✈︎🄶🄴🅁🄱🄴🅁🄰☁︎

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Los meses pasaron volando, el cambio de estación también estaba a la vuelta de la esquina, y nuestro pelinaranja estaba a tan solo una semana de cumplir sus 9 meses de embarazo.

Las cosas eran un poco más complicadas, ya no iba tan seguido a la florería por obvias razones y aún así Kenta era un excelente apoyo para él. Este día sería la última ecografía y por lo tanto los gemelos exigieron estar presentes, era un momento importante para toda la familia.

—Bien Shoyo-san estas semanas serán cruciales, nada de esfuerzos innecesarios y cuide mucho la alimentación.

—Lo vamos a cuidar bien doc no se preocupe. —sonrió Victor.

—Estará todo el tiempo en la cama. —aseguró está vez Azami.

—¿Qué? ¡No! No quiero estar todo el tiempo en la cama hay cosas que hacer en la florería que Kenta-kun no puede y-

—Shoyo-san hablo en serio cuando digo que su embarazo es riesgoso, por favor debe tener cuidado.

—Está bien... —suspiró rendido.

La fecha de parto estaba programada para dentro de dos semanas, un tiempo razonable para dar los últimos detalles al cuarto del bebé. Todos en la familia habían colaborado en la decoración de aquella habitación vacía de la casa, Victor y Azami pintaron todas las paredes de un hermoso color verde aqua, Kei pintó los muebles de blanco y Shoyo salía de compras junto con Tobio en busca de ropa y decoraciones.

Definitivamente este embarazo era diferente, sentir la compañía de tu pareja, y ahora hijos, era muy reconfortante. Ya no más noches solo llorando y hablando con su pancita, ya no más las idas al médico solo, todo era hermoso y perfecto a sus ojos ahora.

Lo que si no había avanzado nada, o al menos hasta el momento, era la confesión de Azami hacía Kenta. Luego de aquella emotiva charla el chico prefirió tomarse su tiempo, y a sus sentimientos, para pensarlo con calma y esperar el momento perfecto para demostrarlos.

Momento que estaba a punto de ocurrir.

El menos de los Hinata estaba en la florería por de pido de su papá, había unas flores en específico que deseaba mucho poner en el cuarto del bebé. Además de que creía que era un buen momento para darle a su hijo el empujón que le faltaba.

—En un momento lo...atiendo —ambos se vieron a los ojos unos segundos—. Hola Zami. —le sonrió.

—Buenos días Kenta-senpai.

—Ya no soy tu senpai, puedes solo llamarme Kenta.

Así es, hace un mes atrás los chicos de tercer año se habían graduado, la ceremonia fueron muchas lágrimas pero también alegría por una hermosa etapa que se había acabado. Todos dirás ¿por qué no confesarse ese día tan especial? muy cliché para empezar y especialmente porque Azami creía que lo mejor era disfrutar entre amigos y familia, y no arruinar el momento con una confesión.

—Bien...Kenta-san, vine por un pedido de papá.

—¡Oh si! Ya lo tengo listo espera un segundo.

El mayor fue detrás de la tienda, a ese pequeño almacén, para buscar el pedido de su jefe. Azami sudaba nervioso, era el momento seguro que si, pero tenía tanto miedo a arruinarlo con sus palabras. Era muy malo intentando explicar las cosas pero más específicamente sus sentimientos.

—Aquí están, seguro deben estar emocionados por la llegada del bebé.

—Papá y Kei-san están muy nerviosos pero ya quieren verlo.

—¿Y ustedes también cierto?

—Será extraño tener a una cosita pequeña en casa pero si...también lo esperamos con ansias.

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