080. Un montón de sueños rotos.

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—Todo saldrá bien —murmura Hoseok

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—Todo saldrá bien —murmura Hoseok.

Ha sido, probablemente, la espera más larga de toda su vida. El médico jamás se había tardado tanto en aparecer. Las enfermeras sólo les han pedido tener algo de paciencia. Las horas han transcurrido sin cuidado, y ellos sólo se miran de vez en cuando y se mantienen aferrados a la mano del otro como si les fuera la vida en ello.

—Min Yoongi —llama un hombre en voz alta desde el otro lado del pasillo.

De inmediato ambos se ponen de pie, con el corazón desbocado y el temor comiéndose sus huesos. No lo estarían. De hecho, en ocasiones anteriores sólo esperaban entre bromas y sin mucho cuidado, pero hoy saben que algo anda mal, pues Yoongi no se ha sentido muy bien el último mes. Aunque Hoseok se mantiene con la esperanza de que sólo sea paranoia y que la quimioterapia esté funcionando a pesar de los estragos que ha traído.

El médico les saluda con normalidad, y no hay un atisbo de diferencia o incomodidad en él hasta que están los tres sentados frente al otro como siempre.

—¿Cómo te has sentido, Yoongi? —pregunta con amabilidad.

Hoseok se mantiene en silencio como en cada cita, dejando que su novio se exprese y le alegra, al menos, que sea del todo sincero con lo que le está sucediendo. Ha sido difícil de sobrellevar y asimilar. Yoongi está más delgado que la última vez y las ojeras debajo de sus felinos ojos se están volviendo innegablemente oscuras, denotando su cansancio, causa del dolor infernal que le provoca la quimioterapia en los músculos. La semana anterior estuvo con náuseas y vómito, y alimentarlo ha sido una tarea casi imposible hasta hoy, que ha despertado con mejor ánimo y han podido desayunar juntos antes de que Hoseok se fuese al trabajo.

—Bueno, nada demasiado fuera de lo normal —comenta el médico—. Tal vez podríamos aumentar un poco la dosis del medicamento para que puedas dormir mejor, pero siempre con cuidado, ¿sí? —Yoongi asiente—. Bien, ahora vamos a revisar esto. —Toma el sobre enorme y gordo que se encuentra sobre el escritorio. A Hoseok comienza a temblarle la pierna—. Bien, bien, la última vez estuviste bien, por ahora todo igual... —Se detiene un momento y Yoongi le da una rápida mirada—. Bien —reitera poco convencido, dejando cada una de las hojas encima de la otra. Ellos ni siquiera se dignan a mirarlas—. Me lo temía.

Entonces, ambos se ponen en alerta al mismo tiempo. Aunque Hoseok es un poco más expresivo y Yoongi sólo procede a llevarse un dedo a los dientes.

—¿Qué sucede? —cuestiona Hoseok.

—Tenemos un ligero problema.

El rostro inexpresivo de Yoongi se mantiene tal cual, poniendo toda su atención a las palabras del médico. Hoseok siente que le va a explotar el pecho por el miedo, pero toma profundas respiraciones intentando que ninguno de los presentes se percate de ello. Entonces, se queda sin aire y por poco se ahoga. Tenían claro que las cosas estaban saliendo algo torcidas y que el tratamiento sería extenso y difícil, sin embargo, es diferente vivir con la esperanza de que todo irá mejorando a que te digan que ha dejado de responder de la nada cuando hace un mes todo iba bien.

Dulces de humo ✎ 2025: EN FÍSICO. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora