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Palacio de Topkapi.

Todos se encontraban en silencio, viendo a los hijos del sultán, está de más decir que todos, a excepción del sultán y la sultana Melek, se encontraban sorprendidos y un tanto asustados por las acciones de los menores.

-Abi querida, baja eso.- mencionó la sultana madre con una voz que denotaba falsa tranquilidad.

-¿Porque lo haría madre sultana?.- preguntó Abi.

-Abi ¡Por Allah! suelta a la hatun, ¿No ves que está asustada? ¡Kaan, por Allah ¿que es lo que planean?!.- dijo la hermana mayor del sultán.

-Su majestad, le pido que pare lo que esto sea.- pidió La Sultana Sha.

-¡Oh! Claro que está asustada querida tía.- mencionó Kaan acercándose a donde se encontraba su hermana y la hatun.- Al fin y al cabo es como se debe de sentir un traidor al ser descubierto.

-¿Que quieres decir con eso?.- preguntó la madre sultana, pasó la vista de sus nietos a su hijo y nuera notando que los mayores se encontraban relajados observando al príncipe.

-¡Yo no he hecho nada! ¡Lo juro!.- gritó Maria hatun entre sollozos, provocando que la sultana Abi apretara más el cuchillo a su cuello.

-Cállate que nadie te ha dado permiso de hablar.- dijo la menor en la sala.

-Bien continúo.- dijo el príncipe Kaan con una pequeña sonrisa.- No le daré largas al asunto así que al punto… La hatun que está ahí arrodillada es la persona que me intento envenenar.- dijo el príncipe provocando un jadeo colectivo, sus padres se pusieron de pies sin embargo la que se acercó fue su madre.

-¿Estás seguro se eso hijo?.- preguntó la sultana.

-Por supuesto madre.- dijo el príncipe con seguridad.- Sus movimientos nerviosos a la hora de servir los jugos, sus técnicas para que yo tomara el envenenado, y si no me equivocó debe de tener el frasco escondido en algún lugar de su vestimenta.

-De eso me encargo yo.- dijo la sultana Abi, la cual empezó a revisarle las vestimentas a la hatun, por otro lado la pelirroja se encontraba nerviosa su plan había fallado y no solo eso descubrieron a su única amiga. Volviendo con la sultana Abi la cual se encontraba revisando a la hatun a la cual obligó a ponerse de pie bajo la atenta mirada de todos, cuando la puso de pies algo callo por su vestido y rodó hacia adelante quedando a la vista de todos en el lugar, un pequeño frasco sin tapa y con un líquido oscuro era lo que se veía.

-No lo puedo creer.- fue lo único que se escuchó en la estancia, dichas palabras fueron dichas por la Valide.

La sultana Melek se aproximó con una servilleta a tomar el frasco lo examinó y miró con el más profundo odio hacia la hatun que se encontraba a punto de desmayarse.

-Si mis estudios no me fallan esto es veneno, exactamente veneno de un araña, aunque no estoy totalmente segura.- dijo la sultana Melek.

-¡Eso no es mío!.- exclamo la acusada.- Juro por Allah que eso no es mío.- sollozó con fuerza. La sultana Abi se agachó y levantó el vestido de la hatun, lo suficiente para que quedara a la vista las tiras de sus sandalias, en las cuales estaba un corcho enredado entre las tiras de su dándolos derecha, dicho corcho está sucio de una sustancia negra.

-Claro.- ironizó el príncipe.- No es tuyo.- miro a su padre el cual se encontraba bajando los pequeños escalones llamando la atención de todos.

-¡Ahgas!.- dijo el sultán con voz fuerte.- Llévenla a los calabozos e interroguenla, hasta que diga si esto lo hizo sola o tuvo algún aliado.- al decir esto dos Ahgas la llevaron a rastras mientras gritaba y suplicaba.

El príncipe Kaan posó sus ojos en la pelirroja la cual se encontraba más blanca que de costumbre la pelirroja miro al príncipe con miedo y este le sonrió con burla

-Vayan a descansar la fiesta se acabó.- dijo el sultán y luego procedió a acercarse a su madre.- Madre.- dijo besándole la mano para posteriormente colocar esta en su frente.

-Hijo mío.- mencionó la madre sultana acariciandole delicadamente la cara a su hijo.- Mi León, ¿Que harás? Esto es una falta grave, ¿Y si la criada trabajaba para alguien? ¿Que pasa si esa persona vive aquí?.- mencionó con total desespero la madre sultana.

-Madre tranquila.- intentó tranquilizar el sultán a su madre.

-¿Como pides que me tranquilice? ¡Acaban de intentar envenenar a mi nieto! ¡Tú hijo!, hoy tuvo suerte y pudo distinguir el veneno a tiempo, ¿Que pasará cuando no lo pueda distinguir? ¿Que pasara si próximamente es alguno de nosotros?

-Madre.- mencionó el sultán.- Juro ante ti, mi familia y Allah que sea quien sea que haya hecho esto pagará, pero necesito que te tranquilices bien, dejame hacerme cargo de esto.- mencionó el sultán.- Tengan siempre una criada que pruebe sus comidas antes de ustedes consumirlas.- mencionó el sultán dándole un beso en la frente a sus hermanas al igual que a Mahidevran.- Ahora vayan a descansar, han sido suficientes emociones por un día.- casa sultana salió del lugar luego de despedirse de la sultana Melek no sin antes asegurarse que los menores están bien  y darles un “merecido” regaño por el espectáculo antes montado.

-Saben lo que hicieron no estuvo correcto.- mencionó la sultana Melek con una cara de seriedad, sus hijos y esposo la miraron incrédulos pues ella siempre fue partidaria de romper las reglas.- Y por eso estoy sumamente orgullosa de ustedes.- mencionó con una sonrisa.- Manejaron la situación tal y como yo la hubiera manejado.- dijo logrando así que sus hijos, los cual anteriormente se están preparando para un regaño de su madre, se relajaran.

-Melek ellos rompieron las reglas, no está bie…- No pudo terminar porque la sultana lo interrumpió.

-¿Romper las reglas?.- mencionó con el seño fruncido tratando de esconder una sonrisa.- Tú siempre las rompiste no le veo lo malo.- mencionó con una sonrisa.

-Yo nunca he roto las reglas.- mencionó el sultán, los menores se encontraban divertidos con la situación pues estas “discusiones” eran sumamente graciosas pues su padre siempre terminaba avergonzado por algo que su madre haya dicho.

-Clarooo… ironizó la sultana.- Así como tampoco entrabas por el balcón de mi habitación en Inglaterra.- mencionó divertida la sultana al ver la expresión de su esposo.- No fuiste tú el que rompió las reglas cuando prácticamente me secuestraste porque mi padre no quería que me casara contigo y nos casamos a escondidas.- mencionó soltando una risa.- Y tengo muchas anécdotas más similares a esa, así que en vez de regañar a nuestros hijos deberías de felicitarlos.- mencionó encogiéndose de hombros.- Al fin y al cabo no es nada que no hayamos hecho en nuestra adolescencia, incluso me atrevo a decir que fuimos peores.- mencionó con una sonrisa.- Ahora si me disculpa majestad tengo que ir a ver a nuestros hijos, lo veo allá.- dijo para hacer una pequeña reverencia he irse pero antes de salir dio vuelta y dijo.- Estoy muy orgullosa de ustedes.- miro a su esposo.- de los tres.- dijo para irse, dejando al sultán y a sus hijos en un silencio hasta que el príncipe decidió hablar.

-Así que entrando por los balcones del castillo y secuestrando a la hija de rey ¿eh? Ya veo porque casi no le agradas al abuelo.- mencionó soltando una sonora carcajada junto a su hermana el sultán los miro con una sonrisa divertida.

-Que nada de lo que se dijo aquí salga.- dijo el sultán con un tono divertido, para luego proceder a salir con sus hijos detrás

-Ooh por supuesto que saldrá, ya tenemos nuevo tema de conversación cuando vayamos a donde el abuelo.- dijo la sultana Abi todavía riéndose pues para ellos era muy gracioso imaginarse a su padre entrando por el balcón de su madre.
























Espero que les haya gustado este capítulo, disculpen la demora, Los amo <3











Créditos: @Lissette411 Gracias por tu maravilloso cap UwU

La Sultana MelekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora