Capítulo 44

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Narración por Tyler

     Me limito a mirarlo fijamente. Mientras él ríe, al igual como lo hizo con Robert y mi madre, no entendía como había personas que les gustaba el sufrimiento de las otras. Eso era una enfermedad, era locura.
    —Ya había ansiado en que llegara esa pequeña castaña, apenas puso un pie aquí decidí que era hora, le mandé un taxista para hacerla creer que podía confiar en él, uno de mis hombres, claro el que me avisó, él la tomó y la dejó allí. Que malo es, debió sacarla a ver el fuego en vez de dejarla para que ardiera.
      —¡Cállate!
     Mi corazón quiere salirse, siento como duele y se oprime. Es tan jodido estar solo, pero más, haber perdido también a una persona de las mas especiales en tu vida por culpa propia, justo llegó, ¿no pudo ser antes?
     Aun no entiendo porque la vida es tan mierda. ¿O porqué lo es conmigo? Quizá es porque nací para estar solo, no debo buscar a alguien para ser feliz.
     Solo tenia diez años cuando mi vida pasó de ser la mejor, a la peor. Cuando entendí el significado de la fidelidad.
     La vida había sido una mierda conmigo y ahora yo sería el mierda, yo me la follaría y haría todo lo que se me viniera en gana.
      Siempre lo había hecho pero este mes sobrepasé los límites. Y sí, estaba esperando llegar al infierno con ansias porque sería mejor que esto.
      Me suelto de los hombres con mucha rabia, quiero correr a buscarla así sea que me pase algo pero siento, un golpe en mi nuca y al instante no veo mas.

    |Despierto agitado. Observo donde estoy. ¿Qué mierda hago en mi habitación?

    —¿Dónde estás Lott? —susurro y una lágrima recorre mi mejilla, después otra hasta quedo hecho desastre. ¿Cómo es que haya muerto ella y ahora yo esté aquí?
     Quizá eso era lo que el quería, ver mi sufrimiento para dejarme en paz.
    —¿En qué piensas amor? —me giro al escuchar su voz, la veo saliendo del baño con una sonrisa.
      Corro a ella tropezando tan torpe y la abrazo, con toda la necesidad que tengo de su piel, de sus caricias, de su amor. No me creo tenerla frente a mis ojos que la aprieto mas de lo que debería con miedo a que se vaya de mi lado.
    —¿Qué tienes Tyler? ¿Por qué lloras?

    —Pensé que te había perdido.
    —Tranquilo amor, solo ha sido un mal sueño.
 

    —Te quiero más que a nada en mi vida —las palabras salen tan rápido, y es verdad, no soportaría perderla. Sería tan infeliz si ella no estuviese conmigo. Si ella dejara que cayera a la obscuridad nuevamente. Quería decirle tanto que pensar que había muerto había hecho que mis sentimientos resurgieran. |

