¿Cliché? ||KTH|| ✔

Capítulo 29.

Ya era hora de la actividad de NamGi, pero lo que más me preocupaba era que Taehyung no había llegado, le marqué varias veces y no contestó el teléfono.

—Mami— bajé la mirada y mi pequeña me miraba con esos ojitos tristes.

—Papá llegará mi amor, no te preocupes, tú diviertete, papá te estará viendo— acaricié su cabello sin dejar de insistirle.

Los minutos pasaban y nada.

—Bueno, es turno de NamGi y su papá— dijo la maestra y mi nena negó mientras se echaba hacia atrás— NamGi— salió del salón y la seguí.

—Mi amor— me apresure en seguir su paso y la detuve antes de salir de la escuela estaba llorando.

—Papá, me mintió, papá no me quiere — y su llanto aumentó.

—No, no digas eso, mi cielo algo debe de haberle pasado a papá —

—Quiero irme mami, no quiero regresar— asentí

—Esta bien, mi amor, vamos— limpie sus lágrima y la cargué — No llores mi niña, todo estará bien— la acune mientras caminaba y sentía su dolor, se perfectamente como se siente mi niña, pensé que Taehyung había cambiado pero, no fue así.

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El timbre empezó a sonar varias veces y dejé en la cama a NamGi notando su naricita roja de tanto llorar.

Esta no te la dejo pasar Taehyung.

Salí de la habitación y fui hacia la puerta para abrir la puerta y mi primera reacción fue darle una cachetada al hombre frente a mí.

—Eres un mentiroso— escupi y salí de la casa no quiero que NamGi llegué a despertarse y nos vea.

—Mi-Suk, puedo explicarlo—

—¿Explicar?¿Explicar qué? Que le fallaste a tu hija, lloró como nunca Taehyung, la decepcionaste—

—Tuve un inconveniente, ahora no puedo darte las razones pero, por favor tienes que creerme jamás volvería a hacer otra estupidez que pudiera alejarme de ti o de mi hija — intentó coger mis manos pero me alejé — Mi-Suk—

—Pensé por un segundo que habías cambiado, que en realidad ambas te importabamos pero— negué sintiendo mis ojos cristalizarse— Veo que no— mordi mi labio aguantando el llanto.

—Si lo hice Mi-Suk, ustedes me importan mucho, yo las amo, yo te amo— dio un paso hacia mí y negué mientras lo miraba a los ojos.

—¿Por qué no pudiste ir?—

—No puedo decirte, no aún —

—Entonces no tenemos nada de que hablar— iba a entrar a la casa pero tomó mi muñeca y me hizo voltear.—Sueltame— me acercó a su pecho y me abrazó. Yo empecé a dar golpes en su espalda para que me soltará pero nunca accedió.

—Yo te amo Mi-Suk, nunca dejé de amarte y todas las veces que sean necesarias te pediré disculpas hasta que me perdones— me rendí y bajé mi manos mientras mi llanto se incrementó, todo esto me duele, ver a mi pequeña así y este sentimiento hacia el padre de ella que nunca se ha ido, duele hasta el punto de desgarrarme por dentro.