Capitulo 28

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Jose Luis

Nos tomamos de la mano con Altagracia y corremos hacia el lago, Lucho nada hacia nosotros y empezamos a jugar, primero comenzamos tirandole agua a Altagracia, quien grita desesperada y trata de defenderse, luego llega la venganza, y logra que Lucho se ponga de su lado y empiezan a mojarme a mi, yo me rió por la situación, pues ya estoy todo mojado, pero es divertido, realmente me siento en paz, a pesar de todo el alboroto que tenemos, es asombroso lo bien que se puede pasar con esta mujer, lo feliz que me hace queriendo a mi hijo, es tan sencillo disfrutar una familia de tres, lo que jamas logro entender Eleonora.

Pasamos prácticamente toda la tarde disfrutando del lago, Lucho se ve agotado, y Altagracia sin deseos de salir.

-Papa, estoy cansado, y tengo hambre- se pone en mi espalda y nado con el a la orilla.

-De acuerdo, te daré algo de comer... ¿vienes Alti?

-¿Tu no le dices maestra?- me pregunta Lucho.

-Hemos salido tantas veces, que creo que le diré por su nombre, ¿te molesta?

-No, para nada, ¿puedo decirle Alti también?

-No creo que sea correcto, ademas no puedes decirle Alti en el salon de clases- el rostro de Lucho es de decepción, pero no puedo hacer nada al respecto, Altagracia se da cuenta de la situación e interviene.

-Lucho, hagamos un trato, que tal si me dices maestra en el colegio, y Alti cuando estemos fuera, ¿te parece?- Altagracia me guiña un ojo y yo le doy las gracias con la mirada, es increíble lo complementados que estamos, sin emitir palabras podemos decirnos de todo, lo que jamas logre en todos los años de matrimonio con Eleonora.

-Gracias maestra, osea Alti... porque ahora no estamos en el salon, prometo que seguiré el trato que hemos hecho.

-Vienes con nosotros Alti...- le pregunto mientras saco a Lucho del agua.

-Me quedare otro rato, el agua esta exquisita, creo que se ha vuelto mi lugar favorito.

Le doy de comer a Lucho, esta cansado, el agua ha hecho que le de sueño, le saco la ropa mojada y veo que los ojos se le cierran, me causa ternura, lo tomo entre mis brazos y lo llevo al auto, lo acomodo entre los asientos, tomo una manta y lo tapo, lo dejo descansando y corro al encuentro de Altagracia.

-¿Y Lucho?- me pregunta al verme nadar sin el.

-Estaba tan cansado el pobre, que se quedo dormido.

-Lo importante es que se divirtió mucho, y yo feliz de verlo así...- la tomo entre mis brazos y la beso.

-Gracias...- le susurro en el oído.

-¿Por que?- me mira con tanta ternura, que hace que me enamore cada día mas, no he podido tener mejor suerte que ir a ese bar karaoke y encontrarme con ella.

-Por aceptar a mi hijo...

-No tienes que agradecerme eso, Lucho es un chico maravilloso, y creo que la pasamos genial juntos.

-Así es, el se divierte contigo, y no esta acostumbrado a eso...

-Entonces llego la hora de ser felices, los tres nos lo merecemos...

-¿Sabes lo que creo merecer?- me regala una sonrisa ladeada, y me abraza por el cuello.

-Mmm... no...

-Creo merecer un beso, pero no cualquier beso...

-¿Que beso sera ese?- el rostro de Altagracia se pone rojo como un tomate, aun no logra dejar de ponerse nerviosa conmigo y eso me gusta mucho.

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