Palacio de Tokapi.
El palacio estaba de fiesta por que un nuevo miembro de la dinastía había nacido.
Dentro de los aposentos los llantos de una bebé resonaban por toda la habitación mientras estaban limpiando el pequeño cuerpo,al mismo tiempo que a la sultana le limpiaban el sudor de su frente.
-Denme a mi bebé.- pronunció cansada la sultana pero con una sonrisa.
-Felicidades mi sultana es una hermosa sultana.- la sonrisa de la sultana solo se hizo más grande, mientras ponían a su hija en brazos.
-Hola hermosa.- pronunció la sultana acariciando la mejilla de su hija.
-Permítame mi sultana.- dijo una criada tomando en brazos a la pequeña para limpiarla.
Fuera de los aposentos todos tenían una enorme sonrisa, en eso sale la doctora.
-¿Como está mi nuera y mi nieto?.- preguntó la sultana madre.
-La sultana se encue…- un ensordecedor grito hizo callar a la doctora.
-¡Doctora! Parece que viene otro.- gritó una criada.
La doctora rápidamente entró de nuevo a los aposentos en donde la sultana se encontraba a punto de tener a otro bebé.
-Mi sultana respire y cuando esté preparada puje.- dijo la doctora.
Horas pasaron ya los menores de la familia habían ido a descansar minutos después que se enteraran que tendrían otro hermano/a, la sultana madre se había retirado a sus aposentos con la promesa de volver a la primera hora de la mañana, al igual que las otras sultanas, sin embargo el sultan no se separó de la puerta, a pesar de su cansancio no fue a descansar, no fue hasta un par de horas después en donde los gritos cesaron y un llanto se escuchó.
-Dénmelo.- demandó la sultana.
-Felicidades sultana acaba de tener dos bellas sultanas.- dijo la doctora sonriendo.
-Hola mi hermosa sultana.- dijo en un susurro la sultana acariciando el rostro aún ensangrentado de su hija.
La doctora, luego de limpiarse las manos procedió a salir de los aposentos, notando al sultán bastante ansioso fuera.
-¿Como está mi sultana y mis hijos?.- preguntó rápidamente el sultán.
-La sultana se encuentra bien su majestad.- habló la doctora con la cabeza abajo en señal de respeto.- Sus hijas también sultán.- dijo haciendo que el sultán sonriera más.- Puede pasar a verlas majestad.- la doctora se inclinó respetuosamente y le cedió paso al sultán.
Cuando el sultán entró se topó con la escena de sus hijas ser limpiadas por las mujeres que se encontraban asistiendo el parto de su esposa, la misma se encontraba con una hermosa sonrisa observando a sus hijas, sus manos las cuales tenía algo de sangre debido a sus hijas, fueron rápidamente limpiadas al notar que el sultán se acercaba. Con toda la delicadeza posible el sultán acarició el cabello de su mujer, para luego darle un beso en la frente.
-Me haces el hombre más feliz del mundo mi sultana.- pronunció en un susurro el sultán.
-Y tú me haces la mujer más feliz mi sultán.- respondió la sultana.- Viste a nuestras hijas, son perfectas.- pronunció volviendo la vista a donde las criadas estaban vistiendo a las pequeñas sultanas.
-Son perfectas como cada uno de nuestros hijos.- dijo el sultán recomponiéndose al lado de su esposa.
-Mi sultan.- habló la criada de confianza de la sultana, ganándose así la atención del gobernante.- Lo siento por interrumpir pero debemos de limpiar a la sultana.- habló con la mirada gacha.
-Bien.- respondió el sultana.- iré a mis aposentos vuelvo pronto.- le dijo el sultán a su esposa.
-Está bien.- respondió la sultana. El sultán dio vuelta y salió de los aposentos de su esposa llendo a los suyos, mientras las criadas de la sultana cambiaban las sábanas y la limpiaban.
Corriendo hacia los jardines se encontraba una criada, la cual se había escabullido de los guardias, llegó hasta un lugar un tanto escondido a la vista y divisó a la persona que le debería de contar la nuevas noticias.
-Habla.- ordenó la otra persona.
-Son dos niñas.- jadeó la criada.- La sultana Melek a dado a luz a dos niñas.
-Bien, eso es una gran noticia.- dijo con una enorme sonrisa.
-No, no lo es.- contradijo la criada.
-¡Por supuesto que lo es! Al tener más niñas las posibilidades de quedarse con el trono van disminuyendo.- la criada puso los ojos en blanco.
-Acaso de te olvida de quienes son hijas.- gruñó la criada.- No importa si son niños o niñas, la hija mayor de la sultana entrena como un guerrero, la otra hija de la sultana empezará sus entrenamientos, mientras tanto está llenando su cerebro de información sobre las guerras, no importa si son hembras o varones los planes de nuestra señora se verán fustrados si esa mujer sigue dando a luz.- dio por terminada la discusión la criada.
Mientras la otra persona escribía una carta para infórmale a su señora sobre las nuevas noticias.
Mi señora.
La sultana Melek ya a dado a luz, según la informante son dos sultanas.
Sin más que agregar me despido.
La careta llegó a su destino en las primeras horas de la mañana, poniendo furiosa a su lectora.
-¡Brigert!.- llamó la mujer a su criada.- Hay que preparar el plan B, envíale una carta y dile que se prepare, cuando el sultán llegue al palacio de caza ella ya debe de estar ahí.- la criada solo dio un asentimiento y salió de ahí, dejando a su señora bastante enojada.
Lamento la tardanza, pero aquí está el capítulo esperado.
Créditos: Lissette411 Gracias por tus hermosos capítulos<3.
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La Sultana Melek
FanfictionSoy la sultana que el sultán Suleiman olvidó por un tiempo, pero después volví, en frente de mis enemigos y de todos mucho más fuerte y poderosa. ¡ATENCIÓN SU EXCELENCIA HASEKI MELEK SULTAN ESTÁ AQUÍ! Soy la sultana más poderosa de este imperio...