Capítulo 5.

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Sequé un poco el sudor de mi frente con el dorso de mi mano mientras hacia el glaseado del pastel que me encargó aquel chico.

-Oh, Mi-Suk ¿Qué haces despierta?- mi madre entró a la cocina.

-Tengo que terminar estos encargos para más tarde-

-Pero- miró el pequeño reloj encima del refrigerador - Son las dos de la mañana, deberías de estar durmiendo-

-Lo haré mamá, no te preocupes, ve a dormir yo voy de aquí en un ratico, solo termino esto- ella suspiró negando y se acercó a mí.

-No mereces nada de esto mi princesa- tomó mi rostro entre sus manos mientras sonreía - No tienes porqué esforzarte tanto-

-Debo de hacerlo- le sonreí sin enseñar mis dientes- Por ustedes tengo que hacerlo, para que nunca les falte nada-

-¿Y tú? - acarició mis mejillas- ¿No piensas en ti? Eres una chica inteligente, hermosa, joven que tiene todo el derecho a ser feliz igual que otras.-

-Soy feliz mamá -

-Una cosa es fingirlo, y otra muy distinto es sentirlo, se que lo eres, pero mereces más - puso su mano encima de mi pecho- No te maltrates tanto mi niña, solamente te pido que pienses un poco más en ti- dejó un beso en mi frente -Anda, te voy a ayudar y así terminamos mas rápido - me quitó la espátula para empezar a ayudarme.

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-Mami-

-Dime mi amor- volteé a mirarla.

-¿Papá algún día volverá? - mi corazón se estrujó de una manera sofocante y derive nuestro andar ella me miró con esos ojos preciosos y curiosos, en espera de una respuesta.

-No lo sé mi amor, pero yo sé que lo hará - acaricié su mejilla -¿Quieres enviarle una carta esta moche?- asintió y yo le sonreí para poder evitar llorar frente a ella.

Mi bebé, siempre se ha preguntado porqué la ausencia de su padre, una vez hasta me preguntó que era lo que ella había hecho mal, y a tan corta edad empezó a cuestionarse, diciendo que había sido su culpa.

Le dije varias veces que no era así, pero no la convencía así que opté por escribirle cartas haciendome pasar por él, y ella de igual manera le respondía, aunque no sabía leer ni escribir, pero yo le escribía todo lo que quería decirle a su padre.

Yo no quiero verla sufrir y me duele muchísimo esto, todo lo que está pasando.

La miré y tenía una sonrisa en su rostro, siempre quisiera que fuera así, que nada ni nadie se la borre.

-¿Iremos a entregar pasteles?- preguntó emocionada y asentí.

-Si, princesa- saltó mientras caminaba, ella se emocionaba bastante cada vez que la llevaba conmigo, esta vez tuvimos que salir directo del colegio, ya que no me daba tiempo de volver a la casa, además mi madre estaría trabajando hoy hasta tarde.

Menos mal que la última entrega de hoy es la de aquel chico, espero que le guste la tarta que le hice.

Miré los números de las casas al estar en el distrito, hasta que encontré la de él.

-Yo mami, dejame toca del timbre-

-Esta bien preciosa, ven- la cargué y ella tocó el timbre, para luego abrazarme ocultando su rostro, adoro su inocencia.

-Wow, mami, eres preciosa - su rostro estaba muy cerca del mío y reí al oírla.

-No más que tú - arrugo su nariz de manera tierna y aquella puerta se abrió dejando ver a aquella figura masculina que jamás pensé volver a ver.

¿Cliché? ||KTH|| ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora