inmediato para que se caliente un poco antes de partir. El frío hoy es casi insoportable y el motor sufre las consecuencias de estar al aire libre todo el día, aunque ahora que es director, al menos se encuentra bajo techo.

Algo frío se posa sobre su cuello a lo que responde involuntariamente con un jadeo ahogado por la sorpresa y por el frío en sí. La risa traviesa de Yoongi llena sus oídos y es cuando gira a mirarlo desde que han entrado en el vehículo.

—¿Era necesario? —pregunta Hoseok estremeciéndose. Yoongi asiente efusivo—. Estás congelado —añade, encendiendo la calefacción.

—Me falta un beso de «qué tal tu día» para abrigarme.

Hoseok sonríe con amplitud y sin llegar a pensárselo siquiera se acerca hacia Yoongi para atrapar sus labios unos segundos, siendo bien correspondido.

—¿Y qué tal tu día? —cuestiona cuando vuelve a tomar distancia para partir a casa, no evitando la sonrisa boba que se dibuja en sus labios.

—Aburrido. No tenía mucho que hacer. El trabajo se pone denso de aburrido a mediados de mes. —Yoongi se coloca el cinturón de seguridad cuando salen a la avenida—. Además, el director no pasó a supervisar hoy, no sé por qué, ¿tú sabes?

Dulces de humo ✎ 2025: EN FÍSICO. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora