¡Como dos amigos! [+18]

Capítulo 6

El besó se acabó cuando sonrió y susurró:
  —Deberías ser actriz.

    Me sonroje, mis piernas me temblaron un poco, que atrevida me había puesto, entonces el no me soltó de la cintura y la sentía arder a pesar de mi blusa, mientras me dirigía al auto unos lo seguían ya que escuchaba sus pasos cerca.
    —No quiero que nadie la toque, es mi amiga. —Advirtió, quería ver a quien le hablaba entonces volteé —¿Adrien? —insistió Tyler ya que no le había contestado de que lo estaba escuchando.
    —Claro, pero no parecen amigos... —le sonreí y él a mí. Con ese beso quien lo creería.
    —Lo somos, verdad ¿Charlotte?
    —Sí. —musite al confundida aun, mejor dicho anonadada.
    —Soy Adrien... Cuando quieras... —me besó la mano, yo reí pero Tyler se vio molesto y subió al auto. El tal Adrien soltó una carcajada por su acto.
    —Un gusto. —Me subí de igual forma arrancando a toda velocidad para poder estar libre de todo eso, Tyler se puso a fumar y yo le insistía en que me contara, empezó a decirme que montaba en esa motocicleta la cual estaba en el mecánico y apostaba para ganar dinero.
    No tiene oficio alguno. Un chico de la calle. Me comentó que el chico que intentó besarme se llamaba Landon que cuando pisó Chicago después de Madrid el llegó a los meses. Y la chica que me tomó el cabello se llamaba Kimberly, según Tyler quiere con el, hasta yo si fuera de su tipo. Y que después de Carlos uno de sus amigos mas cercanos era Adrien.
     Cuando estacioné vi a Allison y Carlos entrar, le dije a Tyler que se bajara rápido antes de que salieran nuevamente. Todo el momento estuve nerviosa por lo del beso pero traté de disimular.
     Él no dijo nada y solo me dió las gracias por haberlo atropellado ya que así seguíamos conociéndonos. Y de alguna manera me había gustado mucho conocerlo, aún que ahora sabía que era un pandillero, al menos no un matón.
     Al llegar a casa me vi seguida de un auto. Esperé unos momentos hasta que me di cuenta de que era James pero había cambiado de auto ya que antes lo había visto con un Jeep. Me bajé, al saludarlo él corrió sus labios y me besó.
    Un beso demasiado intenso, del cual sólo recordaba el placer que había sentido al momento de chocar mis labios con los de Tyler, en como su lengua solo había rozado la punta de la mía, y sus dientes dieron un leve mordisco en mi labio inferior.
      Embriagada por el recuerdo no supe cuando James me tenía entre el auto y él, a los grandes besos. Después de callado, nerd y tierno había salido todo un experto en esto. Bien dicen que los callados llevan la música por dentro. 
    —¿Están tus padres? —me preguntó. Esto ya iba por otro rumbo, asentí con la respiración algo entrecortada. No lo sabía realmente.
    —Sí —mentí —. Acabo de dejar a mi primo en su departamento, como aun no tiene auto. Mis padres dijeron que me apurara por la cena.
    —Esta bien, extraño verte por la salida.
    —También yo. Le diré a mi primo que ya no podré acompañarlo mas.
    —No tranquila, hay tiempo para todo. Solo venía a darte las buenas noches.

Le iba a responder y en eso empieza a timbrar el móvil en mi mano, lo observé. Maldito, por eso me lo pidió para enviar un mensaje.
     Llamada de: Primo Tyler.
    —Contesta. —Me animó.
    —No, ya estuve mucho con el y estoy un poco cansada —en pocas palabras lo estaba invitando a que se fuera. Me dio un casto beso y yo se lo regresé en la mejilla. No se que impulso le había dado para besarme de esa forma. Después de haber estado distante, infeliz bipolar.
     Habíamos decidido en que respetaríamos lo de amigos pero yo por estúpida le había seguido el beso. Como lo hice con Tyler.
     Llegó el día en el que llevaría a Tyler por su motocicleta. No me había hablado después de que le colgué cuando estaba con James. Y de eso pasaron dos días. Y los había aprovechado con James.
    —¿Oye estamos... bien? —pregunto él.
    —¿Por qué no estarlo? —pregunté algo confundida, claro estaba que hablaríamos algún día del beso.
    —Yo quería decirte que lo del beso y eso, fue solo para que no se metieran contigo..., de verdad aprecio esta amistad.
    —Ah, eso —le resté importancia, quería hablar de ello y las palabras que deseaba escuchar eran «me gustas» «deberiamos salir» «me gustó besarte». Sin embargo el no pensaba en que a mi si me había gustado, mas que eso —. No te preocupes, dijiste que te siguiera el juego, estaba horrorizada creí que saldría de ahí sin auto y ropa. De verdad que valentía para entrar a eso.
    —Es arriesgado, pero la adrenalina hace que se esfume todo rastro de miedo.
    —El dinero también —concordé —. Supongo.
     Asintió y al momento que llegamos se puso a charlar con el mecánico. Soltó maldiciones y lo vi golpear la motocicleta. Era realmente bonita, lástima.  Observé que se ponía rojo de la ira y empezó a caminar de vuelta hacia mí.
    —¿Qué pasó?
    —Dice que aun no está lista porque le falta una pieza que no tiene.