     —¡Levantate, idiota! —gritan mientras siento agua recorrer mi cuerpo.
     —Charlotte... —susurro al darme cuenta, que todo ha sido un sueño.
      —¿Qué no oyes o eres estúpido?
      —¡¿Qué quieres hijo de perra?! —grito al regordete que está frente a mi gritando con un cubo ya vacío en la mano. Me sentía como los perros, rabioso de tanto dolor que sentía.
      Estoy en un cuarto oscuro pero puedo ver perfectamente la figura del gorila ese así que me levanto.
    —El jefe quiere verte. ¡Ahora estúpido!
    —Me vale mierda lo que quiera tu puto jefe.
      Me toma de los hombros y patea mi estomago varias veces sacandome el aire, después me pega en la mejilla izquierda.
     Caigo de rodillas e intento respirar, empiezo a toser y puedo sentir el sabor a sangre recorrer cada parte de mi boca. Lo escupo, pero soy jalado del brazo, me pongo rápido de pie y camino con su ayuda, prefiero eso a que me lleve arrastrando. Llegamos a una puerta blanca. Toco y se escucha la voz de Dexter, el gorila hace que yo pase solo, ahí estaba, fumando. ¿Es qué acaso todo debe oler a marihuana?
    —Sientate bastardo.
    —¿Qué le has hecho?
    —Te dije que te sientes.
    —¡No quiero maldita sea! —me acerco como puedo hasta el y lo tomo del cuello de su camisa —, ¿qué le hiciste infeliz?
     Me observa y su rostro lleno de burla hace que mi cuerpo sufra grandes escalofríos, gracias a su quemadura de medio rostro.
    Su silencio me mata y solo me hace pensar lo peor. No puede ser que la haya matado. No a ella.
    —¿Qué no la viste arder?
    —No.
     Me golpea el estómago, y paso mis manos por el, me ha dolido de manera extraordinaria, me tambaleo hacia atrás pero me toma del brazo y hace que me siente frente a el. No entiendo porque no tengo fuerzas, mi ser se siente cansado, dolido, siento que todas las preocupaciones de las personas de todo el mundo están sobre mis hombros.
    —Yo solo quería a tu madre.
    —¿Entonces, por qué mierda la mataste?
    —Ella, se volvió una puta, ya no solo engañaba al cobarde de Robert conmigo, si no con otros mas.
     —No hables de mi padre. Y mi madre se volvió una puta desde que te conoció a ti, quizá desde antes.
    —Pensé que era con tu padre que había regresado y por eso ya no me quería a mi —siguió diciendo ignorando mis palabras.
    —¿Por eso lo mataste?
    —Estaba lleno de rabia, los celos me mataban. Yo la quería, estaba enamorado de ella, y me dejó cuando el murió, pensé que si tu padre moría ella regresaría conmigo.
     »Por un tiempo estuvo conmigo, pero después tú y ella desparecieron —lo recuerdo perfectamente, ella me llevó a vivir junto con otro hombres, pero no recuerdo a Dexter —, los busqué y me resigne a no volver a verla, hasta que te vi, tenías ya catorce años. Habían regresado a una casa ahí en los Ángeles. Esperé un momento a que la dejaras sola y la busqué.
     Claro que nunca habíamos dejado los Ángeles, siempre Julia andaba de casa en casa que por eso nunca nos encontró.
    —Era solo un maldita obsesión —grité desesperado por no poder levantarme, el dolor de las costillas cada vez era mas punzante.
    —No —negó varias veces con la cabeza —. Yo la amaba.
    —Claro que no, si no, no la hubieses matado.
    —Ella me provocó. Yo le dije que escapáramos juntos y ella dijo que no podía porque estaba con otro. Que nunca me había amado, solo era su juguete para no estar con tu padre.
     Eso dolió tanto, yo amaba a mi padre. Y ella siempre jugó con el, eso era lo que mas me hacía odiarla.
    —¿Y... yo qué? ¿Por qué me haces esto? —las palabras me salían temblorosas gracias al dolor, sentí otra vez la sangre en mi boca.
    —Tu madre muchas veces me rechazo por ti, porque no podía dejar a su hijo con Robert.
     —Hubiera preferido que se fuera contigo.
     —Cuando te metieron al tutelar, a mi me metieron a la prisión. —mis ojos se abrieron como platos, pensé que no le habían hecho algo —. Pero no por tus padres, apenas vi mi vida tan vacía sin Julia me arrepentí y empecé a beber para saciar mi dolor, una noche la vi, una mujer que se parecía mucho a Julia. Ella no quería y yo solo quería estar con tu madre así que la hice mía aunque se negara.
     »En la prisión, hay todo tipo de personas, ellos me quemaron, porque supieron lo que le hice a tu padre, y me hicieron lo mismo que le hice a aquella mujer...
      Empezó a llorar mientras seguía contando, yo ya no le ponía atención. Estaba tan metido en mis pensamientos, él se lo había buscado, aun así no tenia ninguna remordimiento si mi madre no lo hubiera buscado, y no fuera una puta, Robert estaría ahora conmigo. Pero de algo no me arrepiento de esta vida de mierda, de haber conocido a Charlotte.
     Si me hubiesen dicho que iba a conocer a alguien tan maravillosa como ella hubiera aguantado todo ese dolor sin pensarlo. A una persona que hace sonreír con solo verla, que me hace enfurecer y en vez de querer odiarla me hacer quererla mas.
Una persona que en todos los campos del amor siempre coincida conmigo. Pensar que solo quería sexo con ella me hace sentir tan estúpido, ni yo mismo lo creería ahora. Quiero todo con ella, si la tuviese enfrente y me dijera que mañana mismo desea casarse conmigo, accedería por el simple hecho de que no me veo en el futuro sin ella. Cedería a cada una de sus peticiones, sus deseos serían mis órdenes, sería su esclavo porque estoy tan deseoso de que me pague con su amor. Y mas que deseoso, necesitado.
     No puedo decir que iría a matarme por ella porque lo que estoy sintiendo es amor, no obsesión. La amaré todo lo que el tiempo me lo permita.
      Yo sé que ella está viva, algo muy dentro de mi me lo dice.
    Sé que Dexter es tan frío en estas noticias y aun que llevo dos veces sin creer lo de mis padres, no veo porque no dudar una tercera.
    —Por tu culpa me hicieron todo esto —gritó, mientras me señalaba.
     Me sacó de mis pensamientos.
    —Yo no hice nada, fue tu estúpida obsesión —me defendí.
     —Si tu no hubieras nacido, ella estuviera conmigo.
     —¡Estás enfermo! —grité y su semblante se hizo triste pero después brotó de sus labios una estúpida carcajada.
     —Si yo no fui feliz ¿Por qué tú si? —iba a responder cuando entran dos de sus gorilas —, llévatelo donde mismo. —ordenó al regordote.
     Me llevaron y paso la tarde tan rápido como pudo según el reloj que estaba colgado en la pared. Cada uno de sus movimientos me estaban volviendo loco, el encierro y ese sonido tan ensordecedor de la manecilla cambiando.
     El dolor en mi estomago cada vez se hacia mas fuerte. La sangre brotaba de repente cuando tosía, era algo extraño, nunca lo había vivido. De repente empecé a toser sin parar, y sentía que la sangre me ahogaba.
    —Oigan —grité y golpeé la puerta con la poca fuerza que tenía. Pero nadie llegaba, no puedo dejar esto así, tengo que hacerlo pagar por todo —. Ayuda —susurré, pero ya no podía. El dolor era muy fuerte, pero el dolor de no tenerla a ella conmigo era peor. Todo se volvió negro, como mi vida, en ella nunca hubo luz, hasta que llegó Charlotte. Y ahora no está, no está mas.
     Se repetía una y otra vez en mi cabeza, y el arrepentimiento de haber peleado con ella no me dejaba, me sentía morir por haber sido un jodido cabron con ella y no decirle cuanto la quería.

