(Miércoles 07 de marzo del 2018, 3:42 a.m.)
Querido Diario
Siento que estoy en una especie de retroceso evolutivo, como si estuviera caminando hacia adelante pero de espaldas. Me había propuesto a superarlo todo, he hecho todo lo que me han recomendado pero pienso que las personas siempre esperan de ti mucho más de lo que puedes dar. No estoy en contra de eso, solo que me gustaría que por un minuto pudieran entrar a mi cuerpo y mente y ver las cosas como yo las veo. Ver que esas miniaturas para mí son una calamidad.
A veces hablo con la misma Valerie o cualquier otra persona, sé que me ayudan y que quieren que sea fuerte y toda la cosa pero aunque no lo quiera admitir, mi corazón sigue latiendo por ese joven. Es como si latiera en pausa, es como una flor a la que le deja de dar el sol y el agua, ya no crece y es bonita hasta que se seque. Mis sentimientos no crecen pero no se han secado.
Hace dos domingos parecía como si me estuviera huyendo (huida que yo patrocine) y la verdad es que fue incómodo, ni siquiera sé por qué porque yo también huía de él y de mis sentimientos, pero me intrigaban sus razones para huirme. Supongo que eran obras de la culpa que supongo que siente porque no sé si alguna de esas afirmaciones son correctas.
El domingo pasado me abrazó y plantó un pequeño beso en mi sien. Por alguna razón la flor que estuvo a punto de secarse pretendió durar un par de días más y resulta que hoy lo vi de lejos y le dije a Ashley que era él, ella, obviamente me sacó del perímetro y fuimos al 1. Pues ella fue al baño y algo dentro de mí controló todo mi ser y me paré como quien iba de nuevo al 8. Hasta caminé a la entrada pero ella me llamó y preguntó a donde iba y que "why are you running?" y me dolió porque le mentí, dije que iba a la cafetería. Le mentí a Ashley diciendo que iba a la cafetería en lugar de decirle que todo mi ser moría de ganas por ir corriendo al 8 a los brazos cerrados de alguien a quien no he podido olvidar. Dios, quiero abrazarlo.
Y he comentado que no me he vuelto a sentir mal y no he vuelto a llorar pero siempre que admito esta clase de cosas y las escribo siento que soy estúpida, y eso si me hace sentir triste. Ya quiero que pasen de mí esta copa, está muy pesada para estar vacía. Por más que lo quiera me sigo queriendo y ya no quiero verme sufrir. Ya no quiero verme esperar cosas que no son. Ya no quiero seguir esperando su tiempo porque sé que cuando me pidió tiempo, sabía que no se lo daría y que no estaba de acuerdo pero hoy me doy cuenta de cuanto lo quiero, que aún sin querer darle el tiempo o esperarlo, se lo he dado y lo estoy esperando. No de brazos cruzados, estoy loqueando pero al final de la noche, sé que lo sigo queriendo.
Hoy entiendo a Enrique y me doy cuenta que no es lo mismo llamar al diablo que verlo llegar. No es lo mismo decir que hacer. Enrique espera pacientemente por algo que todos estamos seguros que no pasará pero él está convencido de que sí, ¿y quién soy yo para decirle lo contrario? Eso es exactamente lo que sucede. Todos me piden que ya es tiempo de superarlo, que ya deberíamos ser amigos normales, que debo perdonarlo y que esa raíz de amargura y bla bla bla. Yo sé que lo perdone, yo sé lo que siento y sé que si él no viene, yo no iré. Mi pregunta es: ¿y quiénes son ustedes para decirme que hacer? Soy lo suficientemente grande para tomar mis propias decisiones de que si no me da la gana de hablarle, no lo haré. Si no me da la gana de verlo, no lo hare y si no me da la gana de cualquier otra cosa, no la haré. Y eso no significa que lo odie, es algo que nunca haré; es simplemente que esas cosas ya no me nacen, él las mató y yo no las resucitaré.
Ayer subió unas fotos a ig que ¿para qué te cuento? Estaba muy bello. Hace unos días escribí que no quería que me felicitara, espero en Dios que no lo haga. Solo espero que nunca me hable. Que me hable únicamente cuando ya podamos ser amigos de nuevo. Si no, no. Paso.
A veces quiero leerte pero me da miedo lo que he escrito, no lo recuerdo en absoluto pero sé que estaba muy herida. He salido de cuidados intensivos y ahora solo estoy en la emergencia, esperando alguna respuesta para saber si ya darme de alta o quedarme más tiempo atendiéndome. El día que ya no sienta escribir, ese será el día que me hayan dado de alta.
Admito una vez más que ya no pienso en él pero a veces me imagino como si estuviéramos hablando y siempre he tenido la duda de cómo será su vida ahora y cómo lleva las cosas, pero no son cosas que me mortifiquen gracias a Dios. Te quiero tanto mi diario, eres el único que solo escucha. Todos quieren participar de todas las cosas y dar sus efectivas soluciones. A veces solo quiero que el mundo se calle por instantes y aprecien el verdadero color de las almas en tempestad. Que puedan ver las escalas de grises o azules y que no jodan tanto.
Me iré a dormir, tengo examen. Adiós.
Con cariño,
Mariella.
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Where do broken hearts go?
RomanceMi nombre no es Mariella, pero en este libro cuento mi historia. Cuando tuve 17 años me enamoré por primera vez y rompieron mi corazón. No sabía a dónde ir o con quien hablar, sentí que las personas ya se habían hartado de mí, comencé a escribir, co...