✈︎🄵🅁🄴🅂🄸🄰☁︎

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El día de clases a penas había comenzado, los alumnos aún se encontraban en los pasillos ya que el timbre no había sonado y los murmullos y gritos eran algo que opacaba el silencio, y la paz.
Victor y Azami se veían algo agitados ya que creían que llegarían tarde pero para su suerte solo fue una falsa alarma y ahora estaban conversando con sus amigos entre risas.

—¿Y cómo estuvo su fin de semana?

—Bien. —respondió el Hinata menor intentado sonar lo más neutral posible.

—Aburrido. —le siguió el mayor.

Kaori y Kenshin veían entre divertidos y confundidos a los gemelos pero aquel ambiente se vio opacado por la llegada de Toshio y Kenta. No era extraño verlos juntos, al menos antes no lo era, pero desde la llegada de los Hinata la relación de esos dos se había vuelto más tensa de lo normal. Y esta vez no fue la excepción.

—¡Buenos días Zami/Azami!

—Ho-Hola...

—Veo que llegaste bien a casa, olvidaste mandarme un mensaje estaba preocupado. —dijo el capitán.

—Lo lamento lo olvidé completamente. —se disculpó apenado.

—¿Acaso se vieron? —preguntó Toshio confundido.

—Si-

—Tuvimos una cita. —respondió Kenta orgulloso.

El ambiente de repente se volvió tenso e incómodo, Azami se sentía entre la espada y la pared con Oikawa y el capitán allí. Por otro lado Victor junto a Nishinoya y Tanaka veían la situación de dos maneras diferentes, el gemelo de forma divertida y los otros dos preocupados por su amigo pelinaranja.

—Las clases están por comenzar mejor ya nos vamos ¿cierto? —intervino Kenshin.

—Si, vamos. —el Hinata menor tomó a su amigo por el brazo y lo arrastró lejos lo más rápido posible.

Los demás se despidieron del setter y el capitán para seguir al par que había volado hacía el salón. Mientras tanto los dos anteriores se miraron por última vez de manera desafiante para seguir cada uno a su respectivo salón de clases.

El resto de la mañana fue en calma, y todo gracias a qué aquellas dos personas que tenían la mente de Azami por las nubes no estaban, aún no sabía cómo afrontaría el almuerzo y la práctica del equipo por la tarde.
No creía que las cosas fuera tan difíciles, si debía ser honesto nunca sintió algo parecido a lo que estaba sintiendo ahora, esa confusión pero a la vez nervios y emoción eran tan confusos que le hacían doler la cabeza. ¿Podrían las cosas ponerse fáciles solo una vez? no lo sabía y realmente lo dudaba pero necesitaba entender sus sentimientos lo antes posible o todo sería un desastre. Peor del que ya estaba.

—¡Zami!

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—¡Zami!

—Aquí vamos otra vez. —murmuró Victor rodando los ojos.

—Kenta-san...¿q-qué necesitas?

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