CAPÍTULO 48

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Narra José Luis

La casa está hecha un desastre, voy a la cocina dónde hay más botellas de licor, agarró una bolsa para la basura y empiezo a echar la botella en ella, me dirijo la sala, y sigo con mi labor, detrás de mí está Roberta con la aspiradora en la mano, agradezco que pueda ayudarme a ordenar está desastre

-¿y Lucho? -pregunto mientras seguimos ordenando

-Se ha quedado dormido dijo que estaba cansado

-Está bien, es mejor que descanse

-Señor... - miro a Roberta que hace una mueca, me preguntó que sera lo que sucede, pero me abstengo de preguntar cuando veo tirado en una orilla la pared un condón usado

- Dios!!- doy un suspiro de frustración, Ya me imagino todo lo que ha sucedido en ausencia, en lo que se ha convertido a la mujer que tanto amé un día, y lo que ha quedado la casa que le he contanto cariño para que luchó creciera en ella- aspiralo... nada que hacer

- sí señor

Una vez que la casa queda acomodada me voy al cuarto de invitados, el que fue mío cuando vivía aquí. Me sacó la ropa y me doy un baño, una vez que estoy listo, me siento en el borde de la cama y llamo a altagracia, no he sabido nada de ella, la extraño, me había acostumbrado tenerla cada noche a mi lado

Me siento inquieto no ha respondido el celular, decido llamar a Eunice para que me dé noticias de Altagracia, pero tampoco responde, me siento preocupado, salgo de la habitación y me voy a ver a Lucho, para ver si necesita algo, y luego ir a casa de Braulio y saber qué pasa con Altagracia

Voy por el pasillo y para mi mala suerte me encuentro con Eleonora que me sonríe maliciosa, algo trama, pero no me quedaré para averiguarlo, paso de ella y me voy a la habitación donde Lucho está descansando

-Hola papá -me alegra verlo con más ánimos, se ve contento, me hubiese gustado que su felicidad no fuera porque está en esta casa

-¿cómo te sientes?- tocó su cabeza y hace una mueca, al parecer está mucho mejor

ya no me duele tanto la cabeza, me estoy recuperando pronto para poder ir a clases, ¿crees que mis compañeros me van a extrañar?- me siento a su lado y le sonrio, Lucho es un niño al cual se le puede querer con facilidad.

-Estoy seguro que así será! Le pediré a Altagracia que te envíe las tareas a casa

-La maestra Altagracia es tan bonita! ¿La encuentras bonita?

-La encuentro hermosa!- me mira cómplice, como guardando mi secreto, el piensa que aún estoy con su madre, un error que no me canso de reprocharme- debo salir, quiero que por favor te quedes tranquilo, Roberta cuidará de ti.

-Yo cuidaré de él! Por algo soy la madre...- miro hacia la puerta y Eleonora me da una sonrisa malvada, no puedo creer en lo que se ha convertido.

-De acuerdo, cuida de Lucho... de igual forma le avisaré a Roberta

Depósito un beso en la frente de Lucho y salgo pasando de largo a Eleonora, luego se eso me voy a la cocina para decirle a Roberta que saldré y que vea a Lucho, es imposible confiar en Eleonora, ella no quiere a mi hijo, y todo es una fachada para retenerme.

Vuelvo a llamar a Altagracia, para mi mala suerte no me responde, estoy muy preocupado, decido ir al departamento de Braulio, una vez allí Eunice me hace pasar, tiene cara de afligida, lo que me dice que algo malo está sucediendo.

-Jose Luis!- entró en la sala, miró hacia todas direcciones esperando que altagracia venga por mi, sin embargo me quedo solo en eso... esperar.

-¿Altagracia esta bien? La he llamado toda la tarde...

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