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—¿Qué quieres decirnos papá? —cuestionó el gemelo mayor ya un poco ansioso por lo misterioso de su papá.

—Sólo les pido que no se alteren, es algo...un poco delicado.

—Nos estás asustando papá. —habló Azami.

Shoyo soltó un suspiro, buscó en su teléfono aquel mensaje y se preparó mentalmente para la reacción de sus hijos.

—Su padre...

—¿Le pasó algo? —preguntó preocupado Victor.

—No él...él se va a casar. —dijo al fin.

Por largos segundos la cocina se mantuvo en silencio, el Hinata mayor esperaba alguna palabra o acción de los gemelos pero lo único que había eran un rostros de shock. No fue hasta que Azami soltó una carcajada que Victor reaccionó.

—¿De qué te ríes?

—Es un maldito idiota —siguió riendo para luego mostrar enojo y asco en su expresión—. Espero esa mujer le cause el mismo dolor que el le dio a papá.

—Azami- —intentó detener Shoyo.

—¡No digas eso! Claro que nuestro padre fue un maldito desgraciado pero también merece ser feliz...¿verdad?

—¿Feliz? Lo que merece es estar solo.

—No puedo creer que esté haciendo esto...

—Yo si, nunca le importamos, ahora que estamos lejos no es diferente.

—¿Papá estás seguro que él envío el mensaje? Sé que lo que hizo fue cruel pero enviarte la invitación...

—Eso es verdad, seguro fue esa mujer. Aún te tiene miedo papá. —razonó el menor.

—No interesa quien fue, ya está hecho —sonrió triste—. No quiero que con esto odien a su padre, hijo tienes razón él merece ser feliz y si es con ella entonces está bien.

—Pero papá-

—Azami no le deseo la infelicidad a tu padre, no soy así, y tú tampoco deberías. Sí fue un idiota pero siempre le estaré agradecido por algo.

—¿Por qué? —preguntó su hijo mayor.

—Porque me dio a los mejores hijos que podría haber pedido y están aquí conmigo. No será fácil salir adelante, no ahora que su padre definitivamente formará otra familia, pero estaremos bien se los prometo. —Shoyo acarició la mejilla de sus pequeños con una sonrisa sincera y amorosa.

Victor y Azami no hicieron más que abrazar a su papá, a pesar de esa actitud calmada entendieron que la había pasado muy mal con aquella noticia. Y ellos no estuvieron allí para contenerlo, se sentían culpables, pero no podían retroceder el tiempo por lo que mimarian al mayor en estos momentos.

Estuvieron allí por varios minutos, Shoyo acariciaba el cabello de sus gemelos, teniendo un momento en familia muy intimo que hacía mucho tiempo no disfrutaban. El trabajo, la escuela, su rutina diaria los alejó poco a poco pero el tiempo los volvía a unir y aún más fuerte que antes.
Hubieran estado así mucho más tiempo pero había visitas y el Hinata mayor rompió aquel abrazo aún con las protestas de sus hijos.

—¿No podemos estar así un poco más? —hizo un puchero Victor.

—Tenemos invitados niños —rió con suavidad—. Debo hacer la cena.

—Bien~ —hablaron a la vez.

El trío se dirigió de nueva cuenta a la sala donde el par de Tsukishima's estaba, ambos al parecer teniendo una pequeña conversación para matar el tiempo.