Capítulo 49

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Narra Altagracia

Sere madre, seré madre, seré madre, seré madre, seré madre... ¿cuántas veces he dicho lo mismo? José Luis solo me mira, tiene los ojos muy abiertos, me toma de los hombros y me dirige hacia un sofá que está en su consulta, ahí me quedo sentada tratando de salir de mi shock.

-Sí mi amor, serás madre- José Luis toma mi rostro y me besa- y la mejor de todas! ¿Estas feliz?- abro los ojos y lo miro con una amplia sonrisa, claro que estoy feliz! Soy la mujer más dichosa que existe sobre la tierra, le daré un hijo al hombre que amo y un hermanito o hermanita a Lucho ¿cómo se lo tomará? Solo espero que bien

-Si... te daré un hijo, soy enormemente feliz, gracias mi amor!

-¿Gracias de que? Gracias a ti por hacerme feliz- me dice José Luis

-Eres tú el que me hace feliz a mi, por cierto ¿cómo crees que se lo tomara Lucho?- José Luis cae en cuenta de que debemos de decirle a Lucho,  esto es algo que no estaba en nuestros planes, lo que no quiere decir que deseo a este hijo con el alma.

-Ya le mentí una vez con respecto a nosotros y fue lo peor que pude hacer, crei que le haría menos daño ocultandole nuestra relación y ya ves... me equivoqué, tendré que hablar con él, Lucho quiere que yo me fije en ti, creo que dejaré pasar una semana y le hablaré de tu estado, el no sabe de tiempos- lo miro divertida, el solo se sube de hombros y lo encuentro tan guapo, que me abalanzo sobre él y no puedo aguantar las ganas de besarlo, José Luis es realmente perfecto, que aún no puedo creer que se haya fijado en mi.

-¡Te amo!- le digo sin separarme de él.

-No tengo pacientes aún... creo que debería aprovechar para hacerte una revisión...- me mira con malicia, muerdo mi labio inferior y de pronto recuerdo que me había encontrado con una paciente afuera, que dijo que pasaría con su mamá, me pongo a pensar que es lo mejor, si avisarle que tiene una paciente o aprovechar esta oportunidad, que ya me tiene más que preparada pata estar entre sus brazos...

Adivinen qué fue lo que hice... pues si, le avisé que había una paciente afuera...... nooooo mentira!!!!! Me dejé llevar por el momento

Siento una mano posarse en mi pierna, lentamente la sube hasta llegar a la altura de mis bragas, juega con ellas, y yo por dentro solo quiero que las saque ya, pero él sabe lo que deseo y me hace esperar, siento la excitación en mi entrepierna, aprieto levemente para poder sentir un poco de fricción y saciar aunque sea levemente el fuego que llevo dentro... besa mi cuello, pasa su lengua por el, tiro la cabeza hacia atrás para darle espacio, un leve gemido sale de mi interior cuando atrapa con sus dientes el lóbulo de mi oreja, es una sensación que me gusta, cierro mis ojos, mi respiración se acelera, baja los tirantes de mi vestido y besa mis hombros, todo lo hace con suma delicadeza, llega a mis pechos, pasa su lengua por ellos, toma uno con la mano que tiene libre y pellizca mi pezon, me quedo experimentando todas las sensaciones que me regala, ese pequeño dolor que siento es increíblemente excitante, me gusta que haga eso, luego chupa mi otro pezon y ya no puedo reprimir el gemido que tengo en mi garganta, se queda jugando con mis pechos, logro que mi conciencia se vaya a la parte de abajo donde esta bajando mis bragas, se separa de mi, y me deja tumbada,  sin quitar su mirada de la mía, desabotona su camisa y luego su pantalón, trago saliva, se agacha y abre mis piernas, una queda arriba de la parte trasera del sofá, me siento como en una película para adultos, y me excito aún más, siento su calidad mano en mi muslo, no me toca mi húmeda vagina,  me siento desesperada, necesito que me acaricie, sin embargo no lo hace, cuando ya estoy que le suplico una caricia se inclina un poco más y siento su lengua pasar por mi clitoris, doy un gran suspiro de alivio al sentir que sigue jugando con el, pasa su lengua de arriba hacia abajo, escucho que gime de placer y eso hace que me caliente aún más, tomo con mis manos su cabello sujetándolo para que no se salga de ahí, lo necesito con urgencia, tocan a la puerta, levanta su cabeza y me mira, en este minuto me importa una mierda las pacientes, las enfermeras, ni nadie, solo quiero tenerlo pegado a mi clítoris, él me enseñó lo que es el sexo oral y es lo más delicioso que puede existir, no dejaré que pare ahora que ya estoy más caliente que un volcán, arrugó la frente, jaló su cabello y lo obligó a que continúe, el se muerde el labio y me mira con maldad, siguen golpeando la puerta, y eso me excita, por lo visto a el también, de un momento a otro se paren, y me obliga a levantarme del sofá, trago saliva, hace que me ponga de rodillas y pone su pene a mi merced, lo mete en mi boca y empieza a moverse con fiereza afuera y adentro, toma firmemente mi cabello, me afirmó de sus piernas para no caer hacia atrás por los salvajes que se ha puesto, por un instante lo miro hacia arriba y me doy cuenta que está con los ojos cerrados y la cabeza hacia atrás, siento su dureza cada vez más, cuando ya es demasiado se sale rápidamente de mi boca, su respiración es entrecortada para que decir la mía, esta situación salvaje me deja tonta, y lo mejor es que siguen insistiendo desde afuera, estoy apunto de gritar que nos dejen en paz, de pronto pongo mis manos en mi boca, estoy gimiento alto, pero José Luis también, si él no se reprime pues yo tampoco, me agarra del brazo me da la vuelta, hace que me incline, me afirmó en el sofá, me penetra despacio, al sentir como entra es un alivio a mi vagina que está que colapsa, empieza a moverse despacio, el placer es demasiado, y continúa más rápido, más fuerte, me aferro firmemente al sofá, José Luis se afirma de mis caderas y luego me afirma la cabeza haciendo que me incline aún más, miro una de sus piernas y la ha puesto arriba del sofá, eso hace que la penetración sea aún más profunda, me tiene vuelta loca, siento como chocan sus testículos en mi clítoris, mi mega orgasmo está por llegar, al parecer se ha dado cuenta porque va más veloz con sus estocadas.

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