XIII ★ Kuroi Kaibutsu

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En el Mundo Oscuro ya era nergyaíd (domingo) veintisiete de semeveun (septiembre)

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En el Mundo Oscuro ya era nergyaíd (domingo) veintisiete de semeveun (septiembre). Jesús pudo ver desde su alcoba cuando el sol se elevó poco a poco en el horizonte. Le pareció gracioso que Kora dijera que en ese lugar no había estrellas…, en ese caso, ¿qué era el Sol Gris? Después se lo preguntaría a Kena, si no a Vanaih.
En la mañana lo despertó un mayordomo tocando la puerta con frenesí, preguntó si desayunaría en su alcoba o con la familia real, y, para no ser descortés —aunque hubiera preferido comer solo—, Jesús aceptó ir al comedor. Después de todo echaría de menos la comida cuando regresara a su mundo, así que procuró probar y saborear de todo un poco.
Llevaban unos cuantos minutos comiendo y hablando, cuando el rey vio fijamente en dirección a Jesús.
—¿Se quedarán otra noche?
—N-no sé —dijo el chico, sintiéndose cohibido—. Es que no sé si ya se quieran ir mis amigos.
Pensó que con eso se zafaría de tomar la decisión. Esperaba que Kena o Vanaih dijeran algo, porque ya le daba igual si se quedaban o no.
—Yo tengo algunos pendientes —comentó Kena con una pizca de indiferencia.
—Lo mismo digo —expresó Vanaih sin quitarle la mirada a su comida.
—Ju, ju, ju, ju. —El rey sólo rio entre dientes, tomando más vino desde su majestuosa copa de plata—. Como ustedes lo deseen, aquí pueden quedarse el tiempo que quieran.
Siguieron comiendo. Se prolongó un breve silencio, que Jesús rompió.
—Ah, Rey Cohakuu —dijo, y aquél lo miró—, creo que sí nos iremos hoy… Es que vine nada más por cinco días a este mundo, y ya llevo dos, los demás días los quiero pasar con mis amigas, c-con ellos.
—Como tú prefieras, amigo —manifestó el Rey Cohakuu. Y allí, posó con suavidad su mano en el hombro de Jesús, sonriéndole—. Como mi amigo, Jesús, las puertas de mi castillo estarán siempre abiertas para ti, puedes venir cuando te plazca, ten por seguro que no necesitarás ningún permiso.
—Eres tú, señor Jesús, la Reencarnación de Ilev —habló la Reina Zakketh—, no veo problema en que puedas viajar entre las tres regiones del Reino de la Madre Akuerte.
—¿En serio? —inquirió incrédulo Jesús.
—Ya se lo haré saber a VejYiz y a Rámcuan, para que vengas sin restricción alguna.
—Muchas gracias, señor.
—Cohakuu, puedes llamarme así, Jesús. Sólo Cohakuu.
—Ah, bueno…, Rey Cohakuu… ¡que diga!, Cohakuu.
—Ju, ju, ju. Perfecto. Si gustan pueden partir después del desayuno. Erizaketh los llevará hasta la Central de Portales.
—Con gusto —dijo la princesa, regalándole una linda sonrisa a Jesús.
Continuaron desayunando hasta devorar toda la comida.
—Bueno —dijo Cohakuu—, si quieren partir ya, sólo espero que vuelvan pronto… y con bien. No sólo lo digo por ti, Jesús. Señoritas Dózart, señorita Vahnark…, señor Vahnark. Fue un placer conocerlos; los amigos de mi amigo son mis amigos.
Kora y Kena agradecieron e inclinaron la cabeza, Venkoh también, sólo que sin hablar. Vanaih, por su parte, se levantó haciendo una marcada reverencia.
—¡Se lo agradecemos sobremanera! —exclamó.
Venkoh mascullando:
—Vanaih adulador… ¡Fum!
Jesús le dio la mano a Cohakuu y su familia. Erizaketh se acercó a la puerta. Vanaih fue hacia ella, con una Venkoh molesta, luego de hacerle una reverencia a la familia Kusonhre, seguidos por las Dózart, y al cabo salieron del comedor.

Ilev -Dark Glow- I. El estado Dark WildDonde viven las historias. Descúbrelo ahora