Narración por Charlotte

     Apenas desperté me di cuenta de que estaba en el hospital, nuevamente y esta vez no sabía porque.
     —¿Cómo te sientes, amor? —volteé a ver a mi padre que se levantó del asiento y se acercó.
      —¿Qué hago aquí?
      —Te has desmayado, de hecho lo haces muy seguido. Estoy tan preocupado que mi cabeza no me deja procesar nada, quiero a mi Lottie de regreso.
       —Soy la misma, sólo que acabo de perder a mi novio y a un chico extraordinario que se hacía pasar por mi mejor amigo pero me abandonó. Quizá si no hubiese conocido a Tyler...
       —Tranquila.
     Me abrazó y me obligué a no llorar pero simplemente me sentía seca, tenía el nudo atormentando mi garganta pero ni una sola lágrima salía.
     —¿Quieres irte a casa? —asentí y me ayudó a ponerme de pie, aun llevaba mi vestido de funeral —. Espera aquí, voy a hablar con el doctor. Salió pero demoraba así que salí de igual forma y escuché que discutía con el doctor.
      —¡No! Usted no me puede decir que mi hija tiene la necesidad de ir a un psicólogo, ella no está loca.
       —Sus nervios están alerta, no puede recibir ninguna noticia bien porque no sabe como sacar lo que siente, el psicólogo la ayudará...
       —¿Cómo quiere que esté si acaba de perder a dos personas queridas? No sabe ni lo que dice doctor...
        —Señor, calma... Es por el bien de su hija.
    Mi padre no respondió mas al ver que yo estaba escuchando, se dio la vuelta y se acercó a mi a paso firme, me tomó por la mano y me hizo salir a la sala de espera donde estaba mi madre, Allison y Carlos.  No tenía ánimos de hablar con nadie que tan sólo me dirigí al ascensor. Mi amiga y su novio me siguieron al igual que mis padres, todos en silencio y lo agradecía ya que el dolor de cabeza que comenzaba a sentir era muy fuerte.
     Al llegar a casa, Albina me brincó, acaricié un poco su cabeza y me subí para acostarme, allí estaba el perro de peluche que me regaló antes de todo, lo aventé contra la pared.
     —¡Maldito seas Tyler! Me hiciste enamorarme de ti para después dejarme, te fuiste y te lo llevaste a él, a alguien que no tenía culpa. ¡Me dejaste infeliz, gilipollas!  ¡¿Por qué?! ¡Te odio tanto!
     Me dejé caer en la alfombra llorando nuevamente, ¿acaso nunca cesaría el dolor? ¿Cuánto pasaría?
     —Regresa —susurré a la nada, pero era estúpida en pensar que se aparecería por arte de magia.
    No entendía porque nunca me dijo todo por lo que estaba pasando. Que estaba en peligro, quizá yo pude haberle ayudado. Mi padre o quien sea, tan solo se fue a la guerra sin un arma, pero si se llevó mi corazón siendo tan débil no duró ni un segundo en romperlo.
     Mi padre subió a ver porque gritaba, ya sabía la respuesta, me llevó comida pero apenas probé bocado, mi madre no decía algo. Seguro pensaba en que muy pronto me volvería una chica suicida y esas cosas.
      No lo haría por el simple hecho de que ya tenía suficiente dolor como para causarme más cortandome o tirandome por el balcón. No sería capaz de causarles a ellos el dolor de perder a su única hija.
      La vida seguía, y aprendería a llevar el dolor en ella, el recuerdo y todo lo que conllevaba esta situación. Había perdido a dos personas importantes pero muchas personas habían perdido a mas y no se dejaban caer, eso quisiera decirlo a todas aquellas chicas y chicos que pasan por situaciones parecidas, nunca en la vida vamos a estar solas, el dolor puede que perdure días, meses y hasta años, pero por algo nosotros seguimos aquí, porque aun nos falta por vivir. Aun la vida nos tiene preparado algo por lo cual hay que saber sobrellevar nuestro camino, si estamos vivos es porque aun no cumplimos nuestro destino y hay que esperarlo hasta el final de nuestros días. Vivir no es morir, vivir es la gran experiencia que no debes dejar escapar. A veces nos arrepentimos muy tarde.

¡Como dos amigos! [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora