Habían pasado dos semanas desde el encuentro de mi pequeña hija con el zoológico. Mientras hacía ejercicio me puse a pensar en el problema de mi amigo. Porque eso era, su infidelidad le estaba costando su familia, amigos y vida. Eran tantas dudas que no podía disiparlas.
Hace tres días, tras salir de un día arduo maneje hasta mi casa. Llegué esperando esos deseosos besos de mi mujer y los cariños y risas de mi bebé, tal vez una salida para ir a cachondear. No había nadie, solo una nota que decían estar en el club de su padre con la tía Allison y sus primos.
En el momento que decidía llamarle para ver si necesitaban algo una llamada entrante de mi amigo timbró.
—¡Tyler! —lo escuché gritar tras decir mi nombre, podía percibir un mal estado, supuse lo peor. Su voz era cortada, parecía estar llorando. Nunca desde que lo conozco lo había visto o escuchado de esa forma. Los lamentos me ensordecían.
—¿Dónde estás? —contesté rápido cuando se quedó en silencio.
—No quiero que también te dañen...
—Iré por ti, solo dime donde estas.
—Te necesito, desde que los críos llegaron simplemente dejamos de ser amigos...
Ahora mismo no podría entender para que me llamó si no quería que fuera por él, estaba claro que sí me necesitaba.
—No digas idioteces.
—Estoy donde siempre, ayúdame con esta vida de mierda.Salí rápido y al llegar parecía irreal imaginarme todos los días de mi pasado ahí. El antro donde hice de todo.
Entré embriagándome con los hedores que desprendía todo el lugar. Miré sobre algunos recordando como siempre todo lo que viví allí dentro. Tantas cosas malas, pero también buenas noches de frenesí.Busqué sin encontrarme a alguien conocido, ya no estaban mis amigos. Todos habíamos olvidado los buenos momentos que vivimos en el lugar, las metas y peleas falladas.
Era un poco cierto lo que decía Carlos, pero es como debía ser. Nacimos para encontrar nuestra otra mitad. Nos contemplamos años solos desde la niñez, llega el momento en el que no puedes estar más tiempo solo, aparece la necesidad, encuentras la indicada y no puedes dejarla ir porque quizá solo esa era tu única oportunidad.
Yo no podía pensar en mí ahora, sí no tuviera a Charlotte. Mi apoyo. Mi ser.
No entendí como Carlos podía haberle fallado a Allison, cuando él fue quien primero dio todo por una mujer, juraba que estaba loco por ella.
Pretendió amarla a lo funcional pero no le sirvió, le hizo falta más amor, tal vez.Lo encontré en la barra platicando con un hombre moreno, me acerqué y sin querer puede escuchar un poco antes de que Carlos se diera cuenta. Mientras más escuché más me interesé por saber qué hacía mi amigo ahora sin su familia y trabajo.
—Natasha quiere que vayas ahora. Le molestó mucho que no contestaras sus llamadas.
—Ya le dije que no quiero verle más.
—Y ella te aclaró también que no puedes dejarla hasta que ella no se aburra de ti.
—A la mierda con tu puta hermana yo...Hice una mueca cuando me vio, ya me había dicho que engañaba a Ali, pero no sabía que tan en serio la amante lo tomaba.
Le quité el cigarrillo de la mano e inhale un poco dejando que el aire fluyera en la cara del hombre moreno, no permitiría que se metiera con mi amigo. Menos que lo amenazara. Quizá para Carlos yo ya no era su mejor amigo, pero para mí aun lo era.
—¿Tienes algo más que decir? —Le pregunté mirándolo fruncir el ceño.
—¿Quién te crees idiota?
—Vete ya.Quería llevarme lo más rápido posible a Carlos de ahí, hasta meterlo en uno de esos centros especiales para que deje de ingerir esa porquería que lo estaba consumiendo a él.
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¡Como dos amigos! [+18]
Teen FictionTyler y Charlotte guardan el secreto de ser como dos amigos con beneficios el uno por el otro. Y tú, ¿estás dispuesto a enamorarte? Entonces atrévete a leer. Hermosa portada por una belleza, ilove Ü Sari *--* @SNBrito Todos los derechos rese...