Piloto parte I

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(Martes 26 de diciembre de 2017, 9:48 p.m.)

Querido Diario

He titulado estos escritos como querido diario no porque escribiré todos los días, sino porque me pareció divertido acoplar escritos y llamarlos "mi diario". También titulé este primer capítulo como "piloto" porque en todas las series que veo el primer capítulo siempre se llama así. Pasó un rato y escribí esa canción de One Direction como título para desviar la atención de los curiosos y, por último, escribo la fecha debajo del destinatario porque vivo en un país libre e independiente y eso me hace feliz. Pues bien, cruzo por aquí porque estoy cursando una ruptura amorosa y escuché en uno de esos vídeos de youtube que era bueno escribir sobre tus sentimientos. Prometo ser bien detallada, hablar mucho y no saltar ningún detalle (si estoy de humor hasta puedo adicionar viejos escritos y conversaciones). (Ya hasta puse musiquita) Me hubiera gustado escribir en un cuaderno pero tenía la impresión de que podían faltar páginas porque escribo grande y porque sé que cuando me venga la inspiración en la madrugada me dará pereza bajar de la cama, buscar mi cuaderno, un lapicero y escribir hasta quedar dormida (o que me duela la mano). Te advierto que serán muy largos algunos capítulos, otros muy explícitos y que muchas de las cosas que contaré no serán en orden cronológico. Quisiera poder llamarlo exnovio pero nunca formalizamos la relación así que me limitaré a llamarle "exlover" y quisiera adentrarme de una vez a lo que siento actualmente pero primero quiero que conozcas la historia desde mi punto de vista. Así que, sin más preámbulo, comencemos:

Mi exlover se llama Gabriel, es muy bello tanto física como emocionalmente hablando. Hablaré primero de su físico: es alto, tez blanca, pelo largo y lacio, tiene barba, no es delgado ni gordo (perfecta almohada y saco de abrazos), tiene ojos marrones, sonrisa perfecta y así sucesivamente... agregaré una foto al final porque ya me cansé. A nivel emocional es una persona divertida, es tranquilo e inquieto a la vez, sabe diferenciar momentos, muy inteligente, cariñoso, habla mucho cuando está en confianza, extrovertido, simple pero de grandes sueños, cuidadoso con lo que hace y dice, no deja de ser quién en ningún momento, es espontáneo, está muy loco y un sinfín de cosas más que si sigo mencionando no terminaré jamás.

Toda la historia con Gabriel inicia en el verano del 2014 cuando estábamos en un campamento (YO ODIABA LOS CAMPAMENTOS), resulta que en la primera noche comenzamos todos a adorar con los ojos cerrados, cantando a todo pulmón, todo perfecto. Pues alguien atrás de mí está cantando alto y bonito, me volteé a verlo y era él, entonces le dije a Juliette "mira, ese niño canta bonito y es bonito", ella lo vio y me dijo "vamo a hablale" y obviamente yo le dije "¡NO!". Al final me convenció de acompañarla a que ELLA le hable y así lo hicimos, al terminar el asunto fuimos a donde él y ella le entabló conversación. En una ella le estaba halagando su voz y él se paró, le dijo "gracias" y se fue dejándola con la palabra en la boca. Obviamente me quedé atónita con la escena y dije "pero ven acá, ¿y a este pana quién lo patrocina?" y me prometí que jamás le hablaría a ese "estúpido" porque no me iba a arriesgar a que si le hablaba de nuevo, él se parara, me dijera gracias y se fuera (orgullosa al fin).

El 28 de febrero del 2015 fue el 2do día de un congreso, eran aproximadamente las 7-8 a.m. y estaba hablando con Joshua, cuando mi hermosa conversación fue interrumpida por un joven que se apodera del ambiente y al final se presenta diciendo "me llamo Gabriel, ¿me puedo sentar con ustedes?" y yo en mi cabeza como "yo sé quién tú ere" pero que sé que no he comprado la primera silla, le digo que se puede sentar con nosotros. Pero lo último que yo esperé fue que Gabriel se sentara a mi lado y mucho menos que me entablara conversación A MÍ y yo como "sigo sin saber quién te patrocina". Al final resistí mis impulsos de pararme de ahí y no tener que ver nada con él y le seguí la conversación impuesta por él, obviamente (porque yo sí que no le iba a decir ni "pio"). Al pasar el tiempo hablando con él me di cuenta que no era tan mala persona como mi mente me lo había pintado, al contrario, era de lo mejor y si vino en son de paz, ¿por qué no recibirlo bien? Así que le invité a comer con mi grupo de amigos. De esa tarde se desbordan una serie de recuerdos como la famosa "mochila del guineo", que Gabs les tenía miedo a los puentes peatonales y que se llevó un refresco completo a su casa en puro silencio. A partir de ese día lo consideré una buena persona y si lo veía ya lo saludaba (no me juntaba con él, no era para tanto). En el campamento de ese año al último día me senté a hablar con él y las gemelas y todo fue muy chulo pero Gabriel me parecía una persona demasiado amorosa para mi gusto (tanto así que me asqueaba), aun así le invité a que se sentara conmigo en la guagua (aunque al final no lo hizo). La amistad se afianzó en agosto cuando dieron una película y al final de ella allí nos vimos y él me pidió que le guarde un asiento al otro día, así hice. Al otro día nos sentamos juntos, pura habladera y cada quien a su casa. Al otro domingo, igual le guardé asiento pero él no fue, así que me dije que jamás le guardaría un asiento sin que él lo pida antes. El domingo siguiente, él llegó primero y guardó los asientos, entonces empezó un mini interrogatorio por mi parte, al final la conversación terminó siendo:

Él – ¿Me guardaste asiento el domingo pasado?

Yo – sí – aquí bajó su cabeza con alguito de vergüenza, creo y le pregunté - ¿quieres que te guarde una silla de ahora en adelante?

Él – sí

A partir de ahí, siempre hice así. Domingo tras domingo guardé una silla para Gabriel aunque no fuera a la iglesia (que dicho sea de paso, no tenía forma de comunicarme con él que no fuera el teléfono de su casa (al que nunca llamaría de no ser vida o muerte) y verlo en persona). Hablábamos siempre que nos veíamos y todo era pura paz y diversión.

En noviembre, por alguna razón desconocida entonces, empezó a faltar. El primer domingo que faltó, me propuse a guardar las cosas que tenía para decirle para "la próxima vez"; también pasó al otro domingo y comencé a preocuparme, por si se había cambiado de iglesia, si se descarrió o algo parecido, y aunque viera a Justin o a Giancarlo no me sentía en la confianza de preguntarles no fuera a ser cosa que ellos pensaran que tengo algún interés en su hermano. Al tercer domingo me informaron que mi abuelo había muerto y esperaba verlo para desahogarme, pero tampoco fue por lo que sentí el nudo en mi garganta más grande al que me había enfrentado alguna vez. Por suerte ese domingo conocí al niño de la nalga más bonita en todo el mundo mundial: a Enrique. Enrique y yo empatizamos rápidamente y al poco tiempo ya nos contábamos cosas (era el sustituto perfecto). Sin embargo, me di cuenta de que le estaba dando más importancia a Gabriel de la que le hubiera dado a cualquier otra persona que hubiera faltado el mismo periodo de tiempo que él, por lo que un día me senté conmigo misma y me interrogué al respecto. Caí en la conclusión de que Gabriel me gustaba, me había dado cuenta que su físico había sido puro plus a todas las maravillas que rodaban por su cabeza y que habían llamado mi atención. Sin embargo, quedé conmigo misma en que no haría absolutamente nada para gustarle fuera de ser yo misma. Al final le dije a Kendall que me diera el número de su casa, ella se lo pidió a Damon y lo llamé. Hablamos largo rato, llamé un par de veces más otros días y tras saber que estaba bien y que solo eran cosas de su promoción, estuve en paz.

Al verlo nueva vez en diciembre, continuaba la relación de amistad que se había tenido. (Se me olvidó decirte que en ocasiones me sentía confundida con sus actitudes porque a veces creía que gustaba de mí y eso me molestaba sobremanera porque sabía que nunca sería capaz de tratar a nadie así y, por ende, nadie debía tratarme así). Una vez hablamos y él me dijo que me diría quien le gustaba; al final me hizo una marrulla de que le gustaban como diez personas y para colmo todas con 6 letras en su nombre y me quillé. Pasamos a enero del 2016 y no recuerdo porque, pero estábamos molestos, tanto así que no nos sentamos juntos. Entre nosotros estaba Marco y la conversación de ese domingo fue entre ellos dos. El ambiente se había tensado tanto que Marco se fue y unos minutos luego Gabriel se acercó, entabló conversación pero yo, orgullosa al fin, quería largarme y no tenía tanto deseo de hablarle. Al terminar el culto quise irme pero Gabs me detuvo tomándome de la mano, todo el mundo comenzó a pasar así que si quería mantener mi mano agarrada tenía que acercarse... así lo hizo. Quedamos de frente, pegados a la pared, tomados de la mano, muy cerca, más de lo que podía resistir y nos estábamos mirando; ninguno había emitido palabra alguna. Inclusive Estefanía se acercó para hablarle y hasta lo llamó y nos mantuvimos en la misma posición hasta que con los ojos le indiqué que ella estaba ahí, que estaba incómoda al vernos de manos y nos preguntó al respecto, cuando quise soltar su mano él la tomó con más fuerza y le preguntó si pasaba algo (un momento incómodamente hermoso en mi vida, la 1ra vez que Gabriel tomó mi mano). (También se me pasó decirte que en diciembre Khan me había vuelto a hablar desde que terminamos).

Por hoy lo dejaré hasta aquí porque ya son las 12:25 a.m. y aunque sé que no me dediqué esas 3 horas fielmente a escribir, ya estoy cansada. Lo pasaré a mi celular y cualquier cosa te seguiré poniendo al día.

Con cariño,

Mariella.

Where do broken hearts go?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora