Capítulo 11

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    —¿Estás segura de esto Charlotte?
    —¡Sí! —gritó sobre el ruido del helicóptero.
    —Nunca lo he hecho..., deberías tomar el tuyo.
    —No, ¡ahora!
    Mis pies abandonaron el metálico piso del helicóptero, y mi alma se había quedado  a bordo.

     Sentía demasiada adrenalina así que dejé de preocuparme e hice lo que mas deseaba

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     Sentía demasiada adrenalina así que dejé de preocuparme e hice lo que mas deseaba. La besé, uno de esos besos en los cuales te dicen que todo acabó. Que no volverás a verla y das todo en el beso para que te recuerde, un beso tan intenso que si no fuera porque estábamos en el aire la hacía mía.
     La abracé, lo sé era algo muy dramático pero no sabía ni como poner el paracaídas. Charlotte lo hizo por mí y solo entonces pude apreciar todo el paisaje.
    —No vamos a morir —murmuré para mí, pero creo que ella me escuchó. Sonrió y volvimos a unir nuestros labios.
 

   Aterrizamos en uno de los bosques. Sin poder evitarlo, la había acorralado contra un árbol y besado de mil formas, ya habíamos pasado dos meses juntos de amigos y se me hacía algo extraño. Pasábamos el tiempo juntos y eso era lo que me agradaba, me había estado acostumbrando. Pero había tenido que morderme la lengua para no estar entre sus piernas cada vez que la besaba.
     Le hablé al taxi y nos fue a buscar. Mientras caminamos por el bosque había regañado una y mil veces a Charlotte por haber puesto su vida en peligro. Resultó que Allison la había obligado a ir y cuando nos vieron irnos de allí, nos siguieron. Ya me imagino a Carlos que lo vieron  con las dos chicas. Los hijos de puta habían decidido irse en el barco y se subirían en otro helicóptero.
     La había ido a dejar a su casa pero sus padres no estaban, como siempre. Aun no entiendo en como son tan imprudentes para  dejar a su hija sola de esa manera. Se quedó dormida en mis brazos, cada vez me sentía mas extraño, cada vez sentía mucha ira por que cuando la veía mi corazón se retorcía, se sentía extraño.
     Al otro día la llevé al colegio, quise besarla en despedida pero ella se había negado. Dijo que no le hablara porque no tenía carga en el móvil y que se regresaría con Allison.
     Pasa la semana y no sé absolutamente nada de Charlotte le hablé pero ella me mandó a buzón tres veces y soy tan orgulloso que no le volví a hablar. Ya había caído muy bajo con esa tres llamadas.
     Carlos se extrañaba al no verla porque nos habíamos hecho buenos amigos, después ella y Allison se venían a quedar a dormir y hacíamos cosas locas y ahora nada, claro ellos hacían cosas mas locas, Lott y yo nos limitábamos a hacer cosas de amigos.
     Era una noche con algo de frío y necesitaba adrenalina. Me cambié y fui al antro. Necesito, tengo ganas de sexo y ahí alguien que siempre está dispuesta a eso. Así sea amiga del enemigo aunque me quedaba Keyla la cual no había visto hacía rato ya, nunca nadie me había hecho una mamada de la forma en la que ella lo hace. Y no pienso dejar que me vuelva a pasar lo mismo de no poder con otras chicas, quizá en aquella ocasión no me había gustado mucho la tía operada.

    —¿Lo mismo de siempre? —pregunta Kimberly apenas me ve entrar a su habitación reservada, claro que ella iba a tener una especial con tanto cliente.

¡Como dos amigos! [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora