Jose Luis
Con Altagracia nos juntamos los días siguientes en el mismo motel, y podría asegurar que, cada vez esta mas desinhibida. Nuestros encuentros no solo son sexuales, como debería ser en una pareja de amantes, ya que aprovechamos la clandestinidad de nuestra habitación, para conversar, reírnos de anécdotas, algo que me sorprende, pues no creí que esta relacion seria así. Lo único que no esta en nuestras charlas diarias, y lo agradezco, son nuestras parejas, ellos no están presentes, aunque, desearía saber el porque ella engaña a su marido. Mi caso esta mas que claro, Eleonora se ha encargado a pulso en quebrar nuestro matrimonio. Mi esposa siempre creyó que con sexo podía tenerme amarrado, aunque en una época fue así, pero reaccione, me di cuenta que ya no la amaba. Sin proponerse, poco a poco mato ese sentimiento con su forma de ser, y así empece a verla distinta, Dios es testigo que luche para que mi matrimonio saliera a flote, hice miles de cosas para que cambiara, no obstante, me creía seguro, sin darse cuenta que el amor es un complemento de muchas cosas.
Sonrió recordando a Altagracia, su delicado rostro, y cuento las horas para ir por Lucho, ya que es una instancia en que puedo verla, robarle besos solitarios, ponerla nerviosa, escucharla decir incoherencias, hasta el punto de poner sus mejillas coloradas.
¡Hey no hagas eso!
Solo estoy saludando a la maestra de mi hijo.
Pero no con un beso en los labios.
No puedo evitarlo.
¡Por favor! nos pueden ver... ¿No te da miedo?
Mas miedo me da que me prohíbas hacerlo.
¡Entonces no lo hagas!
¡Si te gusta! y bien que lo sabes...
Eres un bobo...
Lo se. Este bobo te espera donde siempre..
Ahí estaré... Y allá puedes hacer todo lo que deseas.
¿Estas segura? ya lo dijiste y no puedes retractarte.
Pero, ¿que quieres hacer? yo... yo me refería a los besos que me robas.
Ya es tarde, lo siento, me tomo al pie de la letra tus palabras... Hare lo que yo desee.
¡No! Jose Luis no... por favor.
¿He hecho algo que no te haya gustado?
Jamas, todo me ha gustado...
Entonces tranquila...
Voy con Lucho y mi guitarra en la mano al patio, y mientras afino sus cuerdas, veo como Lucho come una a una las galletas que Roberta nos ha dejado arriba de una mesita.
-Creo que comeré una galleta, ya me dio hambre- comento, sabiendo que mi hijo se las ha comido todas. Lucho abre los ojos mirándome nervioso, sin saber que hacer al respecto- ¡Hey! ¿Que ha pasado con las galletas? estoy seguro que habían muchas aquí, creo que tendré que hablar con Roberta, se merece una reprimenda.
-¡No papa, no!- exclama angustiado- Las galletas... se han caído.
-¿A tu estomago?
-Aja... a mi estomago- dice riendo.
Dejo la guitarra a un lado, y empiezo a hacerle cosquillas. Me encanta verlo reír, pero cuando suplica cansado, lo dejo tranquilo, para que su respiración se normalice.
-¿Te gustaría aprender a tocar la guitarra?- pregunto de pronto, mientras nos acomodamos en el sillón.
-¿A las chicas le gustan los hombres que saben tocar la guitarra?
ESTÁS LEYENDO
Look at me
RastgeleSoy maestra de escuela, casada hace seis años con un hombre que yo califico como SOL DE INVIERNO... osea, que no calienta a nadie. Pero, la vida a puesto en mi camino a un SOL DE VERANO... que me ilumina con sus largos rayos, ¿el único inconveniente...