Capítulo 37

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Narración por Charlotte

     Llevaba tres días sin ver a mi novio, ¡Dioses del Olimpo! Que raro se sentía decir que era mi novio, siempre era el amigo Tyler y ahora era mas que eso. Bueno siempre supe que sería mas que eso. Desde ese momento en que el que nuestros ojos intercambiaron miradas.
      Me enamoré de él, pero no me quedo con él por inercia o capricho, como si no hubiera nada más a mi disposición, sabía que tenía a chicos demasiados buenos a mi alrededor. Me quedo con él porque así lo decido todos los días al despertarme, todo los días que nos peleamos, nos mentimos o nos decepcionamos. Lo elijo a él una y otra vez, y él me elige a mí, eso lo sé.
      Me asustaba también tanto está idea, y me sentía estúpida por tenerle miedo al amor, nunca me había pasado cosa comparada con lo que pasó Tyler, simplemente siempre tuve miedo de fracasar en el amor, sólo quería vivir la vida como si nada y ahora solo quería estar con él. Quería que durara ya que no me imaginaba a alguno de los dos viéndonos como total desconocidos por la calle y pensar en todo aquello que habíamos dejado, quizá por no luchar por ello o tal vez por la desconfianza.
      Lavé mi rostro y mis dientes. Iba a bajar a desayunar pero una llamada de Tyler llegó. Mi corazón creció apenas vi su nombre, sentía que no cabía mi emoción por ningún rincón, respiré hondo y contesté.
      —¡Nena!
      —¡Hola! ¿Nos vemos hoy? —pregunté esperando a que dijese que sí.
      —Estoy bien, no te preocupes.
      —¡Tyler! Enserio dije que quería pasar todos los días contigo, te voy a extrañar.
      —¿Y para que deseas verme?, si estoy muy feo. Si me vieses, ya me parezco mas a Shrek.
      —¿Te pusiste verde? —pregunté riendo.
      —¡Ya no soy guapo! Se me acabó la poción de pedorrines por siempre.
      —¡Basta! Me haces olvidar lo que hablamos.
      —Últimamente hablamos del mundo Disney, que de princesas y eso. Esas son nuestras platicas mas serias ya que apenas nos vemos se desata tu deseo y no me deja pensar, debemos de disfrutar estas llamadas, ¿no crees?
      —Yo siempre soy seria, Tyler. —Reí de mi seriedad y escuché que alguien tocaba la puerta, solo estaba mi madre por lo que sabía. —Pasa mamá.
      —Te dejo para que hables con tu madre.
      —Ni se te ocurra colgar Tyler o voy y te saco de donde estés —otro golpe se escuchó en la puerta, que barbaridad —. ¡Mamá pasa y deja el escándalo! ¡Albina está dormida!
      No respondió y eso me desesperaba, nunca había echo eso, al contrario ella entraba valiendo mi espacio personal.
      —Anda ve a abrirle a mi suegra.
      —¡Cuelgas y te mato gilipollas!
     Me acerqué y giré la perilla. Tan sólo veía un enorme perro de peluche blanco con orejas color rosa palo y su ojo derecho también rosa. Aventé todo mi escultural cuerpo a él y sin darme cuenta de mi fuerza solo escuché un cuerpo golpear y yo caer en total suavidad.
      —¡Lott! No te he colgado, no me mates.
      —Te extrañé en serio, quiero besarte y...
      —Siempre pensando en sexo, te traje ésto —sonreí, sabía que era para mi, a menos que fuera para Albina.
      —Tyler ¿dónde estas?
      —Aquí abajo, si no te importa.
      Me levanté con el perro de peluche en brazos y me dirigí a mi habitación, vi que Albina se levantaba, bien, conmigo no se despierta y apenas ve a su amo corre a comérselo a besos. Me aventé a la cama sobre el perro, olía a Tyler, inhale hasta que creo se le acabó el olor.
     —Creí que querías verme —se quejó Tyler con el ceño fruncido desde el marco de la puerta.
     —Claro, pero el perro no camina sólo, tú si.
      Tyler levantó las cejas y se aventó sobre mi, lo esquivé y rodé con mi perro cayendo al suelo sobre el, de algo había servido ya, o sea de salvar mi vida. Albina se montó sobre mi y empezó a lamer mi brazo.
      —Pues esta perra camina de mas —aclaró Tyler mirándome desde mi cama. Reí de Albina, pobresilla.
      —Te extrañé —murmuró jalando por mi cintura, Albina se fue a acostar a su colchón, que floja, me dio un beso que fue tomando otro rumbo, Tyler me apretó del trasero contra el —De verdad, te extrañé, necesito tanto de ti.
       Empezó a besar nuevamente, se sentó y me subió sobre sus piernas, lo aventé hacia atrás y mientras acariciaba mis caderas con sus pulgares yo devoraba sus lindos labios rosas.
      —Chicos —gritó mamá desde la escalera y sus pasos se escucharon cada vez mas cerca. Nos incorporamos rápido, Tyler insistió en quedarse parado, como que le tenia miedo a mamá. Me reí y ella llegó al marco de la puerta. A eso me refería con que nunca tocaba, ella simplemente entraba.
      —¿Sí mamá?
      —Vamos a salir.
      —Esta bien... —que les valla bien, ¡casa sola, oh sí, oh sí, fiesta, fiesta, fiesta!
      —Vamos a salir todos.
      —¿Qué?—mis ojos casi de quieren salir de la noticia. ¡Tiene que ser una muy mala broma!
      —Patrick nos ha invitado una semana a su casa de las Vegas ¿No te gusta la idea? Bueno en sí invitó a varios, pero como tiene varias propiedades nos la prestará para la estadía allí.
      —Es muy buena idea, ¿Cuándo nos vamos? —mi hipocresía no podía ser mas grande.
      —Hoy, salimos por la madrugada.
      —¡¿Qué?! ¿Tan pronto?
      Volteo a ver a Tyler y él asiente, no quiero dejarlo. Después de una semana apenas lo estoy viendo y ya no lo voy a ver en otra semana.
     —Sí hija, empieza a empacar.
     —¿Y Albina?
     —Yo la cuidaré —interfirió Tyler, maldito.
     —Le sacamos su permiso. Pero si quieres que se quede, está bien.

¡Como dos amigos! [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora