Apéndice I ★ Mace Noher y Jeryn Caareszu

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El Bosque Torekus estaba oscuro y silencioso como de costumbre

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El Bosque Torekus estaba oscuro y silencioso como de costumbre. Los árboles de frondosos, con hojas susurrantes de un café verdoso, levantaban siniestras sombras que apuntaban hacia la imponente prisión Kurocytsu y al río Asuaki. Muy adentro del acrobedo había un silencio sepulcral y lóbrego, estaba demasiado oscuro, aunque no tanto en un claro donde se hallaba un tocón justo en el centro. Allí estaba sentada una muchacha delgada, de guedeja negra y piel blanquecina. En su rostro refulgieron unos ojos color púrpura. Era muy atractiva, sin embargo, no era la única mujer atractiva que ahí se encontraba. Amace Noher llegó cubierta con una capucha y una capa negra.
—Qué bueno que has venido —dijo la otra desde el tocón.
—¿Para qué querías que hoy nos viéramos?
—Mace, quería que habláramos. Perdóname si te hallabas ocupada.
—Jeryn, si esto tiene que ver con nuestros planes, no hay problema, no te preocupes en vano.
—En parte es para que hablemos de nuestros planes, sí, aunque hay otro asunto que… me ha dado muchas vueltas en la cabeza.
Mace Noher se quitó la capucha y se acercó a su amiga, Jeryn Caareszu.
—Sabes que podemos hablar cuando quieras —dijo—, sólo que Demazasi no me tenga tan ocupada. Es un fastidio, como tener a Dózart a mi cargo.
—La huérfana esa no deja de ser una molestia. Pobre de ti por tener que soportarla incluso como sirvienta. En unos años querrán incorporarte también a la otra Dózart.
Mace exhaló un suspiro.
—Entonces, ¿de qué querías que habláramos?
Jeryn se levantó del tocón, poseyendo un semblante serio.
—Escuché algo —declaró con cautela. Y antes de que la otra pudiera decir algo, agregó—: Sin querer escuché a Demazasi hablar sobre la reencarnación de Ilev. Muchos esperan que se dé a conocer, sin embargo, ya reencarnó… y sé dónde está.
—¡Maravilloso! —exclamó Mace—. Si logramos convencerlo, quizás se una a nuestra causa. Con él y las Bestias Oscuras seremos invencibles.
—Mace…, el nuevo Ilev podría derrotarte por querer hacer todo lo que tienes planeado. Y aunque no tuviera mucho poder aún, sería un peligro para nosotras. ¿Qué no fue por eso que decidiste no involucrar al Heredero de Eliv?
—Tienes razón. Pero, ¿está ligado a Demazasi? ¿Lo conoce al igual que la Reencarnación de Eliv? Porque si es así no servirá de nada que vayamos a hablar con él.
—No, está en un mundo remoto llamado Tierra. Anoté dónde podemos encontrarlo. —Jeryn extendió su mano hacia la otra chica, dándole un pedazo de pergamino.
—Buen trabajo, Jery. Creo que sí habrá qué exterminarlo…, o no sé, ¿acaso tendré que preguntarle si se nos une?
—Eso… ¡es indiferente, Mace! —dijo Jeryn. Se le veía desanimada—. Con que sigamos siendo tú y yo juntas supongo que las cosas saldrán bien. Lo lograremos… juntas.
Noher sonrió satisfecha, casi retozaba de alegría.
—¿Qué otro asunto querías que habláramos? —quiso saber.
Caareszu se puso nerviosa, pudo sentir que se sonrojaba. Su corazón comenzó a latir de prisa. Movió sus brillantes ojos púrpuras y contempló el rostro de su aliada, su amiga. A Jeryn le pareció hermosa aun en las penumbras.
—E-el… otro asunto… tiene que ver con… con nosotras.
—¿Nosotras? —repitió Mace—. Pero si el plan ya está hecho, sólo resta esperar a que sea el 5307. Dijimos que en semortauc.
—Lo sé —suspiró Jeryn—. Es sólo que… eso no es lo que quería que habláramos de nosotras. Quiero confesarte algo.
—Habla. Puedes decirme lo que quieras, la confianza es mutua.
Jeryn se ponía cada vez más nerviosa, se ruborizaba más y más.
—Mace, hemos sido amigas desde hace años, te admiro y te… t-te quiero mucho. Me hace feliz que incluso me incluyas en tus planes, pero, lo que quieres hacer es demasiado riesgoso, muy difícil de alcanzar. ¡Es una locura!
—Sabes bastante bien que lo hago por ella. Se lo dije a Fáred, al Krad Etreum y a ti.
—¡Ya lo sé! —gimió Caareszu—. Es sólo que… ¿y si todo sale mal? Por alguna u otra razón, no lo sé. Tendrías que terminar escapando del Mundo Oscuro, huir, y el primer lugar en donde te buscarán será en la Galaxia Zura, en Éirrenglet. Podrías… podríamos huir a la Galaxia Mórtox, ¿qué te parece? Hacerlo juntas.
—Trato de no pensar que saldrá todo mal —musitó Mace con la cabeza gacha.
—En dado caso de que salga mal, quiero que sepas que seguiré apoyándote, estaré contigo. Incluso si tú te vas, yo no le contaré a nadie todo lo que has planeado, ni siquiera a Dei y a Kaadez, tampoco a Demazasi.
—Te lo agradezco. Supongo que sólo estaré acabada si cierto Ángel de la Muerte abre la boca, aun cuando me haya dado su palabra…, de ahí en fuera nadie hablará.
—¿Y sí escaparías conmigo? —insistió Jeryn—. Podemos ir a Arreito, a Muértex o a Taazu.
—¡Que todo saldrá bien! ¿No lo entiendes? Pero bueno, sólo si todo sale mal.
—Quiero estar siempre contigo —declaró Caareszu—. No sé cómo decirlo, pero, aprecio mucho tu amistad y he dicho que te quiero…, sin embargo, creo que va más allá que eso, si es que me entiendes. —Cerró los ojos e inhaló con fuerza—. ¡Mace, estoy enamorada de ti!
Mace terminó dando un respingo. No daba crédito a sus oídos.
—¿Estás… qué… de mí? —masculló.
Jeryn tuvo una sensación extraña jamás sentida, pero nada de arrepentimientos; lo dicho, dicho estaba.
—Te amo, Mace. Es lo que siento por ti… y quiero… quiero que siempre estemos juntas, por eso te apoyo, aun cuando todo esto es una locura. Te admiro, pero también te amo. Sé que no tienes muy claras las cosas respecto al amor, aun así, lo siento por ti.
—¿Qué mierda estás diciendo? —espetó Noher, ceñuda.
Jeryn se quedó pasmada, nunca le había hablado así.
—¿Cómo dices? —farfulló, bastante extrañada—. ¡Pero si te estoy diciendo las cosas con sinceridad!
—¡El amor lo arruina todo! ¡¡Incluso el amor se arruina por sí sólo!!
—¡No puede ser así para nosotras!
—¡¿En serio, Jeryn?! ¡Pero si el amor es una estupidez, al menos cuando una pareja se ama! El amor no suele ser correspondido. Las personas engañan o abandonan a quienes los aman de verdad. Es patético. ¡No sirve de nada el amor!
—¡¡Tú estás haciendo todo esto por una persona que amas, Mace!! —vociferó Jeryn—. ¡¡Tu motivación es el amor a tu madre!! ¡¿Tan difícil sería para ti aceptar mi amor?
Mace, con la cabeza gacha, soltó una fría risita.
—¿El amor de una mujer hacia otra mujer? Tu amor para nada es fraternal…, ¿cierto?
—¡¿Qué?! —se extrañó Jeryn—. Te amo como mujer.
Mace levantó el rostro, mostrando una sonrisa torcida y amarga.
—En las Sagradas Escrituras se dice que eso es una gran falta a las leyes naturales de Yahvéh Kúame —soltó.
—¡Que se joda Kúame junto con su retrógrada forma de pensar! —bufó Jeryn—. ¡Tal vez él haya creado el universo, pero siendo así no dejará que algunos de sus hijos seamos felices! ¡Yo quiero que seamos felices juntas, tú y yo! ¡¡A la mierda Kúame!! —Los ojos se le anegaron en lágrimas—. ¡¡Sólo quiero que me entiendas, que entiendas este sentimiento, porque es sincero, Mace!! ¡Busco mi felicidad, también la tuya, juntas podemos ser felices!
—Como si pudiéramos llegar a serlo. Kúame, Kúame, Kúame. Ese ser omnipotente no nos lo perdonaría. Sabes cómo son las reglas en el Mundo Oscuro. Si no terminamos en prisión por mi culpa, sería por tus estupideces. ¡Fum!
—¡¡Esas estúpidas reglas qué!! ¡Es más importante el amor! ¡¡En especial si se trata de amor verdadero!! ¡¡Si se trata del amor que te tengo!!
—Ajá, ¿y qué? —manifestó Mace—. ¿Nos fugaremos al planeta Homótefh y allí seremos felices? ¡Qué absurda estupidez! Esas ideas son estorbos en mis metas.
—¡¿Me consideras un estorbo?! ¡Dímelo! ¡¡Dime si soy un estorbo para ti!!
Mace Noher no contestó, permaneció callada, con la vista apuntando a otro lado.
—Ya veo —dijo Jeryn—. Esto es mi culpa… por hacerle caso a mi corazón.
Mace se le acercó y le puso el dedo índice en el pecho.
—¿Me amas con esto? —dijo—. ¿Con tu corazón? ¿De ahí viene el amor?
—¡Es obvio! —vociferó Jeryn—. ¡¡Te amo, Mace, ¿es tan difícil aceptarlo?!! Mamá y papá se aman, y tal vez tu padre sí amaba a tu madre… ¡¡Yo te amo!!
—Me amas con tu corazón —musitó la otra chica, con una seriedad inquietante.
Jeryn nada dijo, tan sólo las lágrimas le escurrieron por las mejillas, goteándole desde el mentón hasta la hojarasca del bosque.
—Jeryn, el corazón se equivoca… el amor no existe —dijo Mace con aire lúgubre.
«BISH»
—¡Uaggh!
A Jeryn le flaquearon las piernas y se dejó caer en Mace.
—Perdóname —expresó Noher—. Pero… si termino en el Infierno no será por tu culpa, por ese sentimiento tuyo. No, será por haber fallado… y haré todo lo posible por no fallar. Ya bastante malo es estar aquí abajo en el Envernum.
Con esfuerzo, Jeryn la abrazó, procurando no caer, y, a su vez, sintiéndola cerca. Por la comisura de la boca le escurría un brillante hilito color carmín, mientras las lágrimas le mojaban aún más su macilento rostro.
—Espero… —masculló— que… logres cumplir todo… lo que una vez… me contaste…
—Lo haré. Iré con ese Ángel de la Muerte para hablarle sobre esto y mañana mismo buscaré a la Reencarnación de Ilev. El Krad Etreum y yo haremos realidad mis sueños. Espero que no me delates ante la Gran Muerte. Sé fiel al amor que sientes por mí, Jery. Supongo que lo harás, dices que es sincero.
Así, Jeryn Caareszu murió en los brazos de Amace Noher. Un rayo de evo directo al pecho puede ser pernicioso, en especial si la persona herida no tiene deseos de vivir sin ser amada por quien ama con fervor.
Un corazón roto, una vida perdida.

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Ilev -Dark Glow- I. El estado Dark WildDonde viven las historias. Descúbrelo ahora