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—Oigan ¿qué tal si hacemos una pijamada? olvidamos nuestra tradición. —dijo Kenshin.

—¿Tradición? —preguntó Azami.

—Hacemos una pijamada luego de alguna victoria. —explicó Kaori.

—¡Oh~ hace mucho tiempo no vamos a una Zami!

—Es verdad. —sonrió tenuemente el menor de los gemelos.

—¡Bien hoy mismo se hará! —sentenció Tanaka.

—¿Qué pero dónde? —cuestionó Víctor.

—Su casa. —dijeron al unísono sus amigos.

—Debemos avisarle a nuestro papá primero. —dijo Azami.

—¡Pues que esperan! nos iremos todos juntos en la salida.

Los gemelos no lograron negarse ya que aquel par parecía muy emocionado con la idea, además ellos también lo estaban un poco ya que hacía mucho tiempo no pasaban tiempo así con sus amigos. Sin pensarlo mucho más Víctor marcó el número del Hinata mayor, oyendo 3 tonos antes de escuchar su voz.

—¿Pasó algo hijo?

—Quería preguntarte algo papá...

—¿Qué es?

—¿Podríamos Zami y yo hacer una pijamada en casa?

—¡Claro! sólo dime cuantos son para saber cuánta comida preparar. —dijo feliz.

—Seremos 4.

—Perfecto, los espero aquí entonces.

—Gracias papá.

—Adeus.

—Nos espera a todos. —comentó alegre el gemelo mayor.

—¡Genial! será la mejor pijamada de sus vidas ya lo verán. —aseguró Nishinoya.

Las horas de clase pasaban lentas para el pequeño grupo de amigos, ya querían acabar con las aburridas materias e ir a divertirse. Aún faltaba el entrenamiento pero eso los distraeria un poco de la emoción.

La práctica llegó y todos notaban como aquel cuarteto se notaba un poco más enérgico que de costumbre, excepto Azami que seguía con su misma actitud seria o al menos así era para la mayoría ya que una persona en especial notó aquel pequeño cambio en el menor.

—¿Por qué tan feliz?, ¿pasó algo bueno?

—Nada fuera de lo normal capitán. —contestó serio siguiendo con su ejercicio.

—Oh vamos~ puedo ver que estás más feliz que de costumbre. —dijo quitándole el balón de las manos para captar su total atención.

—Victor y yo haremos una pijamada en casa, hace mucho tiempo no hacemos algo así. —sonrió suavemente.

—¿Y no me invitas? que malo~

—Ah lo siento pero tendría que hablar con Kaori-kun y-

—Oye cálmate sólo era una broma, pasenla bien. —el capitán revolvió los cabellos de Azami y siguió con su propio entrenamiento dejando a un pelinaranja con una extraña presión en el pecho que no logramos comprender.

El entrenamiento acabó luego de tres intensas horas, los torneos estaban a la vuelta de la esquina por lo que Ukai era aún más exigente con el equipo. Todos cambiaron su ropa para colocarse de nueva cuenta el uniforme y así salir camino a casa.
En la entrada algunos de ellos se despedían pero cinco siguieron ahí.