II ★ La Reencarnación de Ilev

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Jesús escapaba, se sentía en grave peligro

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Jesús escapaba, se sentía en grave peligro. No entendía nada, y por el momento no quería entender.
—¡Detente ahora mismo! —gritó Dark-Dusk.
Ni loco se detendría.
«BAOUSH»
Jesús se detuvo, arrastrando sus andrajosos tenis, en cuanto una bola de luz estalló frente a él. Enseguida se volvió y vio a la chica, levitando a más altura, con ese oscuro cabello ondeando, y una fría y despectiva sonrisa en ese bello rostro.
—Ahora quiero que me lo muestres —dijo la mujer.
Jesús malpensó.
—¡Muéstrame algo del poder del legendario Ilev! Cuatro largas Edades, pero ha reencarnado, eres tú, Ilev.
—No sé… quién es Ilev —masculló atemorizado Jesús.
—Amenaza o no, te borraré de mi camino, ¡a ti y a quien se interponga!
El pobre de Jesús estaba temblando, no por el frío; en alguna ocasión llegó a sentir mucho frío, pero nunca tanto miedo como en estos momentos.
No sabía cómo enfrentarse a esta adversidad, porque, ¿cómo te enfrentas a algo así? Al decir «te borraré de mi camino» ella está declarando que lo matará. Tal vez no le va bien en la vida, pero él no quiere morir hoy, a esa edad, sin haber disfrutado la vida, la desperdició a lo imbécil, ni siquiera le iba tan bien como quisiera, y esta noche podría terminar muerto, abarrotado de dudas y despavorido. El lado bueno era que sus padres se librarían de él y su hermana no lo vería jamás. Jesús pensaba cosas absurdas como esas.
El muchacho se percataron de algo que él tardó en creer: en una de las manos de Mace Noher comenzaba a acumularse luz y más luz, era oscura como la que hubo arrojado antes. ¡Luz! Emitía luz. Noher hacía que la luz se moviera entre sus delgados y blancos dedos, hasta que en su palma se formó una esfera.
Dark-Dusk hizo como quien está a punto de lanzar una pelota de béisbol, lista para atacar.
Jesús sabía que la cosa esa estallaría, en el suelo o… en su cuerpo, matándolo; había visto tantos casos así en Dragon Ball. Así que corrió y corrió, agitado y apenas pudiendo respirar. Notó que la esquina estaba próxima, ya podía ver la calle Pedro J. Méndez, lo que significaba que se hallaba a más de una manzana de su casa. Y si llegaba a casa, ¿serviría de algo esconderse allí? Si pedía ayuda a sus vecinos —la mayoría familiares suyos— ¿qué podrían hacer en tal situación? ¿Qué podía hacer él además de correr?: nada.
Tarde o temprano se cansaría, el pecho ya le dolía y las piernas le temblaban. Resollaba y resollaba. Sentía que se sofocaba. Ante esto no había esperanza alguna, pues no conocía a alguien capaz de ayudarlo. Tampoco sabía nada del poder de ese tal Ilev, así no podría poner resistencia. Moriría. Lamentó no poder casarse con una buena mujer y tener hijos, y quizá un perro, pero sobre todo, tener amor. Moriría solo, con frío y miedo, y a una corta edad. Incluso recordó a su fallecido primo Omar, que murió a los diecisiete años; aunque no es lo mismo morir de forma natural a morir porque una mujer que levita te ha arrojado una esfera de luz que estalla.
—¡¿Qué me vas a hacer?! —se atrevió a preguntar.
—Te lo he dicho —replicó con frialdad la mujer que levitaba.
«… te borraré de mi camino», aquellas palabras resonaron en la cabeza del muchacho.
—La reencarnación de un ser bastante poderoso podría ser una amenaza, pero… ay, él no dijo que te eliminara. Alguien como tú podría ser de mucha ayuda también, y, no precisamente, una amenaza.
—¡¿Alguien como yo?!
Jesús no consideraba tener algo en particular como para ser especial; sabía dibujar un poco bien, por lo que le habían dicho; no era ni bien parecido ni bueno socializando, tampoco sabía pelear (y jamás lo había hecho); tan sólo era un antisocial solitario, sabiondo respecto a diversos temas; es un pervertido de clóset, además; tampoco era bueno en algún deporte, no tenía nada bueno qué presumir. ¿Poderoso? Lo molestaban y no se defendía. Puede llegar a ser tan amenazante como una hormiga ordinaria, así no sería de mucha ayuda para esta extraña mujer.
—Maldito mundo más remoto que los Días Antiguos —se quejó Dark-Dusk—. Se nota que aquí nadie sabe qué es un Demonio Oscuro de Akuerte…, mucho menos han de saber qué es un etreumujyin. ¡Eres tú la reencarnación de un poderoso y legendario Demonio Oscuro, dah!
«Está loca —pensó Jesús—. Ya hasta está hablando de demonios. ¡¿Ella es un demonio?! Papito Dios, no me abandones.»
Acababa de comprender algo muy cierto, que Dark-Dusk es una Demonia Oscura.
«BUUUUUN»
Dark-Dusk hizo que su mano produjera un ruido junto con la luz oscura, y por fin la arrojó.
«BOM»
Golpeó la espalda de Jesús, el cual cayó de bruces, por lo que notó el sabor a sangre. Su espalda humeaba y le escocía, aún podía sentir calor en esa parte, al igual que el rostro.
La mujer se acercaba levitando. ¿Y si esta vez sí lo mataba? Por más que Jesús quisiera rezar, no sabía, sin embargo, no dejaba de rogarle a Dios por su vida, sólo en Él pensaba.
—¡Has huido de mí! —bufó Dark-Dusk—. ¡No lo hagas más, Ilev!
Ésta entendió que Jesús huía, rechazando su invitación a unírsele, así que, habría que eliminarlo de una vez por todas. El muchacho se volvió, levantándose de súbito, y se quedó allí parado, mirándola. Si moriría no estaría mal ver un rostro tan bello como el de ella.
Aquí terminaba su patética vida, en la que nunca logró algo bueno. ¿Llorarían por él sus familiares?, tal vez uno que otro, pero sí sus padres, aunque él, Jesús, pensaba que su hermana no lo haría. ¡Chorradas! En el fondo su hermana sí lo quería, lloraría, lo sé. ¿Y sus amigos, lágrimas falsas o verdaderas? Quizá la noticia de su muerte los impactaría… ¿sólo eso?
—Si me vas a matar —dijo, solemne—, mátame ya.
Aquellas palabras provocaron una sonrisa en Mace Noher, que ya acumulaba más luz en su mano. Formó una luminosa esfera, más atroz que las anteriores.
—Si no hay más remedio —dijo con voz melosa. Se preparó para lanzar el ataque final, con eso, la tarea estaría hecha.
Jesús tragó saliva. Le temblaban las manos, incluso las rodillas. Este era el fin. Evocó imágenes de su mamá, su papá y su hermana, de sus amigos más cercanos y sus primos más queridos, incluso pensó en una excompañera de secundaria a quien amó.
«BUUUUUN»
La mano de la chica se impregnó aún más de luz. Y Jesús cerró los ojos, ahora temblando de pies a cabeza, invadido por un inconmensurable miedo. Siempre se preguntó qué había después de la muerte, y bueno, quizá lo descubriría.
«Me hubiera gustado mucho conocer Japón —pensó, afligido—, o casarme con una japonesa. Te amo, Kaede Hondo.»
«GYOOOOO…»
Un sonido extraño se oyó a sus espaldas. En ese momento Dark-Dusk atacó. Jesús escuchó cómo se le aproximaba una veloz esfera de luz, negra, tan refulgente que, incluso con los ojos cerrados, pudo ver que se acercaba. Abrió los ojos con lentitud, y entonces la vio de frente. Dio un respingo, por lo cual vaciló, tropezando y cayó a plomo.
«SHYUH»
Traspasó algo y vio pasar la esfera de luz frente a sus ojos. Él cayó y cayó.
«GYUN»
Ante sus ojos se arremolinaban espesas nubes negras y, delante, pudo ver un círculo por donde se apreciaba el cielo nocturno de su mundo.
Hubo un grito de cólera allá arriba.
El desconcertado muchacho cayó un poco más y…
«DOSAH»
… terminó en el suelo, inconsciente, sin saber dónde se encontraba.


El desconcertado muchacho cayó un poco más y…
«DOSAH»
… terminó en el suelo, inconsciente, sin saber dónde se encontraba

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Ilev -Dark Glow- I. El estado Dark WildDonde viven las historias. Descúbrelo ahora